The MC5, High Time, 1971, Una Reseña
The MC5, High Time, 1971, Una Reseña
Por: Erreh Svaia
CRANEOSCOPIO
Suelo clasificar al High Time, último disco de los MC5 como la versión más evolucionada de la banda, una espectacular colisión de su primer y segundo disco, con una banda herida de muerte brindando su última exhalación de manera valiente y osada, ante un mundo que prefirió ignorarlos, aquí la banda demuestra su dominio pleno de las dos principales características del rock n roll, la capacidad de causar terror y la capacidad de causar euforia, combinadas en una dupla letal.
La banda abre el disco con la colosal Sister Anne, prodigioso tema con guitarras duras, piano de rock clásico y un impresionante Rob Tyner endurecido por las giras y el rechazo de las masas (y las drogas posiblemente), aquí la banda se presenta en su versión más subversiva y ambiciosa a la vez, planteando la posibilidad de lo que hubiese sido, si la banda pudiera haber resistido más y reclamado si trono como los legítimos reyes de la Detroit ciudad del rock, con una sección rítmica que aún apunta al jazz como indudable referencia y unas guitarras que dejan claro la indeleble influencia del grupo en bandas como los Stooges, los New York Dolls, Alice Cooper, Kiss y Aerosmith.
Baby Wont Ya es un formidable híbrido entre el jazz, el rock y la música soul tan admirada por la banda, desafiando todas las estructuras formales de la música de los 70s y creando todo un universo de sonidos furiosos que la banda ostenta con singular alegría en una plena demostración de lo que pudo haber sido, con unas guitarras que rompen con toda tradición e imponen una visión indiscutiblemente iconoclasta para el año de 1971, que junto al Fun House de los Stooges, debió ser un año muy agitado en el underground.
Miss X es una sorpresa de proporciones épicas, mostrando una increíble evolución en el sonido de una banda con un nivel de madurez admirable que dejaría honda huella en el desarrollo de la música rock de los 70s, en muchos grupos que seguirían hipnotizados las profecías sonoras del grupo, muchas de ellas puestas en amplia demostración aquí, con un tema capaz de estrujar incluso al interior más duro, conectando aquí inclusive con los legendarios Grand Funk, otra leyenda originaria de Detroit.
No es por despreciar Gotta Keep Movin, que imprime las dinámicas clásicas del grupo, pero suena un poco a un retroceso al sonido del Back in the USA, pero el ligero tropiezo se corrige con la candente Future/Now, que nuevamente pone a la banda a la vanguardia con una sección rítmica deliciosamente imposible, y apuntando al final a cosas como Sun Ra, mostrando a la banda como verdaderos innovadoras sonidos, explicando perfectamente la dificultad que debió representar tan visionario sonido para las masas populares.
Me parece que el final de High Time es uno de los más espectaculares de la música rock de inicio de los 70s, profético como pocos, capaz de causar un temblor de brutales proporciones con temas como Poison, que explicarían la evolución del sonido de un Jimi Hendrix pasando por los MC5 y llegando a Alice Cooper y posteriormente de unos Kiss.
Con un Over and Over como pieza clásica de la banda, inspirada en el rock opera de los Who, y con un Rob Tyner totalmente poseído por el espíritu de un Roger Daltrey, para finalizar después con un emotivo homenaje al free jazz y a James Brown, posiblemente dos de los más grandes amores de la banda, con un Skunk (Sonically Speaking) que hace excitante referencia al más feroz jazz que trae a la mente la frenética descarga de un Albert Ayler, un John Coltrane o al funk de James Brown, dejando un firme presente de la expresión más clara de la apabullante visión musical que poseía la banda, un canto de cisne estremecedor de una banda que se despedía como un estallido que debió escucharse en todo el mundo.
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