Bombino-Nomad (2013)

Bombino-Nomad (2013)

En lo particular no me entusiasma en lo absoluto escuchar a los Black Keys, sin afán de ofender a nadie no encuentro nada espectacular en su música, la cual me resulta decente más no trascendental, y su reciente éxito me parece una obvia reacción con tendencia a alejarse del lado deprimente de lo  “alternativo” (que a fin de cuentas emana del post punk ingles), en busca de algo más cercano a las raíces locales del vecino país del norte, de ahí que surjan grupos como estos Black Keys, los White Stripes, los Alabama Shakes o los King Of Leon, una escena que si bien no aplaudo representa lo mismo que representó el grunge y posteriormente el pop punk en su momento, un punto y aparte de lo anterior, un deseo de algo más natural, más sencillo y menos complicado, la simplicidad de un Lady Madonna después de la exhuberancia del Sgt Peppers o el introspectivo John Wesley Harding posterior al expansivo Blonde On Blonde, pero hay algo que sin duda debo reconocerle a los Black Keys o específicamente a su guitarrista y vocalista Dan Auerbach, y eso es su exquisito gusto musical y finas habilidades como productor, respaldando el regreso de artistas como el gran Dr. John, que tuvo un muy buen regreso con el apoyo de Auerbach, así como el disco que en esta ocasión nos ocupa, el Nomad a cargo de Bombino.

Este mundo cada vez se vuelve más pequeño e intercomunicado, tanto que el mundo sonoro se empieza a convertir en un caldo de cultivo de influencias y los sonidos se mezclan y mutan en algo nuevo y sorprendente, para esta ocasión llama poderosamente mi atención el sonido del blues Tuareg de varias bandas como los Tinariwen, Group Doueh o el Group Bombino, quienes se han convertido en un obligado referente mundial de la música que traspasa fronteras, con gente muy “moderna” como Thom Yorke o artistas clásicos con ideas muy progresistas como Robert Plant, tomando a estas bandas como inmediata referencias para sus experimentos futuristas o para sus re descubrimientos progresistas.

Bajo mi punto de vista el blues no surgió en el profundo sur, fruto de tradiciones musicales traídas por los esclavos negros procedentes de África, algunos de ellos procedentes de tierras milenarias como Etiopía y que eran llevados muchas veces por los Tuaregs u otras tribus nómadas, a través de tierras desérticas como Níger, Libia, Algeria, Malí y Burkina Faso, para su venta y traslado hacia América, aquí la gran interrogante es: ¿El blues fue traído desde Etiopia o fue transmitido por los Tuaregs a sus esclavos? La otra gran teoría es que los Tuaregs en conjunto con los esclavos fueron recogiendo sonidos de todas esas tierras que fueron recorriendo por años durante la triste era del esclavismo, creando una gran mezcla que termino desembocando en el sur del vecino país del sur, me inclino por esta ultima, ya que a la par de que el blues llegó a América, una parte de este sonido se quedó en África del Oeste, tanto en comunidades negras en Malí, como en las tribus nómadas Tuareg.   

Omara Moctar, también conocido como Bombino nació en Níger y ahí formó a Group Bombino, banda descubierta por los inquietos hermanos Bishop y su GENIAL sello Sublime Frequencies resultando en una corriente de blues eléctrico del desierto que resultó tan intensa y trascendente que el mismo Robert Plant salió disparado al desierto a buscar ese sonido que prometía una nueva beta de blues.

Aquí la gran variable es que Moctar deja los sellos independientes, es fichado por la Warner y es respaldado por Aucherbach en la producción, dándole a Bombino un explosivo fondo que potencia de manera exponencial el ya de por si intenso sonido que Moctar venía trabajando. 
Moctar explota con este gran respaldo desde el primer tema de este Nomad, Amidinine, tema en que las fluidas líneas de su guitarra traen inmediato recuerdo de las contagiosas líneas de guitarra del GRAN Jerry Garcia, las cuales  nuevamente se manifiestan en  Ahulakamine Hulan, dónde los ritmos tribales recrean algunas de las cintas lo fi que grabó para SF, Bombino se interna más en el mundo del blues en Azamane Tiliade, en el cual su guitarra adquiere tintes incendiarios y la sección rítmica adquiere una brutalidad contagiosa, aquí es dónde verdaderamente la producción de Auerbach le da un fuerte impulso a Bombino, le da una solidez que carecía y que se ve maximizada en temas como Imuhar, dónde Bombino realmente termina de cuajar y nos da una muestra del tremendo potencial de este concepto.

Niamey Jam presenta una intensa influencia de Jimi Hendrix y de Carlos Santana con la guitarra de Moctar escupiendo lenguas de electricidad en el ambiente, todo esto sumado a un órgano que le proporciona un dinámico impulso instrumental en el cual cada músico brilla de manera singular, detallando movimientos serpenteantes que resultan asombrosos y regocijantes para el espíritu.

Ni duda cabe que Nomad, con tanta expectación respecto al blues eléctrico del desierto despierte bastante interés de los conocedores y de los novatos en estos sonidos, con un Bombino saltando con singular fuerza a las primeras ligas mundiales de sonidos fuera de serie.

             

        

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