Viviendo a Contracorriente en Monterrey: Reflexiones Sobre la Identidad y el Ritual



Monterrey, domingo por la tarde. El aire huele a carne asada, una constante en la ciudad. Recuerdo a un vecino de hace a帽os que personificaba ese ritual. Su bandera gigante de los Tigres cubr铆a toda la fachada de su casa de dos pisos, como una declaraci贸n de lealtad. Las bocinas, listas en la cochera, repet铆an el himno del equipo en un ciclo interminable, mientras encend铆a el carb贸n en su asador m贸vil. Cada cerveza que sacaba de su hielera parec铆a marcar el ritmo de la tarde, en espera de la transmisi贸n del partido. Era un ritual sagrado, un ciclo semanal que solo se detuvo el d铆a que su esposa descubri贸 que ten铆a una amante. Desde entonces, la casa est谩 vac铆a, y los domingos al lado de mi casa nunca volvieron a ser silenciosos.

La pregunta que escuchaba cada vez que alguien nuevo llegaba a la oficina era inevitable: "驴Le vas a los Tigres o a los Rayados?" Era la forma en que los vendedores trataban de encontrar un punto en com煤n para iniciar una conversaci贸n antes de una negociaci贸n. Mi respuesta siempre desarmaba a cualquiera: "No me gusta el f煤tbol". Lo siento, pero jam谩s me ha emocionado el f煤tbol, salvo en breves momentos, como cuando jugaba Maradona. Comparto la opini贸n de Jorge Luis Borges: la popularidad del f煤tbol es inversamente proporcional a la de la literatura, o quiz谩s a la curiosidad intelectual.

Cuando viajo por trabajo, las preguntas nunca cambian: "驴A qui茅n le vas, Tigres o Rayados?", "驴Asas carne todos los fines de semana?", "驴Tomas cerveza como si fuera agua?" Parece que ser de Monterrey sin ser un fan谩tico de alguno de los equipos es una anomal铆a. Y ni hablar de la carne asada: 驴para qu茅 salir a asar cuando tienes una estufa en casa? Dejamos las cavernas hace tiempo, se帽ores. En cuanto a la cerveza, disfruto de una Heineken de vez en cuando, pero solo por el sabor. Es curioso, 驴no? Los que beben mucha cerveza prefieren la versi贸n "light", que sabe a agua. Y la toman tan fr铆a que apenas pueden saborear lo que est谩n bebiendo. Es m谩s curioso a煤n que quienes desprecian la Heineken lo hagan porque "sabe muy fuerte". 驴No que eran aficionados a la cerveza?

En Monterrey, no seguir a los Tigres o a los Rayados te convierte en una rareza. A menudo me encontraba observando con l谩stima los debates interminables en la oficina entre los aficionados de ambos equipos. Los ganadores del fin de semana humillaban a los perdedores como si el f煤tbol fuera una batalla 茅pica y no solo un juego. Para m铆, la satisfacci贸n viene m谩s de practicar deporte que de observarlo. Aunque, para ser honesto, ir al gimnasio no lo considero deporte, es m谩s bien una forma de terapia.

Aqu铆, no salir a asar carne cada fin de semana es casi una rebeli贸n silenciosa. Me gusta la carne, no lo niego; un buen filete puede ser una excelente fuente de colesterol, esencial para la producci贸n de testosterona. Pero no creo que sea sabio hacer de la carne asada el alimento principal, especialmente si, como la mayor铆a, no haces mucho ejercicio. De vez en cuando, est谩 bien, pero no como un mandato semanal.

Tampoco soy fan谩tico de beber grandes cantidades de cerveza los fines de semana. Prefiero disfrutar dos o tres cervezas espor谩dicamente, por el simple placer de degustar. Emborracharse con cerveza barata que sabe a agua es un "placer" que nunca he comprendido.

Como bien dijo Mark Twain: "Cada vez que te encuentres del lado de la mayor铆a, es hora de detenerse y reflexionar". Y en este caso, ser de Monterrey y no seguir la norma es mi peque帽o acto de reflexi贸n.



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