Lou Reed-New York

13 o 14 años debí tener cuando me encontré con el Nueva York de Lou Reed, y no, no es que viajara para allá, sino que me encontré esa maravilla de disco que Lou grabo en el 89 y que representaba un drástico cambio en su dirección musical, y que significó otro fuerte cambio en mi percepción hacia él.

Alguna vez les platiqué que conocí a Lou Reed y a la Velvet Underground a través de viejos elepés de recopilaciones en ediciones nacionales (lo cual al día de hoy me sigue pareciendo increíble, la Velvet editada en México, si señor.) pero hablar de tener el White Light/White Heat o el disco de la banana ya era algo más complicado, por otro lado, era un poco más sencillo encontrar los discos de solista de Lou, en aquella época grababa para una disquera multi nacional y adicional a esto fue una época en que Lou tuvo algo de éxito y reconocimiento mainstream que no sólo ayudó a que sus discos llegaran a México, sino que el mismo se presentara en el DF.

New York era algo inesperado, llegó a mis manos en formato de casete en una fecha cercana a la navidad, recuerdo que hacía bastante frío, aún trayendo botas industriales de casquillo, este se colaba, recuerdo que fui esa noche con mis padres a cada de mis abuelos y opté por no entrar y quedarme en un viejo cobertizo al lado de su casa, el frío calaba fuertemente pero yo quería escuchar ese disco, siendo fan de los Velvet y de repente ser sorprendido por el riff medio grungy de Romeo Had Juliette y una historia de amor latino, y después esa historia extraña contada en Halloween Parade acerca de una fiesta de disfraces de viejos amigos (evocando un poco esas fiestas de la Factory) dónde se dan cuenta que algunos ya no están presentes, y que contenía algunas referencias precisamente a algunos de los ex miembros de ese grupo artístico de Warhol que habían muerto de SIDA, uff! Lou se estaba poniendo denso en realidad.

Despúes llegaba Dirty Boulevard, un verdadero trancazo hecho música, con una historia desgarradora, puro Nueva York, pero está vez Lou hacia a la literatura un poco de lado y se metía de lleno en las cloacas, puro periodismo aplicado a unos riffs y a una sección rítmica ágil que lo apoyaba en todo momento, Lou arremetiendo contra todo lo superficial de la ciudad y diciendo las cosas como eran.

Recuerdo después ser gratamente sorprendido por There Is No Time, un tema heavy, con esas guitarras pesadas y esa sección rítmica compacta y Lou urgiendo al escucha a moverse rápido y dejar de lado las tonterías, el pasado proto punk de Lou de repente se colaba un poco en la escena, sin duda un gran disco de guitarra, Lou haciendo lo que mejor que nadie el sabe hacer.

Sin duda Lou le apostó en este disco fuertemente a la diversidad, su rollo de spoken word o poesía, latente en Last Great American Whale, me pone una sonrisa cada vez que la escucho y recuerdo cuando la gente me dice: “Lou no canta, habla…”, por supuesto, y habla mejor de lo que muchos cantan, por cierto, después la jazzy Beginning of a Great Adventure, uno de esos ejercicios divertidos de lou en que juega un poco con las palabras, esta vez ventilando su ansiedad con respecto a la paternidad y el posible nombre de su futuro hijo.

Busload of Faith con una sobresaliente ejecución vocal, recordándonos un poco que Lou es uno de los grandes intérpretes de la época (vamos alguna vez Dylan requirió cantar? Tiene una voz que identificas en dos segundos, Lou también) y que decir de Hold On, con Lou nuevamente haciendo buen uso de su voz y una melodía ágil que se torna memorable al llegar al coro, ligada con la un tanto nostálgica Good Evening Mr Waldheim, dedicada a todos los rollos político raciales de la época, se acuerdan de Jessy Jackson, el que decían sería el primer presidente estadohundidense de color? Y pensar que esa mala suerte le tocaría a Obama, sabia jugada de ajedrez, poner al amigo de color en tiempos difíciles, para que esto no vuelva a suceder, muy inteligentes.

El disco “casi” cierra con Strawman, un tema enorme, de lo mejor que ha hecho Reed solista, un verdadero reclamo a la alta sociedad, a la clase política de parte de alguien que en verdad sabe, un trabajo de guitarra y vocal excelso de parte de Lou, de esas que te ponen la piel de gallina en verdad, no se puede ser fan de Reed y desconocer este tema monumental, ya saben, quien escupe al viento, siempre se le termina regresando.

El viejo cobertizo, el frío, mis padres molestos buscándome y yo con los audífonos, sorprendido ante la belleza y poder de este disco, pensando en lo grande que Lou es, sin importar la dirección que tomara.


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