The Fall-Ersatz G.B.

Que se puede escribir, que no se haya escrito ya de The Fall? La legendaria banda de Mark E. Smith nos trae en esta ocasión sus disco número 29, la legendaria y duradera, banda de post punk inglés está de regreso, la heredera de las influencias más disparatadas, como los Monks, Can, Amon Duul, The Stooges, Captain Beefheart, Lee Scratch Peery y la Velvet Underground, entre otros sigue más fuerte y venenosa que nunca y Mark E. Smith no da señal alguna de bajar la guardia.

La música de The Fall es simplemente The Fall music, no hay otra definición, han creado a cincel y piedra su propio nicho y lo han resguardado y explotado como nadie, si agregaron teclados, agregaron baterías, agregaron electrónicas, guitarras nuevas, grabación digital, han agregado lo que ustedes quieran y puedan mencionar y perversamente, siguen sonando igual, ese es su genio y hasta el día de hoy su gran bendición, la banda que da un giro completo a la mesa y pone patas para arriba el libro de reglas, a Smith no le gustan las guitarras, y en un gesto altamente iconoclasta les da un papel secundario en su juego, prefiere poner como protagonistas a los teclados, a las baterías, al bajo, Smith no es el típico rockstar, o es uno de los últimos genios, o un reverendo idiota aferrado a su plan (que descarta la idiotez debido a que el plan le ha estado funcionando), o el último renegado musical inglés.

Como puede una banda con más de tres décadas darnos en los últimos 4 años verdaderos ejemplos de caos sónico reforzado con puro músculo, Imperial Wax Solvent, Your Future Our Clutter y ahora Ersatz G.B., son de lo mejor en la discografía (gran discografía) de The Fall, y en nada desmerecen ante clásicos como Live At The Witch Trails, Grotesque, Hex Enduction Hour y el This Nation´s Salving Grace, por el contrario, se ponen al nivel y se embarnecen en puro entusiasmo, como si Smith misteriosamente encontrara la fuente de la juventud cada vez que se dispone a grabar un nuevos disco.

Desde la entrada urgente de Cosmos 7 con su sección rítmica a toda velocidad, la guitarra con riffs muy a la manera de The Fall, angulares y retorcidos, The Fall music, ni más ni menos, Taking Off le roba aun poco al inicio con sus incursiones en la psicodelia de los 60s, sobre todo por la combinación de los ritmos del bajo y el sonido de los teclados, para nuevamente ser reventados por fugaces cataratas de guitarras distorsionadas.

Smith en varias ocasiones ha explicado su manera de atacar las vocales, más como un MC haciendo dub, acomodando las frases, dejándolas respirar, usándolas a su conveniencia (un poco como la voz de gancho que dice usar Lou Reed, acomodando frases e manera inverosímil) y en Ersatz G.B. Smith en verdad da rienda suelta a su saco de trucos, retorciendo las palabras a más no poder, acentuando su respiración, arrastrando su pronunciación, y demás trucos que para los que hemos seguido la carrera de The Fall, resultan un espectáculo de gimnasia vocal muy a la manera de Smith.

Nate Will Not Return es otro ejemplo de la tradición del Freak Out que ya les he comentado en otras ocasiones, dónde el ritmo se mantiene de una manera incesantemente constante y el grupo da rienda suelta a todo tipo de ejercicios sónicos y Smith a su rollo vocal, mientras que Mask Search es un acercamiento al rockabilly o será “psychobilly?” en este caso.

Greenaway en definitiva es un giro de tuerca inesperado en la música de The Fall, riffs retorcidos a más no poder (y miren que es increíble decir que The Fall base una de sus canciones en riffs), pero la estática y la rabia son paradas en seco en Happi Song, en una canción extraña, que quiero pensar es la manera en que Smith nos da un respiro, permitiendo que su esposa entone la pieza, aunque en verdad, este respiro no era necesario y rompe un poco la inercia del disco, pero el impulso regresa con Monocard, que pareciera de inicio una más una pieza de Blue Cheer, Pentagram o Black Sabbath, pura oscuridad densa inglesa, adoptada por el furioso Smith.

Durante estos años The Fall han hecho propio el arte de hacer canciones, de usar su propia lógica, de crear su propio mundo, dónde la evolución se mete en una batidora y solo suma, jamás resta, y el centro de la hecatombe es tan fuerte que el resultado termina siendo el mismo, increíblemente igual de bueno, pero con alguno que otro elemento nuevo que se suma a lo fascinante que es este proyecto de Smith, lejos de cualquier tendencia, en su propia dimensión, sería difícil valuar esto de cualquier otra manera, de compararlo con cualquier otra cosa que no sean ellos mismos, un deleite escuchar a The Fall haciendo nuevamente lo que ya saben hacer, pero haciéndolo mejor que nunca.