Podrías Ser la Cena de tu Perro (O de tu Gato)

 


Si, el Mejor amigo del Hombre, No lo Será de Tu Cadáver 

En la casa tenemos gatos, un perro y una tortuga. Antes tuvimos cuyos, un hámster y una rana. Todos, con excepción del perro, viven dentro de la casa. He sabido de casos en los que, al morir el dueño dentro de la casa, la mascota termina comiendo el cuerpo sin vida del dueño. Suena como una historia de terror. Suena como algo macabro. Suena a algo que no pasa en la vida real, un acto cruel por parte de un animal despiadado, pero no es así. Mis hijas quieren mucho a sus gatos, y no dudo que los gatos las quieran a ellas. Pero no dudo que en un acto de supervivencia, el instinto del animal prevalezca por encima del posible afecto que tenga por su dueño. En caso de morir el dueño y el animal quedar encerrado en una casa con la persona, es casi seguro que el animal buscará alimento. La bolsa en la que se guarda su alimento, restos de comida en mesa o recipientes y restos de comida en la basura. Es posible que en algún momento el alimento disponible se termine. Es un hecho que perro o gatos, e incluso roedores, ante la escasez de alimento, ingieran la carne que tengan disponible. Puede ser que algunos animales no lo hagan, pero muy seguramente, a medida que pase el tiempo y el hambre prevalezca, comiencen a ingerir partes blandas como cara, cuello u orejas. Me parece lógico que, ante la ausencia de alimento, los animales regresen a sus instintos más básicos, la supervivencia. También que ante la ausencia de señales de vida por parte del dueño, el animal no tenga reparos en comenzar a mordisquear el cuerpo y terminar ingiriendo algunas partes de este. ¿Qué hacer? Lo mejor sería tener a alguien al pendiente de uno, para evitar que, en caso de fallecimiento, los animales quedaran abandonados por mucho tiempo.

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