¿Un nuevo día en Latinoamérica?
¿Un nuevo día en
Latinoamérica?
“El fin del populismo en América Latina empieza a asomarse, una cadena
de eventos parece señar que AL hará un cambio de ruta radical este año, los
cambios necesarios hay que hacerlos ya, los malos pronósticos para el 2016
respecto a la región es mejor que nos tomen en movimiento y no parados.”
Erreh Svaia
Por: Andrés Oppenheimer
Tomado de: El Norte
El que sigue es un escenario que parecía poco probable hasta
hace algunas semanas, pero que tiene un 50 por ciento de probabilidades de
convertirse en realidad tras los terremotos políticos que están sacudiendo a
Argentina, Brasil y Venezuela, que podrían marcar el final del ciclo populista
en Sudamérica.
La cadena de sucesos podría darse así:
El líder opositor argentino Mauricio Macri, impulsado por su
extraordinaria votación en la primera vuelta electoral del 25 de octubre, gana
la segunda vuelta electoral el 22 de noviembre. Macri atraería una avalancha de
inversiones extranjeras y aumentaría la esperanza de que Argentina salga de su
actual estancamiento económico.
Macri, severo crítico de los regímenes populistas
autoritarios de la región, ha dicho que si es elegido va a exigir que Venezuela
acate las cláusulas democráticas del Mercosur y otros acuerdos regionales. Si
gana, cosa bastante probable al momento de escribirse estas líneas, su victoria
haría grandes titulares en todas partes y se convertiría en una importante
figura regional.
Una versión más atenuada de este escenario sería si gana el
candidato oficialista Daniel Scioli, quien es más moderado que la Presidenta
saliente, Cristina Fernández de Kirchner, y podría tomar cierta distancia de
Venezuela.
Mientras tanto, en Brasil, los fiscales podrían vincular a
la debilitada Presidenta Dilma Rousseff, cuya popularidad ha caído al 9 por
ciento, con el escándalo de corrupción de Petrobras. El Congreso le podría
hacer un juicio político, que llevaría a una sucesión constitucional, o a elecciones
anticipadas. Brasil se alejaría de Venezuela y sus aliados izquierdistas.
Una versión menos dramática de este escenario sería si
Rousseff decide convocar un Gobierno de unidad nacional para permanecer en el
cargo durante el resto de su mandato.
Estos grandes cambios en el mapa político de Sudamérica
tendrían un gran impacto en las elecciones legislativas de Venezuela del 6
diciembre. Privarían al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, del apoyo de
los mayores países de la región si decide hacer un fraude electoral.
Con una contracción económica del 8 por ciento este año, una
tasa de inflación del 200 por ciento -la más alta del mundo- y una escasez
generalizada de alimentos, los encuestadores independientes coinciden en que es
casi seguro que Maduro perderá una elección limpia.
En las elecciones venezolanas recientes, Brasil y Argentina
habían aceptado de inmediato los resultados oficiales, disputados por la
Oposición venezolana. Tal apoyo podría no darse esta vez.
Maduro podría hacer un fraude el 6 de diciembre y convocar
una cumbre urgente de la UNASUR -un grupo que hasta ahora ha respaldado a
Venezuela- para validar el resultado oficial. Maduro podría contar todavía con
el apoyo de la Presidenta saliente de Argentina, quien estará en su cargo hasta
el 10 de diciembre.
Sin embargo, lo más probable sería que los miembros
moderados de UNASUR, como Chile y Colombia, solicitarían que la reunión de
UNASUR se hiciera después del 10 de diciembre, cuando la Presidenta argentina
ya esté fuera de la escena. Sin un apoyo incondicional de Argentina y Brasil
-cuyo tribunal electoral ya ha anunciado que no enviará observadores
electorales a Venezuela por dudas sobre el proceso electoral de ese país- el
Gobierno de Venezuela se vería en serias dificultados para continuar por la
senda autoritaria.
Si el partido de Maduro perdiera las elecciones y se negara
a reconocer un nuevo congreso opositor, podría haber suficiente consenso en la
Organización de Estados Americanos (OEA) para invocar la Carta Democrática, que
aboga por la defensa colectiva de la democracia en la región.
Diego R. Guelar, secretario de relaciones internacionales
del partido de Macri, me dijo que un Gobierno de Macri no validaría una
elección fraudulenta en Venezuela. Además, buscaría inmediatamente aliarse con
Brasil para negociar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y con el
bloque de la Alianza del Pacífico formado por México, Colombia, Perú y Chile,
señaló.
Mi opinión: Una victoria de Macri podría cambiar el mapa
político de América Latina, poniendo fin a 15 años de gobiernos populistas
corruptos que han dejado a sus países en la bancarrota. Todavía no me animo a
apostar por que este escenario regional se hará realidad, pero hay una
posibilidad de 50-50 de que ocurra.
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