Celso Piña y La Ronda Bogotá- Aquí Presente Compa! (2014)
Celso Piña y La Ronda Bogotá- Aquí presente Compa! (2014)
“Lo único mejor que la música es
hablar de música.”
Gabriel Garcia Márquez
Los primeros recuerdos que tengo de
Celso Piña son de mis años en la primaria, en aquellos años ir a una escuela de
gobierno era una bendición, ya que la educación no era solamente de alta
calidad y los maestros estaban verdaderamente comprometidos, sino que era la
oportunidad de convivir con alumnos de todo tipo de estratos sociales y
aprender mucho de ellos, la educación privada aún no era tan prevaleciente, y
no se le tenía tanta estima como ahora, ni se presentaba la actual brecha de
calidad sobre la pública.
No resultaba nada extraño escuchar
música “colombiana” en aquella escuela, cuya cercanía al legendario Cerro de La
Campana era cuestión de un par de cuadras, en aquel legendario Cerro, a
principios de los años 80s, los “sonideros”, la música “rebajada”, los músicos
que subían a los camiones, y la cumbia colombiana robaban paso a las viejas
cumbias tradicionales que escuchaba en las bodas de la familia durante mi niñez,
la guitarra pasaba a segundo plano y se empezaban a ir al olvido aquellas
viejas cumbias heredadas de países de centro y Sudamérica, en su lugar, llegaba
el llamado vallenato, además de la guitarra, los teclados se hacían a un lado,
al tiempo que el acordeón tomaba el papel protagónico, no en plan norteño, como
esa larga tradición alemana tan aquilatada y adaptada de las polcas a los
corridos de la región, sino un acordeón más florido, más sudamericano, acompañada
de una percusión minimalista, pero intensa.
Dentro de esa infinidad de músicos
verdaderamente de garaje o de habitación o de sala, surgieron leyendas
realmente cercanas al corazón del pueblo,
estos músicos tocaban en bodas, fiestas y festejos en el sur de la
ciudad, en las zonas marginadas, olvidémonos de los legendarios “hoyos funkies”
de los 80s en el DF, estos “conciertos” se llevaban a cabo en viejas bodegas, patios
de casas o simplemente en la calle los fines de semana, bastaba acercarse a una
ventana para escuchar el trabajo de lo “sonideros”, quienes desde la parte alta
del Cerro descargaban su música a las regiones aledañas, resultaba
verdaderamente inspirador para la imaginación el escuchar aquellos sonidos
“rebajados” que décadas más tarde seguramente inspiraron al legendario Dj Screw
para hacer su sonido chopped and screwed, ¿Quiénes eran los músicos que
producían aquel alucinante sonido? ¿Cómo conseguían sonar de esa manera? ¿Eran
humanos?
Ahí fue cuando por primera vez
escuche que mencionaban su nombre: “Celso Piña”, y el de su grupo, la
legendaria Ronda Bogotá, una banda de oriundos de Monterrey que habían decidido
hacer suyo el sonido de la música vallenta, originaria de Colombia, hay que
considerar que Celso empezó desde abajo, trabajando en el área de mantenimiento
del hoy abandonado y fantasmal Hospital Infantil, a dónde mi madre me solía
llevar a consultar, en aquellos años en que el sector salud era mucho mejor a
lo que nos ofrecen hoy, Celso era legendario en sus presentaciones por esa
rebeldía que solía exhibir, inmiscuido en la marginal escena local de
violencia, drogas y vivir al extremo de los jóvenes “colombianos”, era un joven
ambicioso con una misión en la mente y
estoy convencido que eso lo llevó a triunfar, creó un sonido callejero a partir
de un género campirano en Colombia, la cumbia colombiana se volvió sumamente
importante en los barrios bajos de la ciudad, se volvió la música acompañante
de la vida de muchos jóvenes marginados, como sucedería con el hip hop en el
vecino país del norte, mutó en algo que sólo Celso pudo manejar, y que más
tarde, cuando músicos locales de universidades privadas y familias acomodadas
quisieron tener credibilidad en las calles, su mejor apuesta fue buscar al
músico del sur de la ciudad, hacer un peregrinaje al legendario Cerro de la
Campana y buscar la colaboración de Celso en sus grabaciones.
La música de Celso ha trascendido a
las masas mediante la asociación con músicos más jóvenes, Celso y su banda ya
no llevan a cuestas el tabú de ser músicos de “cumbia colombiana”, o
“mariguanos” y han alcanzado un estatus de embajadores musicales del país,
Celso un músico verdaderamente subterráneo ha optado por retomar el control de
su carrera, atrás han quedado las colaboraciones, que corrían el riegos de
hacerlo perder sus raíces, como ha sucedido con gente como Willie Nelson o
Carlos Santa, y en su más reciente disco, Aquí Presente Compa!, Celso ha vuelto
a las bases de su sonido, sin olvidarse de experimentos que enriquecen su
sonido, como la inclusión de Ivan Tamez, conocido guitarrista local con
experiencia en bandas de rock progresivo y heavy metal que sin duda añaden dimensiones interesantes
a la obra de Celso.
Aquí Presente Compa! Es una especie
de ejercicio en el cual si bien Celso no regresa del todo al sonido que los
hizo la leyenda que es hoy, por lo menos si se aleja de lo que no formaba parte
de su sonido original, su música adquiere esa pureza de espíritu del pasado,
hay que decirlo, Celso ya no suena al Cerro de la Campana, ya no tiene ese
sonido marginal, pero es algo que Celso se ha ganado el derecho a que su sonido
ya no tenga esos límites, de esta manera este disco suena a una figura de la
música mundial y no a un músico de barrio, lo cual no es malo, ya que Celso
Piña posee ya el estatus para hacerlo, ¿O preferiríamos que en vez de que los
Konono No. 1 maravillen al mundo, estos se quedaran estancados en las
peligrosas calles del Congo?
Reina de Cumbias abre el disco de
la mejor manera, como con un trance hipnótico, Celso descarga el sonido de su
acordeón, el cual es cada vez menos peculiar, en un sentido estricto de la
cumbia y se atreve a abrazar un sonido más universal, en plan encantador de
serpientes, el sonido de Piña avanza de manera prodigiosa esta vez respaldado
por un músico que en verdad se requería para su banda, Ivan Tamèz, que sin duda
aporta valor a Celso para intentar muchas cosas nuevas, como en El Pulgòn tema
siguiente, con poderosas percusiones, algo que también ha beneficiado a Celso
es saber rodear de mejores músicos y mejores productores, claro el sigue siendo
el protagonista, pero su sonido se ha robustecido y expandido y ni que decir de
la contagiosa jovialidad de El Hombre Aparecido, pura magia musical que
acaricia el alma, con la inspirada voz de Piña.
Enamorada zigzaguea con encanto
particular, establece un dialogo admirable entre acordeón y bajo al cual Tamez
aporta y mucho con una chispeante guitarra, son otros tiempos y la cumbia ha
evolucionado con la inclusión de nuevos ritmos e instrumentos, toques africanos,
toques caribeños, y algo de reggae permean a través de los nuevos héroes
musicales de américa latina, los mundos de la cumbia y la música popular se han
ido juntando cada vez más y con los también mexicanos Sonido Gallo Negro
resucitando la vieja cumbia colombiana con farfisas y órganos hammond o la
inclusión de la guitarra inquieta de la chicha peruana, no es sorpresa que
Celso Piña también haya tenido que ver hacia delante y este Aquí Presente
Compa! Nos muestra en parte al Celso que vino del underground y al Celso
embajador cultural del país, de igual forma al que salió de las calles sin
pavimentar del Cerro de la Campana, al que hizo “callejeros” a muchos músicos
de familias más acomodadas y al que se convirtió en favorito del gran Gabo.
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