Otra vez Grecia…



Otra vez Grecia…

“Las repúblicas declinan en democracias y las democracias degeneran en despotismo.”
Aristóteles

He escrito tantas veces sobre el caso particular de Grecia y es que es un ejemplo excelente de cómo cada país en este mundo depende uno de otro, es imposible cerrarnos y pensar que porque algo sucede lejos de nosotros, en otro continente, en otra realidad, esto no nos vaya afectar de alguna manera, la globalización y la interdependencia es algo que debemos aceptar y empezar a vivir en ella, y ante lo cual debemos estar alerta, ya que aquello que nos parece tan lejano podría desencadenar una situación adversa que se pudiera prevenir antes de vernos afectados, hoy más que nunca es tiempo de estar con los ojos y la mente abierta, de ampliar al máximo nuestro campo de visión, ya que lo que sucede al día de hoy en Grecia, pudiese ser el principio de un cambio mundial a suceder en menos tiempo de lo imaginado.

¿Será Grecia el inicio de una nueva era? Si las condiciones se dan posiblemente así lo sea, pero desafortunadamente no esa nueva era que muchos esperan que revolucione al mundo y nos incline a todos hacia la izquierda (nuevamente) o que implique un cambio social al estilo del que pregonaba Marx hace muchos años, las utopías y los caudillos no nos han llevado a nada bueno, y aunque la izquierda cuando es oposición tiene una belleza idealista, en la realidad, cuando toma el poder se torna autoritaria, Grecia desafortunadamente pudiera ser el detonante para turbulentos cambios en el escenario mundial, al grado de convertirse en un caso de estudios que muchos debieran estar prestando atención a cómo van sucediendo los hechos con mucho detenimiento de principio a fin, con la idea de tratar de cerrar un capitulo y darnos cuenta que de las opciones que pudiésemos tener esta no es la mejor y que de buenos deseos está lleno el infierno.

El país helénico, cuna de la civilización occidental continua pasando por fuertes apuros económicos, y el cambio de gobierno, ahora encabezado por el joven primer ministro Alex Tsipras empieza a darse cuenta que el camino será duro y cuesta arriba, hay que resaltar que Tsipras desde un inicio se amparó diciendo que lo que vendrá es complicado y que el cambio no se dará en lo inmediato, aunque no sabemos qué tan difícil le resultara imponer las condiciones que les sirvieron como palanca en su campaña, pudiera no ser tarea nada fácil, la Unión Europea rechaza la idea de perdonar la deuda o de suavizar las condiciones de austeridad, pilares de las promesas de campañas de Tsipras, lo cual lo pone en una situación compleja, pero que al parecer su cercanía con Rusia, contraparte de la UE pusiera presentarle una salida al dilema, lo cual implicaría una posible salida de Grecia de la zona euro y un acercamiento un tanto complejo con la Rusia del ambicioso Putin que pareciera estar recibiendo del cielo las oportunidad de expandir su influencia y de aumentar su popularidad, al más puro estilo del italiano Berlusconi.

La disyuntiva de Grecia es hoy si permanece en la zona Euro y acata las condiciones de la zona, reconociendo que el cambio no se dará como lo prometió Syriza, o buscar el apoyo de Rusia, en cuyo caso es posible que esto detone alguna intervención por parte de los EUA o de la UE, o peor aún de la ya renaciente OTAN con el fin de acotar el marco de influencia de Rusia, sumando mayor intensidad al conflicto de por sí ya latente en Ucrania (y agravando las ya de por si tensas relaciones entre Grecia y Turquía), con lo que los recuerdos de la vieja guerra fría empiecen a convertirse en algo más que solo recuerdos y se conviertan en fantasmas del pasado que vienen a atormentarnos, el renacimiento de ese sentimiento nacionalista pudiera extenderse por el sur de Europa, en dónde países como España, Italia y Portugal han sufrido al igual que Grecia con dichas medidas austeras, y si a eso agregamos la fuerza que el Frente Nacional en Francia va ganado y la inestabilidad social por los temas referentes a la situación de Islam actual en ese país, el caldo de cultivo para un conflicto no sólo en Europa, sino en el norte de África parece más proclive a detonarse que nunca.

Importante aquí, sería hacer memoria y recordar el caso de Chile en las épocas de Salvador Allende, el primer gobierno de izquierda en América Latina electo democráticamente, luego de una situación compleja, igualmente empujada por fuerzas ajenas al país (aunque el origen parece ser el mismo, un gobierno corrupto y poco empático con el pueblo) y con el pueblo votando por opciones radicales, intereses extranjeros afectados y la dura intervención del ejército o de un gobierno golpista respaldado por una potencia “imperialista”, ¿Será esta la posible conclusión de la situación actual de Grecia? ¿Una intervención desesperada por alguien afín a la OTAN con el objetivo de parar la influencia rusa en Europa? Los escenarios posibles nos dan como resultado que desgraciadamente la historia se puede repetir nuevamente y que las respuestas podrían estar en la historia de América Latina con lo sucedido en Chile en los 70s, o con la Venezuela actual, de cualquier manera la influencia ya no ideológica, sino expansionista y populista del “Putinismo” pareciera ser la nueva gran sobra que se cierne sobre Europa, que pareciera estar tomando más y más fuerza en el sur, dejando el terreno libre no sólo para gobiernos radicales y autoritarios, sino para la entrada de nuevos jugadores desestabilizadores como el Islam radical, que sólo dios sabe que pudiese resultar al mezclarse con el populismo y el nacionalismo hoy rampante en esa zona.






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