Acid Mothers Temple & The Melting Paraiso U.F.O.-The Ripper At The Heaven's Gates Of Dark

Primero el sonido como de una alarma, después unos desquiciados y poderosos riffs con que inicia este disco acompañados de esas vocales como de banshee nos hacen pensar de inmediato lo siguiente: se trata de un track perdido de Led Zeppelin rescatado del más allá para deleitarnos este fin de año? Acaso Plant, Page, Jones y Bonham grabaron algo que dejaron por ahí perdido? Agréguenle a eso las vocales de alto registro como en los mejores tiempos del buen Robert Plant, quisiera decir que si y como su líder Kawabata Makoto señaló alguna vez, el objetivo principal de los Acid Mothers Temple, su razón de ser es mezclar ese rock tonto y enorme de los 70s, con el que más de uno nos iniciamos con este rollo de la música, con los experimentos electrónicos de vanguardia de compositores como Karlheinz Stockhausen, etcétera, en Chinese Flying Saucer, Makoto y los suyos (destaquemos las vocales de Tsuyama Atsushi) de plano se van de boca con ese rock machacón de los Zeppelin, un sentido homenaje a esa gloria musical de los hard rockeros ingleses, que a más de un  amante del buen rock de los 70s le hará caerse de su silla, Makoto de plano deja salir el guitar hero que lleva dentro con esos riffs contundentes y esos leads desgarradores,

Si dividimos esa primer pieza en dos partes, nos daremos cuenta de las obsesiones de Makoto, quien poco a poco empieza a deformar sus riffs, en sonidos más abstractos y la pieza en general comienza a hundirse en ruido y sonidos electrónicos, como si ambos extremos musicales de los 70s se unieran en una sacrílega ceremonia cósmica, precedida en partes iguales por Stockhausen y por Jimmy Page (de tan sólo imaginarlo dan escalofríos no?), esto sólo sucede en estos discos sorprendentes de los Acid Mothers, con su descarada referencia a los clásicos (Black Sabbath, Pink Floyd, Frank Zappa, Led Zeppelin, King Crimson, Deep Purple) al mismo tiempo que a la música más descabellada (la electrónica de Stockhausen, Cage, Niblock, la música medieval, oriental etc…)

Chakra 24 aborda el folk (que de hecho no nos aleja mucho del rollo Zeppelin (recordarán aquellas desviaciones folkies del zeppelin de plomo…) la voz de Atsushi sigue invocando imágenes del Plant más alucinado y la guitarra de Makoto se planta cercana al Page más folkie, ese que se quitaba el sombrero ante Roy Harper, y hasta incluye el sonido hindú de la sitara, que creo Page no conoció, sólo Brian Jones y George Harrison, si no me equivoco), no sin dejar a un lado ese burbujeante sintetizador omnipresente, que vuelve esto un track que pudo ser grabado por un alucinante Led Zeppelin, por un más extravagante Pink Floyd o por un más trippeado T Rex de los inicios.

Back Door Man Of Ghost Rails Inn me recuerda por momentos a los Zeppelin más místicos, en otros a Pink Floyd (con Barrett poniéndose loco en la guitarra), mientras que las vocales mantienen un cierto shamaninsmo como ese que manejaba Jim Morrison, pero llegando a los extremos que manejaba un “fan” de Morrison como Iggy Pop, otro fan de Morrison, también oriental, Keiji Haino también me viene a la mente durante esta pieza, el alucine en plan fin del mundo que manejaban los Amon Duul (1 y 2) también podría ser otro referente importante aquí.

Un disco más oscuro y cósmico que los anteriores que les he escuchado, las guitarras a diferencia de la primera pieza suenan dispersas, las vocales, esos si, más alucinantes que nunca, un trabajo de bajo y batería inmersos hasta el cuello en la psicodelia de los 70s, como bien lo anuncian en el título del disco, los Pink Floyd (o los Syd Floyd como suelo nombrarlos cuando estaban con Barrett) son un inequívoco referente aquí, esos pasajes de guitarras disonantes que hacia Barrett (que en ocasiones usaba un encendedor o una moneda para conseguir se hacen presentes), que si bien no era un guitarrista técnico, hay que mencionar que era uno muy inventivo y de rebosante creatividad.

Bienvenidos al show de sus sueños en dónde Led Zeppelin es abridor de un épico concierto en dónde Barrett se avienta un jam increíble con los Amon Duul y no se asusten por despertar, ya que lo pueden escuchar una y otra vez, el año empieza a írsenos de las manos, esperemos dejar la menor cantidad de discos sin reseñar posibles de este buen 2011.

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