Cartoon Darkness: El Punk Australiano que Aturde y Fascina
Estén de acuerdo o no, Australia es una de las auténticas cunas del punk rock. Desde los rebeldes acordes de The Saints, pioneros del punk global, hasta el desenfreno de The Birthday Party, el espíritu punk australiano se ha aferrado a la escena internacional como un grito de furia. Incluso bandas de hard rock como AC/DC o Rose Tattoo han dejado su marca en el mundo del rock estridente. Así que no sorprende que Amyl and the Sniffers haya surgido con tanta fuerza. Con Amy Taylor al frente, canalizan influencias aparentemente incompatibles como Bikini Kill y Hole, fusionándolas en una fuerza imparable.
La clave de un disco abrasivo y directo como Cartoon Darkness reside en la producción cuidadosa y poderosa de Nick Launay, una leyenda del post-punk que ha trabajado con Public Image Ltd., Killing Joke y The Birthday Party. Aquellos que piensen que la creciente popularidad de la banda significa que han perdido el filo de sus inicios tendrán que escucharlo dos veces. Amy Taylor lidera con intensidad, pero el grupo funciona como una unidad sólida en la que cada integrante brilla. Su actitud desafiante nos recuerda a una versión femenina y moderna del Iggy Pop de The Stooges.
El álbum arranca brutalmente con Jerkin', una canción tan directa como electrizante, donde la voz de Taylor marca una entrada imponente. Chewing Gum ofrece un respiro con un ritmo más contenido, mientras Tiny Bikini lanza un riff amenazante y sólido, dejando espacios que Taylor llena con pura actitud. It's Mine es una bestia musical que avanza como un tren sin frenos, una máquina de demolición que no conoce límites. Motorbike Song mantiene la energía en lo más alto, mientras que Doing In My Head prueba que el grupo sabe atacar con un sonido más cerebral, recordando a The Offspring en su mejor momento. Con un coro infeccioso, este tema se convierte en uno de esos que no se puede dejar de escuchar.
A partir de la segunda mitad, la banda reduce la intensidad en busca de variedad. Quizá se agotaron tras el arranque explosivo o simplemente quisieron dar un respiro a la audiencia. Cartoon Darkness no es un disco perfecto, pero el impacto inicial es demoledor. Nos golpea fuerte, nos deja atónitos y, después, la banda parece detenerse para observar el caos que han creado, incrédulos de su propia energía.
Cartoon Darkness podría ser un punto de inflexión. ¿Continuarán con la intensidad de los primeros temas en sus próximos lanzamientos, o se aventurarán aún más en los experimentos de la segunda mitad? La opción de seguir con la potencia es simplemente irresistible.
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