Tad-Inhaler (1993)
Tad-Inhaler (1993)
“Siempre creí que tenía algo importante que decir, y lo dije.”
Lou Reed
Con regularidad suelo hablar con algo de desdén respecto al mal
llamado “grunge” de Seattle, que las
masas conocieron (Pearl Jam, Alice In Chains, Nirvana), y es que en verdad me
cuesta un poco hablar de aquellos años de gloria musical verdadera, de algo que
pudo ser, y a fin de cuentas la revolución que nos prometían tanto, termino
domesticándose, el arma letal contra todo lo comercial terminó perdiendo su
filo, se empacó al final como algo seguro y se vendió en su tiendita de la
esquina para toda ama de casa que quisiera disfrutarlo, la rebeldía terminó
convirtiéndose en algo con un nombre similar a un desodorante para
adolescentes, y de ser una maldita y apestosa música salvaje, termino
convirtiéndose en algo tan subversivo como un mueble más de la sala de casa de
tus padres, tan insoportable que dos de sus principales pilares, Kart Cobain de
Nirvana y Layney Staley de los Alice In Chinas terminaron renegando hasta de su
propia vida, y los Pearl Jam lucharon de manera estúpida contra toda la fama
que buscaron en sus inicios, con considerables cuentas de banco, ahora los PJ
quisieran volver a ser “underground”
emulando las hipócritas estrategias de bandas como U2 o Coldplay.
Desafortunadamente para muchos, Seattle jamás será motivo de
orgullo independiente en el mundo de la música, como lo han sido ciudades como
Nueva York (con una larga tradición histórica de bandas malditas, desde los
Fugs o los Velvets, hasta los Sonic Youth), Boston (con sus Pixies o Dinosaur
Jr), Minneapolis (con sus enormes pilares, Husker Du, The Replacements o los
Soul Asylum), y es que claro, Seattle tuvo a sus Melvins (que ni siquiera era
de Seattle y renegaban del aquel lugar), o a los Mudhoney (cuya carrera fue
viento en popa cuando se desligaron y renegaron también de aquella tierra del
norte), quienes jugaron el juego, quedaron el camino, ahí están las carreras
destruidas de bandas como Mother Love Bone, los Gruntruck, los Soundgarden (quienes
me encantaban) o los Screaming Trees, bandas que pudieron ser legendarias pero
que se perdieron en la ruta al éxito comercial.
Entre toda esa multitud de bandas que en su momento salieron
de Seattle y de su “faro de luz” musical, la alguna vez extraordinaria (y hoy
mundana) disquera Sub Pop, estaban los poderosos Tad, banda que al igual que
Soundgarden y Screaming Trees pagaban sendos tributos al punk rock y al rock
clásico de los 70s, con unos Soundgarden adorando a los Black Sabbath, unos
Screaming Trees adorando a los Cream, y en particular los Tad seguidores del
rock duro de los Aerosmith.
En el caso de los Tad, hubiera sido imposible que estos se
convirtieran en favoritos de un canal de video como los MTV, como dicen: “El
video mató a la estrella del radio”, y es que por más bien que los Tad pudiesen
sonar, MTV rechazó una y mil veces sus videos, argumentando la fealdad y
suciedad de los miembros de la banda, y es que los Tad difícilmente pudieran
haber pasado como miembros de Poison o de Winger, siendo más cercanos al “look” de un camionero o de un leñador,
lo cual en tristemente en verdad dice muy poco de la calidad musical de estos
pesadísimos músicos, suyo futuro, basado únicamente en el puro talento musical
debió ser uno muy brillante, ya que mientras contemporáneos en aquellos días,
como los Skin Yard eran muy oscuros, o los Soundgarden bastante abstractos, los
Tad rockeaban duro y sin muchos
misterios alrededor, simplemente una banda de rock duro que te golpeaba directo
a la cabeza y que creaba muy buenas canciones, acercándose a grupos como los
siempre underground The Melvins o los
exitosos, pero mejor aseados Metallica.
Inhaler, editado en 1993, se convertiría en uno de sus
mejores trabajos musicales de los Tad, con un estupendo trabajo de grabación y
producción a cargo del Dinosaur Jr. J Macis, que consiguió darle un toque de accesibilidad
a estos rudos norteños, permitiéndoles
brillar brutalmente en geniales temas con baterías que golpeaban como patada de
mula, bajos que ladraban de manera feroz y amenazante, guitarras que lo mismo
rugían con rasgueos pesadísimos o gritaba de manera disonante con chiquillos
estremecedores, todo esto al tiempo que las poderosas vocales de Tal Doyle,
vocalista de la banda sonaban como provenientes de aquel temible gigante del
cuento de las habichuelas mágicas, mientras este corría para devorarnos.
Al igual que los Melvins, o los Skin Yard, los Tad
entendieron a la perfección la señal de lo bueno que podía ser practicar el
punk sin olvidarse de que su primer amor habían sido aquellas legendarias
bandas de hard rock clásico, los Black Sabbath, Aerosmith o Kiss, de esta
manera estaban perfectamente habilitados para traernos discos intensos y
furiosos perfectamente aderezados con pesadísimo e inteligentes arreglos
instrumentales, una banda tan pesada en su sonido como su imagen, que debió conmocionar
a muchos en aquella gira mundial que hicieron con los Soundgarden cuando estos
promocionaban el estelar Surperunknown (último gran disco de los Soundgarden).
Un triste caso de injusticia que no resulta nada sorprendente
si tomamos en cuenta que los Skin Yard en Seattle no resultan siquiera
recordados, o que los Dinosaur Jr en Boston nunca pudieron tener el éxito comercial
de unos Nirvana, que les debían todo musicalmente hablando, vaya, ni los Husker
Du, una de las bandas que más he disfrutado, pudieron pasar de ser una banda subterránea
de Minneapolis que pudo ser la mejor del mundo.
Tal vez el único pecado de los Tad fue nacer en Seatlle, una
ciudad próxima en aquellos años a convertirse en la nueva cuna sagrada de la mal
nombrada música alternativa, cuando Tad no era ni siquiera grunge, sino una banda sucia de heavy
metal, una que no hubiese sonado
fuera de lugar junto a bandas de Nueva York como Prong o los Helmet, con su
versión moderna y dinámica del genero metálico por excelencia, recordemos que ver
a un tipo con camisa de franela tocando grunge
se volvió un cliché en los 90s, pero una banda de heavy metal puro tocada por leñadores
no hubiese tomado a muchos por sorpresa, por lo menos le función a Helmet.
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