Pearl Jam, Gigaton, 2020, Una Reseña




Pearl Jam, Gigaton, 2020, Una Reseña

Por: Erreh Svaia

CRANEOSCOPIO

Gigaton es el primer disco de Pearl Jam en la era Trump (el número 11 en la carrera de éste grupo iconoclasta), la realidad es que esperaba un disco de PJ casi de inmediato a la llegada de Trump, considerando a PJ como una de las voces realmente rebeldes que aún alcanzan a sentirse en el “mainstream”, a pesar de que PJ ha pasado años buscando destruir esa inmensa popularidad que alcanzó rápidamente en sus primeros años de existencia, aún así, Gigaton no es el tipo de disco furioso que uno esperaría de ésta banda ante el arribo de la nefasta administración Trump (aunque no por ello no la señala en varias ocasiones), de hecho el tema que se encarga de abrir el disco Who Ever Said es un tema que incluso podríamos calificar de “ligero”, con algunos guiños a Nirvana, a Scared de los Dangerous Toys (una oscura banda de hard rock de los 90s) e incluso al New Wave, que no sonarían tan disparatadas si consideramos discos como el Incesticide en dónde Nirvana mostraba claramente la gran influencia de la New Wave en su música, para Superwolf Bloodmoon, hay un curioso inicio con baterías y guitarras corrosivas que podrían recordar por momentos a Helmet y otras, el clásico sonido, otra vez, de Nirvana (o de una de las grandes influencias de Nirvana, los Vaselines), la banda suena entusiasta en su búsqueda por añadir más matices a su paleta de sonidos, sin abandonar las guitarras crudas de sus inicios, conservando sus instintos melódicos y añadiendo guiños diversos a un sinfín de lugares para mantenerse exquisitamente vigentes y aquí cabe hacer especial énfasis en una de las poderosas armas secretas de la banda, el guitarrista Mike McCready, que aquí encuentra suficiente espacio para su magia en el instrumento de las seis cuerdas.

Las sorpresas comienzan a llegar en la forma de Dance of the Clairvoyants, que seguramente dejará a más de un fiel seguidor de la banda atónito, con su apropiación de la música electrónica y un Eddie Vedder invocando exitosamente el espíritu, no de Jim Morrison, no de Roger Daltrey, ni el de Chris Cornell, sino el de David Byrne, el legendario líder de los Talking Heads, apoyándose fuertemente en el trabajo del tecladista Boom Gaspar, sexto miembro “no oficial” de la banda, pero que se ha unido a las giras, dándole a la banda una curiosa aura cercana ya a los legendarios Grateful Dead, más como un inseparable colectivo que una banda de rockstars, que en Quick Escape, demuestran que continúan siendo capaces, ahora más que nunca de sorprender y de intentar cosas realmente diferentes y atrevidas, que quizá, no fascinen mucho a sus seguidores menos comprometidos con la actitud inquieta de la banda, para muestra, Alright, un curioso alto en el camino, que integra a la banda una curiosa atmosfera de forma libre, y naturaleza espacial, el cual continua gracias a los teclados y a la siempre increíble batería de Matt Cameron, ex baterista de los Soundgarden y otro de los grandes activos de ésta banda.

Hay momentos de rock brutal, siempre presentes en la banda y éstos se materializan en temas como Never Destination que continúan con esa tradición de la banda de no conformarse con los sonidos amigables de sus primeros años y que han ayudado a la banda a sostenerse y seguir adelante luego de la “caída del grunge”, mostrando aquí a la banda capaces de conjuntar poderosas baterías con un crudos y abrasivo ataque de guitarras sobre las cuales Vedder expone de manera espectacular su exquisitas visiones contradictorias a veces, del mundo, como en la siguiente, Take the Long Way, otra joya del rock duro moderno, que muestra a la banda como uno de los grandes referentes de la música moderna no comprometida con intereses comerciales, luchando por no seguir tendencias y seguir construyendo un ambicioso sonido propio.

Cabe señalar que al final del disco, la banda optó por acomodar un grupo de canciones de naturaleza más introspectiva, que súbitamente “enfrían” la situación y que a pesar de la fuerza que le imprime la banda, da la impresión de haber perdido la fuerza a partir de aquí, la realidad es que la banda parece bastante interesada en forzar su sonido rumbo a nuevos territorios, a trabajar más con un sonido puro que con canciones comunes y corrientes, y en ese sentido, Gigaton es todo un éxito, ya que muestra a una banda poseedora de una madurez admirable, poseedora de una experiencia única y sin miedo a confrontarse a si mismos y a su audiencia, será difícil para Gigaton convertirse en un gran triunfo comercial, pero ni duda cabe que la banda se ha apuntado un interesante triunfo artístico fiel a su carrera, la banda sigue sonando poderosa, sorpresiva y arriesgada como pocas, Pearl Jam parecería ser la banda perfecta para entender la actitud con la que deberíamos vivir éstos tiempos de incertidumbre, decididos a vivir fuera de la zona de confort con el fin de crecer y volvernos menos frágiles. 



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