El Futuro de la "Izquierda"
El Futuro de la "Izquierda"
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
Podemos afirmar que el Partido Revolucionario Institucional
(PRI) nunca fue un partido de izquierda, su conservadurismo los ha puesto en
evidencia en todo momento, hoy también
podemos afirmar que el Movimiento de Regeneración Nacional, tampoco lo
es, no se necesita tanto análisis para afirmar que Morena, con su sistema de
apoyos transferencias directas de recursos a discreción, su red clientelar y
sus procesos autoritarios al interior del partido, se asemejan más al PRI de
antaño que al moderno partido de izquierda que muchos quisiéramos, y que el PRD
no pudo llegar a ser, ¿Sorpresa? Ninguna, basta con saber que Andrés López,
Marcelo Ebrard, Manuel Bartlett, Porfirio Muñoz Ledo y Ricardo Monreal, sólo
por mencionar a algunos, salieron de las filas del PRI de antaño y sólo en un
país muy ignorante políticamente hablando, pudieron triunfar catalogándose como
el "cambio que el país necesitaba", y como la única esperanza de
derrotar " definitivamente" al PRI, ¿Derrotar al PRI con el mismo
PRI? Sólo en la imaginación de los ingenuos.
Sabemos que el pragmatismo electoral era una de las
principales "ideologías" dentro del PRI, hoy sabemos que en Morena se
aplica una visión similar, no es sorpresa que los viejos aliados del PRI, hoy
lo sean de Morena, ahí está el Partido Encuentro Social, partido de ultra
derecha, el Partido del Trabajo, franquicia familiar de Alberto Anaya y
adoradores de las dictaduras Cubanas y Norcoreanas, o el Partido Verde
Ecologista de México, otra franquicia familiar que funciona como un mero
negocio; no es sorpresa que éstos partidos alguna vez satélites del PRI, hoy lo
sean de Morena, considerando su naturaleza oportunista, y de buscar mantenerse cercanos
al poder, con el único propósito de obtener un benéfico de éste, lo más
lamentable es que para los cegados por el fanatismo hacia el presidente, hoy
éstos partidos satélites, ayer criticados, hoy sean bienvenidos, y hasta
defendidos a capa y espada por los “lopezobradoristas” que han perdido no sólo
su capacidad de pensar en forma crítica, también toda su dignidad al ser constantemente
puesto en evidencia incluso por su adorado caudillo.
Caso más reciente en Nuevo León, en dónde vivimos a uno de
los capos locales de la política, Abel Guerra, siempre fiel al PRI, ir a
recibir personalmente a la todavía hoy dirigente de Morena, Yeidckol Polevnsky,
hace más de un año señalamos que la esposa de Abel Guerra, Clara Luz Flores,
poco a poco se iba perfilando como potencial candidato a contender por el
gobierno del Estado en una particular alianza entre el PRI y Morena, muchos
seguidores de Morena aseguraron que su partido jamás consideraría tal alianza
con un partido como el PRI, pues los meses han pasado y no es sorpresa la
cercanía que hoy es obvia entre los PRIístas Abel Guerra y Clara Luz Flores y
Morena, considerando que Abel es uno de los hombres clave en la política del Estado,
un hombre del "viejo PRI", que cuando se vio desplazado por el tándem
político de Natividad González Parás y su alfil, Rodrigo Medina, supo diseñar
una estrategia para aumentar su influencia en el estado mediante el
fortalecimiento de su coto de poder en los municipios de Escobedo y García, y
mediante el uso de un alfil en la forma del candidato "independiente"
Jaime Rodríguez Calderón, si ese al que llaman el “Bronco” , uno de sus
antiguos subordinados, un ex PRIísta, para variar y un hombre que personificaba
perfectamente el pragmatismo electoral del viejo PRI, no es ninguna sorpresa
que los caminos de Abel Guerra y Morena se crucen hoy, estaban hechos el uno
para el otro y el ADN PRIísta corre por sus venas, la sangre llama, y Morena
necesita desesperadamente una base en el Estado, y el PRI necesita un prestanombres
para ocultar su maltrecha marca, el PT podrá ser una minoría organizada capaz
de llenar plazas y de reunir firmas para evitar que Felipe Calderón de
conferencias en Monterrey, pero no son capaces de reunir votos suficientes que
aseguren el triunfo en un Estado principalmente de clase media y con una
economía aún pujante, cómo Nuevo León, por ello Morena requiere
desesperadamente del PRI y de Abel Guerra, y su candidata será sin dudas, Clara
Luz Flores, en Morena no hay lugar para la disidencia actualmente por lo que
los fanáticos de Morena, y alguna vez “anti PRIístas”, deberán aplaudir y
vitorear la llegada de Abel Guerra y Clara Luz (y muchos más) a Morena.
Muchos dirán que no hay oposición ni en el Estado, ni en el
país, y es cierto, muchas de las encuestas ponen como única oposición, al ex
presidente Felipe Calderón y a su proyecto de partido, México Libre, la realidad
es que el mismo Calderón ha sido fuertemente impulsado por el mismo presidente
Andrés López, quien insiste en mencionarlo y usarlo como el “coco” de la
presente administración, plan con maña para hablar de una supuesta vía democrática
y de respeto a la confrontación, mientras destruye lentamente a las instituciones
autónomas como el INE, mientras que el PAN y el PRD están bastante diezmados
tras las campañas presidenciales del 2018, en que se dio una separación entre
las bases y los liderazgos de dichos partidos, pero no hay que olvidar que la
oposición al oficialismo, por lo regular viene del mismo interior, así surgieron
el PAN, el PRD y Morena, y no sería ninguna sorpresa que del interior de Morena
surgiera la oposición principal a éste partido en el futuro, considerando la
cantidad de corrientes que existen al interior al haber aplicado un pragmatismo
salvaje buscando llegar al poder por cualquier medio posible, de ésta forma,
veríamos que de ese, más que partido, aparato electoral personal para llevar al
poder a Andrés López, estaríamos viendo dos cosas, una, su desesperada anexión
a la estructura del PRI, y dos, el surgimiento de una corriente opositora a
éste, que estaría separándose y tomando fuerza suficiente para hacer tambalear
al oficialismo.
El riesgo que representa un fracaso del proyecto del
presidente López es tan grande, por el enorme peso de las promesas hechas y la
ineficiencia para gobernar del presidente, más ocupado, u obsesionado, en
consolidar su poder y diezmar a sus enemigos, que como ya lo hemos señalado, el
verdadero peligro para México es lo que vendrá después de su estrepitoso
fracaso, la posibilidad de que un México, decepcionado, desencantado y desilusionado,
ya sin personajes mesiánicos que prometan “el paraíso en la Tierra”, busque
llevar las cosas a un extremo de radicalidad mayor bajo la consigna de "
ya peor no podemos estar" y entonces ver la dinámica de un personaje como
Donald Trump, Rodrigo Duterte o Jair Bolsonaro, que se encargue de demostrar lo
impensable para muchos que se han negado a razonar, que siempre podemos estar
peor.
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