Liturgy, HAQQ, 2019, Una Reseña
Liturgy, HAQQ, 2019, Una Reseña
Por: Erreh Svaia
El Craneoscopio
Una vez más hay que agradecer a Liturgy por hacer las cosas
diferentes e introducir elementos realmente innovadores al mundo de la música
extrema, ya que eso es lo que hacen precisamente en el increíble HAQQ, llegado
al mundo en forma de ataque sorpresa, sin previa advertencia, y vaya que ha
resultado un evento tan grato, como inesperado, considerando que la banda sigue
llevando su vocación experimental hasta los límites, utilizando elementos que
añaden múltiples dimensiones a su ya de por si esquizofrénica naturaleza, así
nos encontramos con piezas que llevan una inusitada multitud de influencias inconexas
algunas, que va desde los míticos Swans de Michael Gira, al hypnagogic pop de James
Ferraro, al tintinnabulismo del célebre Arvo Part, el músculo de los Lightning
Bolt, la brutalidad de unos Mayhem, una visión muy personal de Hunter
Hunt-Hendrix sobre Karl Marx, la incesante magia de un Conlon Nancarrow y la majestuosidad
de los Magma, por supuesto que mucho de esto le parecerá a muchos pretencioso
en exceso, para los fundamentalistas del black metal, les parecerá un insulto,
aunque pienso que llamar a la actual música de Liturgy “black metal” es un
insulto a tan ambiciosa banda.
Seguramente eso de los análisis "psicológicos marxistas
sobre Dios", que forman la base filosófica detrás de este disco, es
nuevamente una investigación y cuestionamiento introspectivo por parte de
Hunt-Hendrix en el primer tema titulado HAJJ, tenemos fuertes dosis de ruido
blanco, pianos que avanzan de manera casi robótica, y una sección rítmica maravillosa
que se fuerza a si misma a llegar al extremo, los sonidos son tan
inclasificables que la única cercanía a éstos me parece que sea el fabuloso
proyecto, también en los límites del “black metal” llamado The Botanist, así
nos encontramos con un duelo épico entre los participantes de éste grupo, confrontado
con los guturales gritos de Hunt-Hendrix, posiblemente el único elemento
identificable como proveniente del BM, ya que de forma subliminal la banda introduce
elementos disonantes y a la vez melódicos que parecieran traer a la mente el
Zeuhl de los míticos Magma, con esa características casi cósmicas y alucinantes,
todo ello tratado, o “mal tratado” electrónicamente para sonar totalmente disasociado
por momentos en una experiencia cuasi metafísica.
Para EXACO I, la influencia de Nancarrow y sus incansables
pianolas, así como el brutal tratamiento electrónico que se le da a la
grabación, ponen a la pieza como un peculiar punto del disco que definitivamente
pone a la banda en territorio de vanguardia, seguido de la belleza de las
primeras notas de VIRGINITY, que rápidamente es violentada por rabiosas
guitarras en duelo mortal de Hunt-Hendrix y de Bernard Gann, y las vocales de
ultratumba de Hunt-Hendrix con diatribas acerca de la existencia misma, flanqueados
de maravilla por coros casi celestiales que nuevamente ponen a éste disco en un
territorio poco explorado por bandas de ésta ferocidad y fascinación por la
forma libre, desechando cualquier tipo de estructura común dentro de sus composiciones,
necesario resaltar aquí el extraordinario trabajo de la sección rítmica formada
por Leo Didkovsky en las baterías y por Tia Vincent Clark en el bajo, ambos
sumamente destacables en sus instrumentos en temas como PASAQALIA.
Temas como GOD OF LOVE, sin duda requieren ser escuchadas para
creerse, partiendo de una base armoniosa y después cayendo en una caótica
espiral sonora, en un viaje que busca romper los límites de la música y
dirigirse al sonido puro, ejecutado de manera espectacular por éstos músicos,
determinados a crear música más allá de los confines de la imaginación, y lo
más importante, sin miedo a asumir riesgo tras riesgo en lo que pareciera ser
una búsqueda de características existenciales, irrumpidas brutalmente por cambios
súbitos de ritmo e incluso de frecuencias que otorgan un efecto casi surrealista
a cada una de las piezas, el disco cierra de manera espectacular con la lúgubre
pieza que da nombre al disco, con un trabajo ejemplar por parte de los cuatro músicos,
coordinando de manera soberbia sus instrumentos, creando espacios fabulosos en
una pieza que es experimentación sonora en su más puro estado, para finalmente
terminar con (…) en dónde la furia de la banda se disuelve en el infinito, dejando
atrás el plano físico y convirtiese en espíritu
puro, extraordinario disco de una banda que en realidad se esfuerza por ser
diferente, y que lo logra una y otra vez.
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