El Camarón de la Isla-Al Verte Las Flores Lloran
Pinàculo español de mùsica llena de pasiòn y poder, misteriosamente esta serie de discos, fruto de la colaboraciòn del genial cantante español Camaròn de la Isla (irònicamente un guitarrista un tanto frustrado) y el gran guitarrista flamenco Paco de Lucìa (irònicamente un cantante de flamenco frustrado) carecen de tìtulo y se les ha nombrado con la primer canciòn del disco.
Grabado en el 69, Paco de Lucìa un consagrado de la guitarra admirado por muchos y detestado por otros, esto ùltimo debido a sus "crossovers" con el jazz y el rock, algo mal visto en los circulos tradicionalistas flamencos, asì como el cantante Camaròn de la Isla, otro mùsico fuera de serie, màs parecido a un "rockstar" que a un "cantaor" flamenco.
Camaròn y Paco nos brindan un disco espactacular, controversial como pocos en su època, que la verdad a mi me suena màs a rock n roll que a cualquier otra cosa, recordemos que el rock naciò de una expresiòn de rebeldìa, de una necesidad de expulsar energìa y pasiòn, de la misma manera Camaròn y Paco explotan de manera irrepresible a travès de cada melodìa, Paco por un lado con sus incendiarias ejecuciones, fruto de horas y horas de pràctica, que se debaten entre el profundo conocimiento de la tradiciòn y el arriegue de incluir una furiosa dosis de energìa y una aventurada mirada a la improvisaciòn, por otro lado, el poderoso Camaròn, con una voz màs arrebatadora que cantante màs triste de blues, remitiendome un poco a aquellos legendarios cantantes de Rembetika (algo asì como el blues greco-turco por decirlo de alguna manera) que cantaban de manera desgarradora sus historias de dolor, enfermedad, pobreza y drogadicciòn, Camaròn nos arrastra a ese mundo de dolor y pena perpetuo, como las oscuras melodìas de Jacques Brel, a travès de mundos donde se sufre, se llora, pero que al terminar resultan un vertiginosa catarsis, llena de poder, que irònicamente revitaliza, un disco tan poderoso, violento y oscuro, que al terminar nos hace ver la vida de una manera gentil, plàcida y llena de luz.
Un disco destinado a romper de lleno con las tradiciones, llevar el canto flamenco a otras audiencias, consagrar a sus ejecutores y dar el impulso adecuado a sus carreras, Paco consagrandose como un talento inusual y osado experimentador y Camaròn, como el hombre con una voz desgarradora, capaz de erizar la piel de cualquiera, con su poder de transmitir mil emociones y no sòlo eso, capaz de llevar el flamenco a lugares insospechados.
Grabado en el 69, Paco de Lucìa un consagrado de la guitarra admirado por muchos y detestado por otros, esto ùltimo debido a sus "crossovers" con el jazz y el rock, algo mal visto en los circulos tradicionalistas flamencos, asì como el cantante Camaròn de la Isla, otro mùsico fuera de serie, màs parecido a un "rockstar" que a un "cantaor" flamenco.
Camaròn y Paco nos brindan un disco espactacular, controversial como pocos en su època, que la verdad a mi me suena màs a rock n roll que a cualquier otra cosa, recordemos que el rock naciò de una expresiòn de rebeldìa, de una necesidad de expulsar energìa y pasiòn, de la misma manera Camaròn y Paco explotan de manera irrepresible a travès de cada melodìa, Paco por un lado con sus incendiarias ejecuciones, fruto de horas y horas de pràctica, que se debaten entre el profundo conocimiento de la tradiciòn y el arriegue de incluir una furiosa dosis de energìa y una aventurada mirada a la improvisaciòn, por otro lado, el poderoso Camaròn, con una voz màs arrebatadora que cantante màs triste de blues, remitiendome un poco a aquellos legendarios cantantes de Rembetika (algo asì como el blues greco-turco por decirlo de alguna manera) que cantaban de manera desgarradora sus historias de dolor, enfermedad, pobreza y drogadicciòn, Camaròn nos arrastra a ese mundo de dolor y pena perpetuo, como las oscuras melodìas de Jacques Brel, a travès de mundos donde se sufre, se llora, pero que al terminar resultan un vertiginosa catarsis, llena de poder, que irònicamente revitaliza, un disco tan poderoso, violento y oscuro, que al terminar nos hace ver la vida de una manera gentil, plàcida y llena de luz.
Un disco destinado a romper de lleno con las tradiciones, llevar el canto flamenco a otras audiencias, consagrar a sus ejecutores y dar el impulso adecuado a sus carreras, Paco consagrandose como un talento inusual y osado experimentador y Camaròn, como el hombre con una voz desgarradora, capaz de erizar la piel de cualquiera, con su poder de transmitir mil emociones y no sòlo eso, capaz de llevar el flamenco a lugares insospechados.
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