MC5, Kick Out The Jams, 1968, Una Reseña





MC5, Kick Out The Jams, 1968, Una Reseña

Por: Erreh Svaia

El Craneoscopio

En 1968, este disco, grabado en vivo, debió sonar como el mismo fin del mundo, 5 desafiantes jóvenes de la ciudad de Detroit, que forjaba con muchos decibeles su reputación como la “Detroit Rock City”, que años más tarde celebrarían los Kiss; Conocidos como los MC5, o los Motor City Five, la banda tocaba una explosiva combinación del rock desafiante de los Who, la energía electrizante de un James Brown y la adicción al ruido puro de unos Velvet Underground o unos Blue Cheer, aunque no eran tan diestros como Eric Clapton y sus Cream, y por momentos ignoraban la enorme influencia del blues de muchas de sus influencias originales, se distinguían por amar con locura el free jazz de bandas como Sun Ra o John Coltrane, sonidos que se colaban y eran perceptibles en los estridentes solos de guitarra de Fred “Sonic” Smith y de Wayne Kramer, así los MC5 eran “demasiado, muy pronto”, como sentenciaban lamentablemente los New York Dolls en uno de sus discos.

Los MC5 eran provocadores profesionales y así lo manifestaba no sólo su música y sus letras, también sus actitudes e intensidad en sus conciertos, no es sorpresa que su disco debut haya sido extrañamente un disco “en vivo”, que muchos considerarían, capturaba de mejor forma la tremenda energía irradiada por la banda, abriendo un camino para bandas como los ya mencionados Kiss, que seguramente tomarían como referencia no sólo a la ciudad de Detroit, sino a capturar un show en vivo, que pudiera mostrar la energía y la magia de la banda ante su público, así podemos escuchar en la forma más cruda y pura las guitarras de Kramer y Smith en temas clásicos como Ramblin´ Rose, en dónde la banda golpea duramente sus instrumentos de una forma tan primitiva como sofisticada, si una poderosa incongruencia sonora así pudiera ser comprendida sólo a través de las palabras, así los MC5 eran al mismo tiempo unas bestias brutales y un extraño combo vanguardista que llamaba a su público a “romper las ataduras” en Kick Out The Jams, el tema clásico que da título al disco.

Escuchar a la banda en el contexto en vivo es seguramente la mejor forma de apreciar plenamente a la banda, que en temas como Come Together (no el tema de los Beatles), dan rienda suelta a un poder sónico que fácilmente avasallaba a toda la experiencia musical de la época, que se daba oportunidad de invocar algo de las inclinaciones artísticas y de rock opera al estilo de los Who, además de sumar esa insana afición por el caos instrumental, que no era algo hecho con descuido, sino mostrando gran reverencia por gente como Coltrane o Pharoah Sanders, o si uno escucha Sonic Reducer No. 62 o Borderline, uno ya puede percibir de alguna forma el advenimiento del punk rock o del hardcore punk con la banda en actitud feroz y virulenta, que seguramente futuros punk rockers como los Clash y los Damned debieron escuchar extasiados, reconociendo un llamado a la anarquía y al desacato, pero también tendríamos que preguntar a esas primeras bandas del llamado “grunge”, si temas como I Want You Right Now, son la inspiración real de sus alucinantes, abrasivas y reptantes aventuras, antes de la fama y el glamur.

Temas como Starship son precisamente el tipo de piezas que han ayudado a identificar esa vertiente vanguardista en la banda, que puede ser mejor trazada a la escena del free jazz y a los ejercicios de estática cósmica de alguien como el legendario Sun Ra, un tema electrizante que se asemeja más a un exorcismo, que a una canción de rock n roll, de ésta forma los MC5 llevaban al rock n roll a un nivel de peligrosidad insospechado por el momento, de ésta forma los límites y las ataduras eran rotas, y la caja de Pandora se abría para temas sumamente rabiosos, estridentes e incluso brutales, difícil imaginar plenamente lo sucedido aquella noche de Halloween en Detroit, pero el documento sonoro que ha podido capturar parte de la magia, sigue tan vigente en los 70s, como hoy en día, un disco de alta energía, inusual, poco escuchado, a pesar de que implica un verdadero Big Bang, uno de dimensiones épicas.



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