Tangerine Dream, Phaedra, 1974
En 1974, Tangerine Dream lleva el sonido del cosmos a las masas.
Dedicando horas a la programación de sus instrumentos, Tangerine Dream se sumerge en largas sesiones de exploración sonora en el estudio. Al estilo de Jackson Pollock, tras meticulosas horas de grabación, seleccionan los pasajes más cautivadores para dar forma al resultado final de "Phaedra". Este álbum se convierte en un logro significativo para Edgar Froese, Christopher Franke y Peter Baumann, marcando el inicio de su reconocimiento a nivel mundial y dejando atrás su estatus de banda experimental casi desconocida.
Es importante destacar que, en su época, la propuesta musical de Tangerine Dream era una de las más radicales hasta el momento. Con una música electrónica extremadamente abstracta, desprovista de vocales y sin aspiraciones de dominar las listas de éxitos, desafiaron las convenciones musicales establecidas. Para muchos, "Phaedra" se convirtió en el acompañamiento perfecto para las noches de ciudad.
Sumergiéndose en un universo oscuro, vibrante, envolvente y futurista, "Phaedra" se erige como el soundtrack ideal para aquellos paseos nocturnos en auto por la ciudad. Este álbum cautivó la imaginación de muchos, llevando a Froese a recibir solicitudes para componer música para películas. Mientras Kraftwerk exploraba la creación musical inspirada en robots, Tangerine Dream se sumergía en los sonidos del oscuro cosmos, fascinante y aterrador a la vez, dejando una marca imborrable en la historia de la música electrónica.
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