Metallica-Kill Em All (1983)
Metallica-Kill Em All (1983)
Así es señores, el legendario Kill Em All, que muchos conocimos en los patios de las secundarias finalmente cumple en Julio 30 años de existencia, ese legendario disco que para muchos significó, cual País de las Maravillas de Lewis Carroll, o como esa siniestra oreja encontrada por el protagonista de Blue Velvet, de David Lynch, una entrada a un mundo fuera de lo normal, Kill Em All significó el gran banderazo de arranque para el Thrash Metal y el Speed Metal, hijos directos de la furiosa New Wave of British Heavy Metal originada en Inglaterra y que nos había traído una prodigiosa dosis de metal pesado y hambriento que se fusionaba en partes con el punk rock, como habían hecho los Motorhead y los Venom unos años antes.
Para los que me sigan pregonando sobre las bondades del Nevermind, aquí esta otro disco revolucionario que, aunque no de inmediato, si plantó la semilla de un cambio de dirección para muchos, tanto seguidores como disqueras en cuanto a la aceptación de sonidos más extremos, que continuaría en evolución constante, pone la piel de gallina escuchar esos solos a la velocidad de la luz que emitía Kirk Hammett con su furiosa guitarra, Hammett, “robado” de otra banda pionera, aunque con mala suerte, del mundo del Thrash, los Exodus, era un ex alumno del ENORME Joe Satriani y brindaba una dosis fuerte de dinamismo y de poder a Metallica, si ya de por si la banda contaba con la poderosa precisión de la guitarra de Hetfield, el brutal golpeteo del bajo de Cliff Burton y la sólida batería de Lars Ulrich (quien aunque nunca tuvo el nivel de un Dave Lombardo de Slayer o de un Igor Cavalera de Sepultura, tenía lo suyo, hay que reconocer).
Lo que por mucho hace sobresalir al Kill Em All de otros discos subterráneos de bandas como Slayer o Exodus precisamente es la ENORME habilidad instrumental de la banda, el sobresaliente bajo de Burton, un descendiente musical del gran Geezer Butler de los Sabbath, que se atrevía a lo que en aquel entonces era inédito, un bajista no sólo guiando las melodías, sino atreviéndose a ejecutar solos con su instrumento, el talento del ya mencionado Hammett en temas como Hit The Light, con la capacidad de liberar los demonios y dejarlos salir todos a impresionante velocidad, aunque y que muchos argumenten que Mustaine, anterior líder de la banda, había creado esos solos inicialmente, Hammett contaba con una corta carrera, pero mucho de su trabajo, de igual manera, a pesar de su ausencia se nota en los primeros y potentes discos de los Exodus.
Hay algo que llama mi atención de manera muy particular de Metallica en esta primera etapa, que definitivamente los pone en una categoría muy distante de Slayer o Exodus, y esa es su capacidad de generar una cadencia, como hacen en Jump In The Fire, cuya sucesión de notas de inmediato nos gancha, en lugar de golpearnos miserablemente, algo tal vez sólo comparable con Anthrax, aunque estos nunca tuvieran la destreza musical de Hetfield o Ulrich.
Temas como Metal Militia de alguna manera recrean el furioso avanzar de locomotora, sonido casi descubierto por Lemmy y sus Motorhead, a quienes parecieran casi rendir homenaje con Motorbreath, otro tema capaz de pulverizar a sus contemporáneos, a pesar de que el desarrollo vocal de Hetfield, aquí, aún se hallaba en estado de desarrollo, y para sus seguidores de la época, aun se comparaba con el que Dave Mustaine había dejado plasmados en los demos de la banda.
Diamond Head, Iron Maiden, UFO, Scorpions (los primeros Scorpions, esos que si rockeaban duro), Motorhead, Deep Purple y Black Sabbath son obvias influencias de Metallica en esta su primer aventura, inclusive algo de Thin Lizzy es detectable, y hasta de los Misfits, otra importante influencia de la banda, que no les avergonzaba exaltar en esas épocas, a pesar de ser una banda de “metal”.
Algunas de las inclinaciones progresivas de futuros discos ya son detectables en Phantom Lord, y ni que decir de esa habilidad (aprendida de los Thin Lizzy, obviamente) para crear temas memorables y rápidamente identificables, como Seek And Destroy, que sin duda ayudaron fuertemente a la masiva aceptación del grupo.
Aún y que hay discos como el Ride The Lightning o el Master Of Puppets que seguirán expandiendo la ambiciosa evolución del grupo, Kill Em All continua siendo un disco base de la banda, con un sonido que la banda pareciera buscar nuevamente con el fin de recobrar su “musa” inspiradora, como ha sucedido con discos como el más reciente Death Magnetic, en dónde la banda ha buscado recuperar la esencia de su sonido y desechar algunas tendencias temporales que les han restado valor en el mundo actual de la música.
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