Capitalismo y Salud
Capitalismo y
Salud
“Ejercicio para estimular, no para aniquilar, el mundo no se hizo en un
d铆a, y tampoco nosotros, f铆jate peque帽as metas y crece alrededor de ellas.”
Lee Haney
Seguido llama mi atenci贸n como nuevas modas en cuanto a
salud f铆sica surgen, causan furor y despu茅s desaparecen o quedan como algo ah铆
perdido en la historia, infinidad de “gur煤s” que pretenden lucrar con
soluciones y aparatos milagrosos que prometen dar soluci贸n a los anhelos de la
gente, resultados asombrosos a cambio de poco esfuerzo, ecuaci贸n que de sobra
sabemos no se sostiene, pero que la mercadotecnia y la publicidad se han
aferrado en vendernos, en cegarnos y en enganchar a uno o a muchos incautos,
as铆 me toc贸 ver el surgimiento de modas como los llamados Pilates, patrocinados
por incontables estrellas de Hollywood que seguramente deben recibir una buena
tajada de quienes lucran creando franquicias alrededor de estas modas, hemos
visto el surgimiento del llamado spinning y del recientemente laureado cross
fit.
No es que est茅 en contra de que la gente haga ejercicio,
sino todo lo contrario, es imperativo que M茅xico se mueva y se active y deje el
sedentarismo (a la par de una buena alimentaci贸n), sino que como siempre me
hace ruido la excesiva comercializaci贸n de las cosas, y para tratar de ser un
poco m谩s ilustrativo les platicar茅 sobre algo que me pas贸 recientemente.
Hace una par de semanas acud铆 con mi familia a una plaza
comercial, la idea es que las ni帽as puedan caminar de manera segura por los
amplios pasillos del lugar y mitigar un poco el calor que se siente en estos
meses en la ciudad, es probable que comamos algo ah铆 y despu茅s compremos un
postre para las ni帽as, no estoy en contra de los postres siempre y cuando sean
despu茅s de la comida y que no sean una pr谩ctica recurrente de todos los d铆as,
llegamos a un puesto de donas, una de esa cadena de franquicias internacionales
y compramos un par de donas decoradas para mis hijas, nada extraordinario, pan,
el tan temido az煤car y colorante, un color rosa intenso que sin duda encanta a
mis hijas, estas donas tienen un costo de $18 pesos cada una, si, un precio
bastante alto si tomamos en cuenta que en una tienda de autoservicio estas
donas podr铆an costar de $5 a $6 pesos y en una panader铆a costar铆an de $3 a $4
pesos, admito que es un placer culpable, pero me consuela, por la salud de mis
hijas y de mi bolsillo que es una excepci贸n y que no lo hacemos siempre.
En el caso del ejercicio, no debe ser un placer culpable, ni
una excepci贸n, debe ser algo que se haga de manera regular, y un ejercicio de
salvaje capitalismo y mercados como el de las donas no deber铆a aplicarse al
ejercicio, no por lo menos si lo que queremos es abatir la obesidad en el pa铆s,
despu茅s de d茅cadas en el gimnasio un d铆a me rebele, tengo un par de a帽os
haciendo ejercicio en un parque y con algo de equipo en mi casa, suelo correr
un par de kil贸metros por la ma帽ana, despu茅s algo de ejercicio en el mismo
parque utilizando mi propio peso (en el 谩rea de juegos infantiles hay un sin
fin de lugares en d贸nde colgarse) y despu茅s complemento con ejercicios con una
barra y discos de peso que tengo en mi casa, salvo la inversi贸n en la barra y
discos que compre hace a帽os y que ha sido bastante redituable poco o nada he
invertido en mi rutina de ejercicio en los 煤ltimos a帽os, claro, extra帽o el
ambiente del gimnasio, aunque cuando iba, siempre tuve preferencia por los muy
r煤sticos, con barras y mancuernas y muchos discos de pesos, nada de m谩quinas o
aparatos sofisticados, hay pocas cosas en esta vida que pueden ser gratis, y el
ejercitarse es una de ellas, y lo mejor de todo es que los mejores resultados,
a largo plazo se obtienen de caminar, correr, de ejercicios con el mismo pesos del cuerpo o con equipo muy
b谩sico, no convengo con la idea de pagar una fuerte cantidad de dinero mensual
para que me hagan correr por la calle y despu茅s me pongan a hacer ejercicios
que puedo hacer en mi propia casa o con llantas y fierros viejos, nos siguen
vendiendo espejitos despu茅s de todo, el negocio de los gimnasios est谩 en esos que
pagan su mensualidad y dejan de ir en un par de d铆as, la inconstancia es la que
les mantiene, y que mejor espejismo que vender algo que por su naturaleza
extrema ofrece resultados r谩pidos, pero que para mantenerlos se requiere una
constancia que dif铆cilmente se podr谩 llevar acabo.
Hay que tomar los tenis, hay que tomar las calles, hay que
correr, empujar y jalar, es gratis, es una verdadera revoluci贸n y una dura
batalla contra la esclavitud, una lucha muy personal de vuelta a lo b谩sico.



Comments
Post a Comment