Saxon, Hell, Fire and Damnation, 2024



Míticos Padres de la NWOBHM, No Se Rinden

No me malinterpreten. Saxon es una leyenda del heavy metal inglés. Saxon debió ser superestrellas como Iron Maiden o Def Leppard. Por alguna razón, la banda tuvo mala suerte y, como otros grupos monumentales, como Diamond Head, sólo se quedaron como una mera nota existente sólo para verdaderos conocedores del género. Saxon me parecieron los hijos mejor portados, mejor vestidos y menos alcoholizados de Motorhead. Saxon produjo una serie de importantes discos a finales de los 70s e inicios de los 80s. Strong Arm of the Law, Wheels of Steel y Denim and Leather debieron convertirse en los grandes favoritos y líderes de la New Wave of British Heavy Metal; por alguna razón, no fue así. Sin embargo, los Saxon, por increíble que parezca, siguen publicando disco tras disco de música de alto voltaje y alta calidad, aunque carente de la ambición de otros grupos contemporáneos como Iron Maiden. Carpe Diem, su disco del 2022, dejó a muchos boquiabiertos al mostrar que el poderío de esta banda, institución del heavy metal, seguía casi intacto. Hell, Fire and Damnation es el siguiente capítulo de los Saxon, obviamente más rabioso que cualquier disco reciente de los Def Leppard o los Iron Maiden, eso sí, un poco más pulido y alejándose un poco del mote de “hijos de los Motorhead”. Biff Bifford, vocalista de la banda, curiosamente suena en mucho mejor forma incluso que personajes como Bruce Dickinson o Rob Halford, creo yo, aunque muchos me dirán lo contrario. La gran sorpresa de este disco es que, aunque uno de los miembros originales del grupo, el guitarrista Paul Quinn, se ha retirado, la banda ha reclutado al tremendo Brian Tatler, el extraordinario guitarrista de los Diamond Head (preguntándole a Metallica por Brian. Tatler fácilmente podría reclamar a James Hetfield y a Dave Mustaine como discípulos suyos), esto además de la producción de Andy Sneap, cercano colaborador de los Judas Priest. Hell, Fire and Damnation es una pieza prodigiosa de heavy metal que retoma parte del sonido clásico de la banda y le aplican parte de las modernas técnicas de producción. El resultado es un disco explosivo que, aunque en mi opinión, le faltó muy poco para estar al nivel del Carpe Diem, siguen mostrando que los Saxon no han perdido nada de poder y siguen manteniendo un alto nivel de calidad en sus producciones. Es un hecho que Saxon no alcanzará la popularidad de unos Def Leppard o unos Iron Maiden, esa no es la meta de la banda. Con Lemmy caído, seguramente los Saxon lo único que quieren en estos momentos es seguir ondeando la bandera del metal hasta su último aliento.

Comments

Popular Posts