Jack White- Lazaretto (2014)
Jack White-
Lazaretto (2014
“En este mundo quien soy yo? ¡Ah, ese es el gran acertijo?”
Lewis Carroll
Si Jack White no hubiese nacido seguramente lo hubiera
inventado Tim Burton, y es que por alguna razón White pareciera salido de esas
historias alucinantes y oscuras del gran Burton, rebelde, iconoclasta, pero con
corazón, pero de alguna manera por más bizarro que White pudiera ser, su
popularidad pareciera igualar la de un Johnny Depp, quien pareciera destinado a
interpretar inadaptados en las películas de Burton, y aún así, consigue
conectar con su audiencia, un fenómeno similar le sucede a White, otro paralelo
pudiera establecerse con Prince, por ejemplo, otro individuo que al igual que
White ha creado su propio universo y se ha olvidado del resto del mundo, y el
que quiera entrarle es bienvenido.
White no despertó mi interés ni con los White Stripes, ni
con los Raconteurs, no así con los Dead Weather o con su carrera solista,
resultándome estos últimos mucho más interesantes, ya que en estos White toma verdaderos
riesgos, nos maravilla como se la juega, en ocasiones cae de espaldas, pero sin
duda lo hace de manera espectacular y ruidosa a más no poder, ya con
Blunderbuss había conseguido despertar mi interés, con este Lazaretto, White
sigue la misma línea entre la tradición estadounidense y la vanguardia, altos
volúmenes y una atractiva variedad en los temas presentados, claro, Three Women
que abre el disco suena inmediatamente a Americana, un interés que White
comparte sin duda alguna con su amigo Neil Young, pero su manejo de caprichosos
ritmos no sólo le ayuda a sonar vigente y moderno, confeccionando curiosos
temas que pudiesen poner celoso y nervioso al mismo príncipe posmoderno, Beck.
Me encantaría escuchar a White colaborando con un John
Fogerty, sin duda ambos poseen una capacidad notable para componer asombrosos
temas sin comprometerse con nadie, pero que llaman poderosamente la atención y
parecieran pertenecer a un mundo muy distinto del cual se originaron,
Lazaretto, tema que da nombre al disco inicia de una manera indescriptible, con
un sonido cercano al funk de los 70s, con un White actualizando el chillido
vocal de un Neil Young, aunque asumiendo asombrosos riesgos, siendo vapuleado
con un duro bajo y arrojándose al vació arropado con dura distorsión, ¿Cuántos
pueden hacer esto hoy en día y aún vender discos?
Hay belleza en la música de White cuando consigue
contagiarnos con su amor por el folclore estadounidense, como en Temporary
Ground con sus guitarras slide, su
dueto vocal y muchos detalles que me recuerdan al gran Gram Parsons en su
carrera solista o con los Flying Burrito Brothers, explorando esa ruta del
country rock con una buena dosis de talento, fiel a las raíces sin sonar
explotador del sonido original, y después acudiéndonos con el estruendoso intro
y los geniales coros de Would You Fight For My Love? Que fluye beneficiándose
de un estupendo arreglo de piano y la fragilidad vocal de White puesta a
disposición del tema, explotando en un tema de singular belleza y
características casi épicas, como en las mejores cintas de Spaguetti western de
un Sergio Leone.
Es increíble la cantidad de oportunidades que se toma White,
mezclando prodigiosa y brutal distorsión con el folclore estadounidense como en
High Ball Stepper, tal vez uno de los temas más duros del disco, en el que
White sin duda se destapa como uno de los músicos más auténticamente
estadounidense de los últimos tiempos, como si Tim Burton finalmente hubiera
decidido trasladar a sus Willy Wonkas o Mad Hatters al gótico desierto estadounidense,
el país de las maravillas o la fábrica de chocolate a punta de pistola y ataque
indio de flechas.
White suena esquizofrénicamente exquisito en Just One Drink,
en dónde parece decidido a no revelarnos realmente hacia dónde va, mezclando lo
campirano con rock duro de garaje, optando por los rasgueos eléctricos duros y
otras veces por el piano de cantina del viejo oeste, recetándonos nuevamente
otro tema memorable de este disco, expandiéndolo como un disco soberbio y
variado, confuso para los recién llegados, pero complaciente a más no poder
para los que han seguido fervientemente la carrera de White, que con temas como
That Black Bat Licorice resulta un desconcertante golpe de tajo en la garganta,
un aterrador y emocionante a la vez viaje en la montaña rusa del país de las
maravillas de su tenebrosa mente, un triunfo sonoro y una demostración más de
un talento en pleno ascenso que pareciera no conocer límites ni formas pre
establecidas, Neil Young en su visión vanguardista parece haber encontrado un
serio rival en White.
Que tipo más sobrevalorado ese Tim Burton... en fin, la verdad es que nunca he enganchado demasiado con White , precisamente aquel proyecto que mencionas (The dead weather) es el que más ha enganchado conmigo.
ReplyDeleteVolveré a darle a este disco pero con lo que he oído sigo sin percibir lo especial que algunos le encuentran. Quizás son esas raíces del folk norteamericano las que no enganchan conmigo...
Saludos!
Esteban
http://politomusica.blogspot.com