King Buzzo- This Machine Kills Artists (2014)
King Buzzo- This Machine Kills Artists (2014)
“Si usas más de dos tonos, eres
un exhibicionista.”
Woody Guthrie
Adoptando aquella estrategia (ambiciosa y desesperada) de los Kiss en los 70s, en la que se editó un
disco por cada uno de los miembros de la banda y lanzados al mercado al mismo
tiempo, los Melvins, la legendaria banda del estado norteño de Washington,
editaron en el 92 parodiando a los Kiss, discos individuales, Joe Preston, Dale
Crover y King Buzzo, lo que me da razón para afirmar que este es el segundo
disco que Buzz edita en solista, o por lo menos el segundo del que tengo
conocimiento, no resulta sorpresivo que Buzz editara un disco solista, lo
increíblemente sorprendente del tema es
que este disco sea realizado de manera acústica, reforzando la peculiaridad de
Buzz y de su banda una vez más, auténticos iconoclastas musicales.
This Machine Kills Artists hace obvia alusión a aquella
frase que lucía en la guitarra de la leyenda folk de los 70s, Woody Guthrie,
sobre “la máquina que mata fascistas”, Buzzo adopta el lema, lo adapta a su
particular sentido del humor y edita este disco en solista, que hay que decir
dista muy poco del sonido de los Melvins, ya que con la única particularidad de
estar “desenchufado” retiene los rasgueos y vocalización siniestra del líder de
los Melvins, mostrando una arriesgada faceta de Buzz que aquí presenta sus
temas oscuros sin el fuerte respaldo y base del gran Crover, dando vida a unos
temas que se antojan desnudos, o en construcción, no dudo que más adelante Buzz
los retome y le aplique la fuerza de su conocido grupo.
Un poderoso rasgueo se deja sentir en Dark Brown Teeth,
Buzzo aplica sus métodos musicales despiadados de igual manera al instrumento
acústico y esas vocales repletas de veneno se hacen sentir en las dosis
acostumbradas, Buzz es un hombre con una voz memorable que sabe cómo levantar
un tema y después tirarse en picada de manera mortífera, en este tema en
particular mantiene los elementos en amplio rango de movimiento, mientras que
en Rough DeMocracy parece detenerse un poco, se muestra más contemplativo antes
de dispersar al ponzoña acostumbrada, se permite divagar con su instrumento,
pero regresa a sus generosas dosis de melodía talentosa, los temas son cortos y
en el plano acústico a veces exponen demás el monolítico y redundante estilo de
rasgueo de Buzz, el cual pierde algo de esa emoción que nos provoca en conjunto
con Crover en un plano eléctrico y distorsionado, Laid Back Walking posee
momento intensos y la Buzz de voz es tratada de la misma manera en que se
presenta con su poderosa banda.
Para Drunken Baby obviamente Buzz busca otros métodos,
cambia los rasgueos “sabáticos” por otros que le den más variedad, aunque falla
un poco, y consigue salir a flote gracias a su correcta aplicación en las
vocales, cada uno de los temas que nos va presentando nos deja pensando en cómo
podrían sonar en el contexto de los Melvins y sin duda nos deja la idea de que
este podría representar una muy buena aportación al catálogo de la banda,
sacando verdadero ingenio en los arreglos de Vaulting Over a Microphone,
buscando aportar variedad a la sucesión de temas, que adquieren un peculiar
sonido norteño y montañés en The New River, sacando algunas de las raíces
territoriales de Buzz y añadiendo texturas que resultan muy interesantes, y
después desbaratándose al inicio de The Vulgar Joke para después configurar
nuevamente su letal ataque, This Machine Kills Artists al final resulta tan
contundente como las grabaciones eléctricas de los Melvins, Buzz sabe de sobra
cómo mantener las cosas en movimiento, claro, se extraña el poder de Crover y
la pirotecnia de la distorsión en la guitarra de Buzz, aun así, Buzz deja
señales obias de su singular talento compositivo e instrumental, que si bien se
pone en evidencia sus limitantes, su inventiva e intensidad le sacan totalmente
a flote, reafirmando que es uno de los mejores frontman en el mundo del rock
verdaderamente duro.
Yo no dejo de imaginar un extraordinario “jam” montañés en
medio de una cabaña, con las guitarras de Buzz, el ukulele de Eddie Vedder y el
bajo acústico de Les Claypool, ¿Se podría? Se vale soñar.
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