Hasta que el destino nos alcance
Hasta que el
destino nos alcance
“Un largo habito de pensar que algo no está mal, le da la superficial
apariencia de estar bien.”
Thomas Paine
Por: Erre Svaia
En estos días, la realidad debe estar empezando a pasarle la factura a la empresa mexicana Genomma Lab, empresa dedicada al mundo de los medicamentos y productos para el cuidado personal, capitaneados por Rodrigo Alonso Herrera, la trayectoria de esta empresa es una un tanto curiosa, iniciándose como una empresa de mercadotecnia, creadora de esos insufribles infomerciales de larga duración que muchos llegamos a ver a altas horas de la noche, cuando la programación habitual de la televisión se terminaba y el tiempo era barato, por lo cual se desarrolló este concepto publicitario.
El sorprendente salto de la empresa al mundo de los medicamentos fue probablemente cuando se dio cuenta del enorme potencial que su estrategia publicitaria sumaba a los productos de sus clientes los laboratorios, otorgándole verdadero poder a las marcas.
Sin gran conocimiento del mundo de la medicina, GL decidió tomar por asalto el mundo primero el mundo de los productos de cuidado personal, champús y jabones con mediano éxito, para después adentrarse en el mundo de los medicamentos over the counter o OTC, productos que pueden venderse sin presentarse receta médica.
Teniendo un sobresaliente conocimiento sobre cómo construir marcas, GM entró al mercado nacional con fuerza y poco a poco fortaleciéndose y convirtiéndose en un jugador importante dentro de una industria poco o nada visible desde un punto de vista mercadológico, los escasos productos OTC normalmente eran manejados por grandes empresas cuyos productos principales estaban en otras categorías, por lo que la atención a los OTC no era mucha, lo que permitió a GL un rápido posicionamiento.
Hasta ahí, todo parecía miel sobre hojuelas, GL a diferencia de muchos de sus competidores destinaban grandes recursos a sus departamentos de promoción por lo que fácilmente empezaron a ganar espacios (comprándolos) en farmacias, tiendas de auto servicio y tiendas de conveniencia.
Pero la falta de experiencia, sumado a la ambiciosa expansión pretendida por la empresa les llevo a cometer un serie de errores que empezaron a notarse en estrategias de "dinero fácil", con la empresa en primer lugar comprando marcas tradicionales un tanto olvidadas en el mercado mexicano y re inventándolas con una notoria menor calidad, es si, con un costoso aparato publicitario detrás, el siguiente error posiblemente fue la manera de anunciar estos productos, de una manera un tanto estrafalaria, haciendo altas promesas y convirtiendo a estos productos en artículos que simplemente prometían milagros, lo cual empezó a debilitar la imagen de sus marcas.
El tercer gran error de la empresa fue pretender crear sus propias reglas en el mundo de los medicamentos genéricos, creando una marca de genéricos en la cual nuevamente invirtió fuertemente en su publicidad, movimiento contrario a la naturaleza de los "genéricos", en la cual se sacrifica la marca y la inversión en su publicidad con el fin de reducir el costo del producto, por lo cual GL terminó con una marca propia cara y fuera del mercado, su falta de experiencia y conocimiento les había cobrado muy cara la factura.
Hoy, el imperio de marcas de GL pareciera venirse abajo en pleno auge de los medicamentos genéricos opción económica en un país cuya situación económica del cliente promedio es precaria, y en el cual el valor de las marcas de los productos OTC es cada vez menor, con el precio como principal factor de decisión entre tantas opciones.
El futuro de GL no pinta muy bien, con el anuncio fe la estrepitosa caída de más del 20% en sus ventas del año pasado y el más del 30% de caída en el valor de sus acciones en días recientes.
La naturaleza se GL siempre estuvo lejana del corazón de la industria farmacéutica y quizá por ello ahora la empresa ahora presenta una tendencia muy distinta a la que presenta la industria, aunque una que refleja obviamente el estado económico del consumidor promedio en el país.
En estos días, la realidad debe estar empezando a pasarle la factura a la empresa mexicana Genomma Lab, empresa dedicada al mundo de los medicamentos y productos para el cuidado personal, capitaneados por Rodrigo Alonso Herrera, la trayectoria de esta empresa es una un tanto curiosa, iniciándose como una empresa de mercadotecnia, creadora de esos insufribles infomerciales de larga duración que muchos llegamos a ver a altas horas de la noche, cuando la programación habitual de la televisión se terminaba y el tiempo era barato, por lo cual se desarrolló este concepto publicitario.
El sorprendente salto de la empresa al mundo de los medicamentos fue probablemente cuando se dio cuenta del enorme potencial que su estrategia publicitaria sumaba a los productos de sus clientes los laboratorios, otorgándole verdadero poder a las marcas.
Sin gran conocimiento del mundo de la medicina, GL decidió tomar por asalto el mundo primero el mundo de los productos de cuidado personal, champús y jabones con mediano éxito, para después adentrarse en el mundo de los medicamentos over the counter o OTC, productos que pueden venderse sin presentarse receta médica.
Teniendo un sobresaliente conocimiento sobre cómo construir marcas, GM entró al mercado nacional con fuerza y poco a poco fortaleciéndose y convirtiéndose en un jugador importante dentro de una industria poco o nada visible desde un punto de vista mercadológico, los escasos productos OTC normalmente eran manejados por grandes empresas cuyos productos principales estaban en otras categorías, por lo que la atención a los OTC no era mucha, lo que permitió a GL un rápido posicionamiento.
Hasta ahí, todo parecía miel sobre hojuelas, GL a diferencia de muchos de sus competidores destinaban grandes recursos a sus departamentos de promoción por lo que fácilmente empezaron a ganar espacios (comprándolos) en farmacias, tiendas de auto servicio y tiendas de conveniencia.
Pero la falta de experiencia, sumado a la ambiciosa expansión pretendida por la empresa les llevo a cometer un serie de errores que empezaron a notarse en estrategias de "dinero fácil", con la empresa en primer lugar comprando marcas tradicionales un tanto olvidadas en el mercado mexicano y re inventándolas con una notoria menor calidad, es si, con un costoso aparato publicitario detrás, el siguiente error posiblemente fue la manera de anunciar estos productos, de una manera un tanto estrafalaria, haciendo altas promesas y convirtiendo a estos productos en artículos que simplemente prometían milagros, lo cual empezó a debilitar la imagen de sus marcas.
El tercer gran error de la empresa fue pretender crear sus propias reglas en el mundo de los medicamentos genéricos, creando una marca de genéricos en la cual nuevamente invirtió fuertemente en su publicidad, movimiento contrario a la naturaleza de los "genéricos", en la cual se sacrifica la marca y la inversión en su publicidad con el fin de reducir el costo del producto, por lo cual GL terminó con una marca propia cara y fuera del mercado, su falta de experiencia y conocimiento les había cobrado muy cara la factura.
Hoy, el imperio de marcas de GL pareciera venirse abajo en pleno auge de los medicamentos genéricos opción económica en un país cuya situación económica del cliente promedio es precaria, y en el cual el valor de las marcas de los productos OTC es cada vez menor, con el precio como principal factor de decisión entre tantas opciones.
El futuro de GL no pinta muy bien, con el anuncio fe la estrepitosa caída de más del 20% en sus ventas del año pasado y el más del 30% de caída en el valor de sus acciones en días recientes.
La naturaleza se GL siempre estuvo lejana del corazón de la industria farmacéutica y quizá por ello ahora la empresa ahora presenta una tendencia muy distinta a la que presenta la industria, aunque una que refleja obviamente el estado económico del consumidor promedio en el país.
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