Camino al 2018
Camino al 2018
“La democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados
mejor de lo que nos merecemos.”
George Bernard Shaw
Por: Erreh Svaia
Una carrera anticipada es lo que estamos presenciando en la actualidad
en los medios, un reacomodo en el sistema político a consecuencia de los sorprendentes
resultados electorales de mitad de año, ajustes y algunos sucesos relevantes
que han cambiado fuertemente el escenario nacional, la pérdida de registro del
PT, partido que en realidad aportaba ya poco a la discusión política nacional,
el escándalo generado en Guerrero con la desaparición de los normalistas, que
envolvió al PRD cómo gobierno estatal, y la reciente investigación contra el
vocero del Partido Verde por delitos electorales (ya era hora).
Hoy en día el debate se centrará sobre la llamada Segunda
Vuelta o Balotaje cómo se le llamó en Argentina, sistema ya conocido en otras
democracias consistente en una segunda votación con la única participación de
los dos candidatos con mayor número de votos, asegurando de esta manera un
mayoría para el ganador final, este sistema asegura en gran medida una
legitimidad y elimina gran parte de las dudas que han surgido en recientes
elecciones ante la gran cantidad de partidos y el pulverizado de la
votación, dando cómo ganadores,
candidatos con porcentaje de votos menores al 30%, es decir, electos por
minorías, tengamos presente las recientes elecciones en Argentina, en donde a
pesar del sistema clientelar creado por el gobierno Peronista, el voto duro del 30% no le aseguró el triunfo
al partido oficial, en México esto serviría para contrarrestar el voto duro de
la burocracia a favor del PRI.
No resulta sorpresa que el PRI haya manifestado su
desacuerdo con la llamada segunda vuelta, ya que vulnera una de sus fortalezas,
el voto duro, voto característico de los gobiernos populistas, voto "comprado"
a través de la coerción o concertación de grupos cómo la burocracia,
sindicatos, y grupos dependientes de programas sociales, ancianos, enfermos y
estudiantes becados, el voto duro es lo que permite que un partido tenga
asegurada un cantidad de votos, y a través de la división del resto de los
volantes asegure su triunfo, de ahí que
el otro populista mayor del país, Andrés
Manuel López se oponga a este sistema, ya que por años, López ha vivido de las
dudas que deja el sistema electoral y que la segunda vuelta resolvería, además de que otra de la estrategias de López
es la división y polarización del votante,
tema que también resuelve la segunda vuelta, que por si fuera poco,
también representa un contra peso al sistema clientelar que López, como ex
Priista conoce a la perfección.
Una población que ve a los candidatos independientes aún con
desconfianza (importante siempre analizar ¿Quién está tras de ellos?, la
experiencia en Nuevo Léon nos dirá mucho sobre esto.) y partidos políticos que
se niegan a morir y buscan una desesperada reconfiguración, el PAN moviéndose
al centro, compensando su vocación de
derecha con una conciencia social, apostando a la juventud de su joven
presidente, además de la inclusión mayor
de la mujer en la persona de Margarita Zavala, un PRI que apuesta por la
experiencia de Beltrones, el voto duro y
la presencia mediática del flamante secretario de Educación, posible carta
fuerte para el 2018, menos afortunados, el PRD busca sus raíces de la mano de
un intelectual ex Priista, Agustín Basave, con la esperanza de borrar el tema
de Guerrero y de re encontrar su identidad, o de perderla definitivamente en
una alianza desesperada y mal pensada, mientras que Morena de López apuesta a
lo mismo de siempre, a no hacer nada para no cometer errores, a identificar
como enemigos del país a quien no esté de su lado, y al culto a la personalidad
de su líder (que termina sacando su lado autoritario y fascista a la menor
provocación).
¿Segunda Vuelta o no?
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