Vladislav Delay, Rakka, 2020, Una Reseña
Vladislav Delay, Rakka, 2020, Una Reseña
Por: Erreh Svaia
CRANEOSCOPIO
Rakka, del finlandés Sasu Ripatti (aka Vladislav Delay),
editado éste año, es seguramente el disco más trascendental que escucharemos en
ésta primera y atribulada mitad del 2020, Delay, retirado por casi seis año del
mundo de la música, y habitante de las regiones más inhóspitas de Finlandia, luego
e abandonar Berlín y su escena electrónica, regresa con un disco que consigue
cristalizar la visión sonora del futuro evolutivo del Black Metal, ese que
desde un inicio muchos señalamos y que aterriza de forma brutal gracias a Delay
y éste disco, cuya extraordinaria concepción se consolida como el trabajo
definitivo de Delay, quien muestra una asombrosa evolución desde sus orígenes como
baterista de jazz, pasando por su etapa como músico del género electrónico, y
ahora con un disco inclasificable, que consigue combinar de forma radical el
género electrónico, el mundo de la música ambient, y el oscuro espíritu del Black
Metal, en algo que se antoja tan sofisticado, como primitivo, deliciosamente
contradictorio.
Si alguien posee un profundo conocimiento del mundo de las
percusiones, ese es Delay, y desde el primer tema, que da nombre al disco,
imprime toda esa experiencia de forma intensa, combinado un lado salvaje,
feroz, lleno de furia, con la tensión impenetrable del mundo del ambient,
compartiendo sus experiencias extremas de naturaleza sonora, luego de volverse
habitante del circulo ártico y de uno de los ambientes más hostiles para la
vida, y a la vez, uno muy alejado de la acción del hombre, en una mezcla de
bestialidad y enfoque Zen, como pocos músicos podrían presumir hoy en día, y que
no las grabaciones ambient del feroz Varg Vikerness, podrían siquiera igualar.
Para Raajat, el ataque es muy diferente, protagonizado por
sintetizadores granulares que aportan una abrasiva textura a la paleta musical
de Delay, de una forma poderosa, con explosivas apariciones de las percusiones,
de una forma totalmente disruptiva, que da la impresión de que Delay se arranca
dolorosamente del alma éstos sonidos, en la forma de un exorcismo, en lugar de concebirlos
en la esterilidad de un estudio, de hecho los temas de Rakka, han sido grabados
y mezclados en gran parte, desde el estudio casero de Delay, que no pareciera
ser un lugar muy amigable del todo, pero que consigue dar a Delay, el tipo de
ataque sónico que sólo personajes como los Pansonic, Ben Frost o Tim Hecker,
han logrado conjurar, posicionándose más del lado del heavy metal más extremo,
que cerca de su pasado como músico de techno minimalista.
Las percusiones, arma de ataque favorita de Delay, se ponen más
de manifiesto en la poderosa Rakkine, sumadas a unas voces ultra distorsionadas
que suman más a la naturaleza bestial de la grabación, en lo que resulta
posiblemente la pieza más dinámica del disco, con erupciones casi volcánicas de
sonido y mostrando un expresionismo salvaje en el que el electrizante sonido se
pone de manifiestos de una forma tan vivaz, que exalta las dimensiones del
sonido y de las texturas logradas por Vladislav, mientras que para Raakile,
disminuye la intensidad, y se concentra deliciosamente en las vibraciones, el
espacio y los silencios de una manera extraordinaria, con el grado de detalle
de un verdadero artesano sonoro.
Delay muestra algo de músculo para Rampa, y aplica percusiones
de forma poderosa y particular a la vez, en un ataque que incrementa de forma
progresiva y que evoluciona en una letal pieza de intensa rítmica, para cerrar
el disco con la exuberante Raataja, con su extraordinario colaje de sonidos,
mezclado de forma genial por Delay, quien termina el disco con la ambiciosa
Rasite, que cubre amplio territorio y que se presenta como la pieza más diversa
del disco, que aunque no la mejor, nos deja con un alto nivel de adrenalina,
sin saturarnos, y dejándonos deseosos de más música de éste genial y singular
compositor, al cual hay que agradecerle semejante regreso al mundo de la
música.
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