Ben Frost – Black Marrow (2013)
Ben
Frost – Black Marrow (2013)
Luego de ponerse bajo la custodia musical
de Brian Eno, muchos tenemos amplias expectativas respecto a Ben Frost y lo que
será su próximo disco, el percusionista Thor Harris (quien actualmente destruye
percusiones con los tremendos Swans), participante de este proyecto lo describe
como: “el disco de rock moderno más importante de los últimos tiempos”, lo cual
no sabemos si sea bueno, en cuanto nos cumpla las expectativas, o malo, si nos
deja con la sensación de que algo no se ha cumplido, gran reto el que se
presenta a Frost.
De sobra sabemos que Frost nos ha
demostrado la cualidades visuales de sus creaciones sonoras, la capacidad para
evocar salvajes imágenes, de establecer una relación bastante tensa con el
escucha, y después su intensos deseos de “mandarlo todo al carajo” con una
furiosa lluvia de ruido blanco, y es precisamente estas cualidades notables las
que nos han atraído hacia el mundo sonoro de Frost, quien en este año se ha
dado a la tarea de editar en el intermedio entre su nuevo disco, cuatro cintas
correspondientes a sus aportaciones al mundo del teatro, el cine y el performance, en particular en esta
ocasión nos centraremos en Black Marrow, una suerte de obra coreográfica
realizada en el 2009, por mucho, la más interesante de estas grabaciones, y en
la que se reúne con otro músico bastante interesante y paisano suyo, Oren
Ambarchi, una colaboración que ya de mucho tiempo esperábamos, pero que aquí se
da de una manera superficial, no con la profundidad que pudiéramos anhelar, ya
que Ambarchi aquí se somete a los deseos sonicos de Frost, aunque la verdad,
hay que decirlo imponiendo su propio estilo como siempre.
Black Marrow abre con The
Lake, en dónde Frost nuevamente deja libres a sus lobos, y los gruñidos feroces
de estas salvajes criaturas toman el protagonismo de la obra al tiempo que
Ambarchi hace uso de esos profundos tonos de guitarra minimalista que sólo el
sabe hacer, una pieza de naturaleza estática que pareciera situarnos en medio
de un plácido lago a la media noche, del cual es imposible desembarcar ante la
presencia de las feroces criaturas amantes de la luna llena, todo esto mientras
Frost con sus tratamientos digitales comienza a enturbiar la atmósfera, el aire
se enrarece y lo surreal hace su aparición, Ambarchi continua ondulando en
Undulating Beast, con un input más
bestial por parte de los sampleos de
Frost, y un Ambarchi extendiendo el alcance de sus ultra bajos zumbidos, una
pieza sumamente amenazadora, ligeramente orquestada y que nos pone de frente a
una bestia grotesca que no cesa de amedrentarnos en todo momento.
La bestia parece
encontrar algo de sosiego para Carbon Vessel Motherfucker, tema brillantemente
titulado, en el que en primera parte tenemos el gruñir de la bestia menos
intenso, tal vez herida, y después un trabajo de cuerdas cristalino que parece
contrastar un poco con las oscuridad de los temas anteriores, probablemente en
escénica el tema más apacible hasta este momento, con Ambarchi liberando
hermosas notas ligeras, empatando la sensación de calma originada desde el
principio, y después el ruido se hace presente en Metal On Skin, una pieza casi
marcial formada a partir de percusiones casi industriales que Frost nos
presenta, si este es sonido que hace el metal al golpear la piel, no
quisiéramos saber de piel se trata ya que Frost golpea bastante duro y el
estruendo es evidente, Frost libera sus demonios en este tema de forma libre
que sugiere abiertamente el lado más ruidista
de Frost, quien prolonga el tormento a la vez que añade disonantes partes de
guitarra distorsionada.
A Crude Awakening es una
pieza de matinal belleza, minimalista en su totalidad que me recuerda los
trabajos de Eyvind Kang en su manera de manejar los espacios libres y claros,
el manejo marginal de cuerdas y algo de percusión añadida no tan sutilmente,
pero si de manera esparcida.
Black Marrow no es
propiamente un trabajo discográfico por parte de Frost, que represente una
parte fundamental de su obra, aunque definitivamente vale rescatar la
colaboración entre Frost y Ambarchi que pudiera darse en el futuro, es una obra
mediana repleta de ideas y de la oscura visión de Frost, un hombre que sin duda
nos sorprenderá en sus grabaciones por venir.
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