Mr. Olympia Classic Physique 2025: Mutación Letal en el Coliseo de Carne

El rey ha muerto. Chris Bumstead terminó su carrera después de seis coronaciones consecutivas en el Mr. Olympia Classic Physique, y el trono quedó vacío en en uno de los territorios más competidos del bodybuilding moderno. Lo que viene no será una sucesión ordenada, sino una guerra civil entre titanes que han crecido tanto que ya no caben en sus propias ambiciones.

Mike Sommerfeld y Ramon "Dino" Rocha Queiroz se miran desde trincheras opuestas como dos generales que saben que solo uno saldrá vivo de esta batalla. El guion parecía escrito para un triángulo de poder junto a Urs "Miracle Bear" Kalecinski, pero el alemán decidió escuchar primero a su propia naturaleza y mudarse al barrio de los pesados en la Open. No solo sobrevivió al cambio de aires: conquistó dos competencias y se clasificó para el Olympia Open. Kalecinski no huyó del Classic Physique; lo abandonó como quien deja una casa que le quedó pequeña.

Ahora tenemos el duelo que nadie pidió pero todos merecemos: Sommerfeld versus Rocha en una división que no sabe si seguir siendo clásica o admitir que se ha convertido en otra cosa. Sommerfeld demostró su pedigree al arrasar en el Arnold Classic de este año, relegando a Logan Franklin al segundo lugar como quien relega a Shakespeare después de leer a Bukowski. Ya había probado su veneno en el Olympia 2024, quedando segundo detrás del intocable Bumstead, mientras Kalecinski y Rocha observaban desde el tercer y cuarto escalón como príncipes esperando su turno.

Rocha ha refinado su físico con la meticulosidad de un relojero suizo, creciendo y puliendo su condición hasta convertirse en una amenaza real. Pero Sommerfeld se ve más grande y definido, una paradoja viviente que camina la cuerda floja entre la perfección clásica y la tentación de convertirse en un monstruo demasiado grande para su propia categoría. Ambos han sido señalados por críticos que los acusan de inflar sus físicos más allá de los límites espirituales del Classic Physique, como dos adictos que no saben cuándo parar.

La presión es real: tanto Sommerfeld como Rocha están en el punto de no retorno donde deben decidir entre explotar al máximo su potencial en la 212 o la Open, o mantenerse fieles a una división que los está exprimiendo hasta el límite. Insisten en que aún pueden mejorar dentro de los confines del Classic, pero la realidad es que ya bailan en el borde del abismo. Breon Ansley, veterano de guerra y leyenda de la categoría, también coqueteó con la idea de mudarse a la 212, pero recapacitó y regresa por décima vez a defender un territorio que conoce como la palma de su mano. Una oportunidad más de recuperar un título que ya fue suyo en dos ocasiones. 

Mientras Sommerfeld y Rocha libran su guerra de gigantes, el verdadero futuro de la división se decidirá en las trincheras del Top 10, donde guerreros como Ansley, Terrence Ruffin, Josema Muñoz, Logan Franklin y Matthew Greggo aún mantienen vivas las proporciones, simetrías y líneas que definieron originalmente al Classic Physique. Estos hombres no solo compiten por posiciones; luchan por el alma de una categoría que está en crisis existencial.

La pregunta que nadie se atreve a hacer en voz alta es simple y brutal: ¿puede el Classic Physique sobrevivir a sus propios campeones? La respuesta llegará en unas semanas más, en octubre, en Las Vegas, cuando el humo se disipe y solo quede un hombre de pie, sosteniendo un trofeo que podría ser el último de su especie. Porque en el bodybuilding, como en la vida, las revoluciones no siempre las inician los rebeldes. A veces, las provocan los mismos reyes.