La Tragedia Generacional
La Tragedia Generacional
Por: Erreh Svaia
CRANEOSCOPIO
El COVID-19 parece ser un agente evolutivo muy peculiar,
considerando que los síntomas no parecen tan graves cuando se presentan en
niños, se muestran moderados en jóvenes y parecen recrudecerse fuertemente
cuando se trata de los adulto mayores, en los decesos registrados en Italia,
los adultos mayores fallecidos promedian 80 años de edad, mientras que en China,
el promedio de los adultos mayores fallecidos es de 70 años, irónicamente, gran
parte de la niñez en México, es cuidada por los abuelos, convirtiendo la
situación en una “trampa” mortal para los adultos mayores en el país, con
portadores asintomáticos que ponen en peligro la vida de éste sector de la
población, la cual también queda fuertemente expuesta considerando que muchas
veces viven solos, y precisamente éste asilamiento se recrudecerá en las
semanas que el brote en México se expanda, aumentando también el aislamiento
para los ancianos, para los cuales la protección será, aún más distanciamiento
con sus familiares.
En Italia, debido a la sobrecarga que ha sufrido el sistema de
salud, se ha considerado no priorizar la atención a individuos cuyo promedio
estimado de vida no sea mayor a 2 años, convirtiéndose la situación en casi una
condena de muerte para muchos ancianos, que serían prácticamente abandonados
por el sector salud, lo cual sin duda provocará que casi una generación
completa de italianos desaparezca del país, ¿Una decisión de salud, o económica?
Considerando la posible carga de pensionados de la que se estaría prácticamente
liberando el gobierno, gambeta que esperemos no se esté considerando en otros
países, en un momento de coyuntura en la población de muchos países empiezan a
envejecer, si consideramos la cada vez más avejentada población en Europa,
estaríamos ante una decisión brutal, de la cual muchos gobiernos podrían en un momento
dado podrían tomar ventaja de una forma para quitarse de forma conveniente y
oportunista a una gran parte de la población que se ha convertido en una carga
y que ya no resultan productivos.
En América Latina, la llegada del COVID-19 ha sido lenta,
aunque a medida que llegue el frío al hemisferio Sur, ésta empezará a aumentar
su velocidad de expansión y contagio, de entrada sabemos que varios países como
México, Chile, Colombia y Argentina enfrentan a duras presiones en sus sistemas
de pensiones, debido a malas políticas de recaudación que en un momento se volvieron
intocables e irreformables debido al miedo de los gobernantes a perder
popularidad al modificar la mecánica del sistema, hoy, con el COVID-19 en
puerta y la aparente inacción de países como México, Brasil, Venezuela y
Nicaragua, valdría la pena preguntarnos si tal inacción no será una espantosa
estrategia enfocada a usar la contingencia para deshacerse de una gran parte de
la población, con el fin de reducir la carga económica que parte de la
población ejerce en el sistema de pensiones, unos cuantos miles de ancianos
podrían convertirse en moneda de cambio para un gobierno desesperado por
aliviar sus finanzas, un movimiento muy sucio que pudiera incluso ser
considerado por políticos sin escrúpulos dispuestos a todo con tal de mejorar
su situación.
De ésta forma, el COVID-19, pareciera convertirse en el
asesino “perfecto” de la naturaleza para deshacerse de las generaciones de edad
más avanzada en el planeta, utilizando de forma macabra, como portadores y transmisores
al sector más indefenso de la población, los niños, que en México poseen una
dinámica muy ligada a los adultos, en algo pudiera convertirse en una pesadilla
de corte bastante trágico.
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