CAN, Monster Movie, 1969, Una Reseña





CAN, Monster Movie, 1969, Una Reseña

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

Si hablamos de los alemanes CAN (una de mis bandas favoritas de toda la historia), podemos hablar de varias versiones de la banda, la primera claro, y la más corta, con el afroamericano Malcolm Mooney en las vocales, probablemente la fase más “menos abstracta” de la banda, después, la etapa más experimental de la banda (y la más exitosa) con el japones Damo Suzuki, y por último una etapa sin vocalistas, en la cual la banda se alejaba un poco del mundo del rock e introducía aún más elementos de la música electrónica y de lo que más adelante se denominaría “world music”, en particular, Monster Movie, es el primero disco en formal de la banda, perteneciente a la primer etapa de la banda, y sería el único en el que Mooney aparecería cantando en la totalidad de la grabación (más adelante, Mooney regresaría a la banda para grabar algunas cosas), Mooney era un personaje volátil, que en mi imaginación conecta a los CAN con los Bad Brains, con Lee “Scratch Perry”, un poco con James Brown y posiblemente con los Death Grips, un vocalista “punk” hasta cierto punto, antes de que siquiera existiera tal connotación, capaz de conjugar un sinfín de emociones y ponerse a si mismo en la delgada línea divisoria entre la cordura y la locura.

Para 1969 en que se editaba éste disco, los CAN ya eran veteranos de la escena (escaza) alemana de rock experimental, que se conocería más adelante como krautrock, despreciados por la industria del disco que no veía futuro comercial en las largas e hipnóticas improvisaciones de la banda, casi mantras que iban más allá del rock psicodélico de la época, y que develaba un cúmulo de inusuales influencias, desde el ya mencionado Brown, la música de Frank Zappa, los trabajos de Karlheinz Stockhausen, John Cage, Jimi Hendrix y los Velvet Underground, como en el titulo con que abre el disco, el devastador Father Cannot Yell, con las insistentes baterías de Jaki Liebezeit y el pulsante bajo de Holger Czukay, portentosa base para las estridentes y abrasivas incursiones del tecladista Irmin Schmidt y del guitarrista Michael Karoli, éste último, tal vez el más inmerso en el mundo del rock, y cuyas guitarras son un poderoso elemento disruptor a lo largo de tema, en el que la banda no se intimida a la hora de jugar con el ruido producido de forma en ocasiones involuntario por el volumen excesivo de sus instrumentos, al tiempo que Czukay utiliza su bajo para crear interesantes melodías alternas que se convertirán en las bases para el sonido característico de nuevos géneros como el post punk.

Se dice que la clásica Sister Ray de los Velvet Underground sería la base para Father Cannot Yell, muy posiblemente así lo sea, pero los CAN se escuchan más en poder del caos sonoro que desatan y aunque el tema es de una intensidad al rojo vivo, la banda, tal vez con la excepción de Mooney, se escuchan en todo momento dueños del monstruo que han creado, mientras que en Mary, Mary So Contrary, hay tintes poderosos de psicodelia muy peculiar, considerando que el tema está basado en una canción inglesa de cuna muy popular y que nos podría traer alguna cercanía no sólo con los Pink Floyd de Syd Barrett, vigentes en esa época, además de que en él se pueden identificar elementos cercanos a los Mothers of Invention de Frank Zappa, y precisamente es a los Pink Floyd con Barrett, a quienes me recuerdan los CAN en Outside My Door, considerando que los brutales riffs de guitarra de Karoli son bastantes cercanos a las guitarras de Barrett, al tiempo que Mooney introduce líneas de armónica que nos remiten nuevamente a Zappa por momentos (¿Alguien dijo Trouble Everyday?).

Aunque podemos hablar de Monster Movie, como el disco más cercano al “rock” por parte de los CAN, en temas como la mastodóntica Yoo Doo Right, es claro que la banda se sale de lo común para explorar territorio realmente inédito en el mundo del rock, con profundas raíces en el minimalismo y buscando crear asombrosas experiencias casi hipnóticas en las que Mooney, más que como vocalista, actúa como un chamán poseído completamente por espíritus ajenos, su canto se convierte en un lamento en los bordes del colapso y el éxtasis, dándole así una peculiar identidad a la banda que les serviría para alcanzar nuevas alturas más adelante, ya no con Mooney, pero si con otro vocalista-chamán del mismo calibre, así, aunque Monster Movie es un debut “tímido” para una banda como los CAN, es un documento suficientemente amplio y decidido para poner a la banda con los pies firmes, sobre el territorio del rock experimental a construirse de forma más ambiciosa en la década de los 70s, éste era sólo el principio para los CAN, pero ya se veían bastante aventajados con respecto a sus contemporáneos.


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