The Flaming Lips, American Head, 2020, A Review



The Flaming Lips, American Head, 2020, A Review

Tomado de: Un Blog de Rolando J. Vivas


Una de las bandas más reconocidas en la actualidad por su capacidad de evolucionar y transformarse, siempre un paso adelante y en perpetuo viaje hacia los desconocido, sobra decir además, su ferviente dedicación a crear un universo musical completamente propio de naturaleza expansiva y radiante, quien no haya visto esa presentación en vivo de Race for The Prize, con la banda y la audiencia envueltos por burbujas de plástico gigantes y no se ha sentido conmovido y lleno de añoranza y anhelo en medio de nuestra "nueva normalidad", no podría decirse humano.

Y es que humanidad es precisamente lo que les sobra a éstos Flaming Lips, que junto a bandas como Wilco y Radiohead, se han encargado de revolucionar la música pop en años recientes, añadiéndole majestuosas dimensiones sinfónicas a su música, llevándola más allá de lo que muchos imaginamos, tremendos exploradores sonoros sin miedo a arriesgarse a intentar siempre algo nuevo, American Head es el nuevo disco de la banda, y su respuesta a tiempos difíciles en la Unión Americana en medio de la crisis sanitaria por el Covid, un estudio personal y profundo que se convierte en un documento similar al de otros artistas que han sacado una vertiente en extremo creativa en medio de la crisis, como Nick Cave, Taylor Swift, Yo La tengo y Trey Anastasio.

Un disco de pop orquestal de altos vuelos, que no abandona la multidimensionalidad que siempre imprime la banda en sus trabajos, en algún momento trío, la banda se ha convertido ahora en una tribu/familia de siete integrantes, con un nuevo disco, dispuestos a convertirse en uno de los fenómenos de nuestra atribulada actualidad, así los Flaming Lips abrazan con gozo su identidad estadounidense (como el título del disco hace referencia) y se embarcan en una serie de canciones que reflejan su visión y su sentir en éstos momentos, American Head es un giro brutal a los sonidos legendarios y celestiales del Soft Bulletin, uno de los mejores discos de la banda, alejándose un poco de la diversidad abrumadora de sus discos anteriores, y aferrándose a una emotividad tremenda como hacia años que no los veíamos hacerlo.

No habíamos escuchado a los Flaming Lips en tan buena forma desde el clásico Yoshimi Battles the Pink Robots, aquí, aunque la banda no ha dejado atrás su acostumbrada psicodelia expansiva, que recuerda un poco a los Pink Floyd liderados por Syd Barrett, han regresado un poco más a horizontes más claros y menos saturados, apoyados fuertemente en la nostálgica voz de Wayne Coyne (que podría recordar a Neil Young), quien da el banderazo de salida en un colorido viaje que lleva a las banda a retomar melodías soleadas y tibias que recordarán un poco al trabajo de Burt Bacharach (en su vertiente más lounge), Brian Wilson de los Beach Boys (en la introspectiva época del Pet Sounds) y a los hermanos Gibb (antes de la música disco, claro), así Will You Return/ Will You Come Down, es un hermoso tema de naturaleza ligera, etérea transmitiendo un fuerte anhelo que parecería incrustarse en el mundo en ruinas de Brian Wilson tras su quiebre emocional en los 70s.

Una dosis prolongada de psicodelia intoxica en su totalidad a Flowers of Neptune 6, tema de naturaleza espacial y belleza espiritual, cargada con inconfundibles ecos a los años 60s, repleta de pianos monumentales, sintetizadores análogos efervescentes, vocales de otro planeta y guitarras acústicas melancólicas desintegrándose poco a poco, sin dejar de lado la sofisticación delicada que la banda ha conseguido desarrollar sin perder su accesibilidad, con momentos de intensidad arrebatadora, con la banda encendiendo los motores de su poder de convocatoria, continuando en su caleidoscópico viaje encima de una nube celestial en la visión nostálgica de la niñez en Dinosaurs on the Mountain.

La banda toma sus respectivos riesgos en piezas como At The Movies on Quaaludes, que suena a la resaca del "american dream", un crudo despertar que la banda aquí plasma como un retrato a la perdida de la inocencia, acompañada de un piano barroco, para seguir con Mother Ive Taken LSD (que los regresa a un poco a su época como banda de punk en acido), que empuña una melodía que parecería extraída de la mejor época de los Bee Gees como tremendos artesanos sonoros a inicio de los 70s, o que decir del experimento sonoro llamado You N Me Sellin Weed, que no deja de mostrarnos el lado más retorcido de la psicodelia de los FL.

Hay un pastiche curioso, titulado Mother Please Dont Be Sad, que parece extraer inspiración directa de los Beatles en sus arreglos de cuerdas, en su sección de metales, redobles de baterías y líneas de guitarra, seguida, casi en una misma fórmula con el tema titulado When We Die When Were High, tema de manufactura experimental,  y que antecede la extraña Assasins of Youth, que toma algunas desviaciones interesantes casi al final.


American Head representa definitivamente una nueva etapa en la evolución de la banda, adoptando una actitud más relajada, y permitiéndose una nueva forma de experimentar, de confrontar de forma exitosa el pasado y el futuro,, de retomar con fuerza algunas de sus influencias de siempre y transformarlas en algo más, My Religion Is You es sin duda el tema encargado de cerrar el disco y posiblemente el tema más memorable del disco, un delicioso mantra que perdura a pesar de su brevedad y que impacta con su exquisita delicadeza y sencillez, mostrándonos que los Flaming Lips han aprendido nuevas maneras de comunicarse, más directas, más alucinantes, y emotivamente más profundas como resultado de la explosión creativa que se ha desatado tras el golpe de la crisis global, vivimos en un mundo diferente y los Flaming Lips ya están aprendiendo a expresarlo de forma genial.

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