Omar Souleyman- Wenu Wenu (2013)
Omar
Souleyman- Wenu Wenu (2013)
En medio de la reciente crisis en Siria,
solíamos preguntarnos, en medio de la guerra y la violencia, ¿Qué habría sido
del gran Omar Souleyman, rey y señor del dabke?
Por fortuna y gracias a la intervención del “gran pacificador” Vladimir Putin,
la crisis fue superada y ahora nos encontramos de frente con el debut en
estudio del tremendo Souleyman, un hombre que puede presumir de tener más de
500 grabaciones a su nombre, muchas de ellas en vivo, otras tantas grabadas
directamente en una bombos, de ahí ese sonido áspero y abrasivo que de sobra le
conocemos.
Pues bien, Souleyman está de vuelta con su
eterno colaborador, Rizan, un hombre que se convierte en un huracán tras los
sintetizadores y que ha generado ese torbellino de serpenteantes y candentes
sonidos en cada uno de los discos que conocemos de Souleyman, pero entonces,
Wenu Wenu, ¿El nuevo disco de Omar que sorpresas nos trae? Pues la primera es
precisamente esa de que hablábamos, Omar por primera vez pisa un estudio
propiamente para grabar su música, apoyado por la producción de Four Tet, quien
sin duda interviene en el sonido de Souleyman con el fin de sacarlo del
desierto y adentrarlo en el mundo occidental, ¿el resultado? Tal vez no es
precisamente lo que esperábamos, pero no es malo, al contrario, resulta
interesante poder apreciar los rasgos del artista y del productor presentes en
iguales proporciones en el disco.
Los teclados de Rizan nos reciben en el
primer tema, que también da nombre al disco, un tema tranquilo para los
estándares de Souleyman, pero sin duda intenso para los demás, las abrasivas y
potentes voces de Omar están en su sitio y las zigzagueantes líneas de teclado
de Rizan también, aunque en medio tenemos la producción de Four Tet que aporta
una inesperada claridad a la grabación, que si bien, en las grabaciones
anterior sabíamos de sobra que el lo fi
de grabar en una bombos añadía a la mística de Souleyman, ahora el sonido es
directo y más sencillo de digerir, cabe mencionar que esto no significa que los
medios de inmediato adoptaran esta grabación, sin duda Souleyman se crece ante
el reto y nos trae una nueva etapa en su carrera, adopta algo de la nueva
tecnología y se arroja sin miedo a mostrarse ante la claridad de las
grabaciones occidentales, que si bien, si merman un poco su magia, el hombre y
su mito siguen ahí, bien plantados gracias a la insistente producción de FT.
Ya Yumma nos pone en el sitio correcto para
ser arrastrados por este expreso sitio, el sonido de Souleyman y compañía esta
vez suena compacto y directo, para los detractores, nada de la legendaria
intensidad de Souleyman se pierde y sin duda Rizan nos sigue deleitando con
esas líneas suicidas de teclados, con su destreza expuesta al por mayor gracias
a la claridad de la grabación, Nahy conserva ese espíritu de fiesta rebelde y
callejera que caracteriza las grabaciones de Souleyman y que sin duda reflejan
parte de la vida en las calles de siria previo al conflicto armado, la
producción de FT añade una mayor cantidad de toques de sonido techno, aunque aquí es notable reconocer
que la producción hace que funcione bien un tema que tal vez sin esta no
hubiese brillado de esta manera, no así Khattaba que suena débil hasta que Omar
añade sus vocales, dejando un poco expuesto la fragilidad del tema.
Warni Warni luce sin duda, con sus
principales actores a toda velocidad, Rizan con esos dedos como serpientes del
desierto moviéndose de manera endemoniada sobre los teclados, unas percusiones
impecablemente bien producidas, uno que otro efecto añadido por Four Tet y esas
vocales de MC de otro mundo a cargo de Souleyman, quien sin duda deberá a Four
Tet el reconocimiento que sin duda se desprenderá de esta grabación, que sin
duda pondrá a Souleyman en la mente de muchos y que muy probablemente en el
futuro le abra la puerta a nuevas y audaces grabaciones.
Wenu Wenu es un disco bienvenido al
catalogo de Souleyman, a pesar de la ligera modificación en el sonido es
necesario señalar que la producción de Four Tet suma y no resta y el resultado
si bien queda un poco, muy poco por debajo de los anteriores discos de
Souleyman, no desmerece en tema de composiciones o ejecuciones, la intensidad,
Souleyman y Rizad siguen presentes, ambos siguen haciendo gran música, lo único
que ha cambiado tal vez, es que ahora podemos apreciar cada detalle de este
gran arte, en lugar de ser arrollados por este poderoso expreso del
desierto.
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