The Substance: El Terror de Desafiar el Tiempo
Hoy en día, la lucha contra el envejecimiento se ha convertido en una obsesión global, y sus promotores siguen prácticas que parecen extraídas de la ciencia ficción. Este es el momento en que llega The Substance, la nueva película de Coralie Fargeat. Esta directora ofrece una visión audaz y estilizada sobre el feminismo, el machismo y la búsqueda desesperada por desafiar el tiempo. En el centro de esta historia, brillan las interpretaciones temerarias de Demi Moore y Margaret Qualley, llevando al espectador a un terreno incómodo y fascinante.
La actuación de Demi Moore es, sin duda, de primer nivel. Con valentía, encarna a Elisabeth Sparkle, una celebridad al estilo de Jane Fonda, quien el día de su cumpleaños recibe una noticia devastadora: su edad será la causa de su despido del programa de televisión que protagoniza. Esta escena evoca el destino de muchas figuras públicas que, como el grupo Warrant en los 90, se dieron cuenta de que el tiempo no espera a nadie, cuando su disquera reemplazó su póster por uno de Alice In Chains. Moore, con esta actuación, podría estar frente a uno de los momentos más memorables de su carrera.
Fargeat no se queda atrás con su propuesta visual y narrativa. The Substance se siente como un oscuro episodio de Black Mirror, inspirado por clásicos como El Retrato de Dorian Gray y Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Fargeat toma prestado de lo mejor del cine, rindiendo homenajes a la fría perfección de Stanley Kubrick en The Shining, el horror visceral de David Cronenberg en The Fly, y la poética surrealidad de El Hombre Elefante de David Lynch. Incluso, la película parece salpicar un poco del ácido humor de Showgirls de Paul Verhoeven, creando una mezcla que desafía cualquier categorización simple.
The Substance no es solo una película de terror o una sátira feroz. Es una exploración profunda de la vanidad y el miedo humano ante el envejecimiento, un reflejo de lo que sucede cuando tratamos de reescribir nuestras propias reglas biológicas. El mensaje es claro: el monstruo no está afuera, esperando cazarnos. El monstruo está dentro de nosotros, en nuestras mentes, bajo nuestra piel, una lección más del maestro Cronenberg.
Fargeat se apoya precisamente en las enseñanzas del cine de Cronenberg para mostrarnos que todo intento artificial de desafiar nuestra propia naturaleza nos aleja de nosotros mismos. Nos disocia. Nos transforma en lo que más tememos: nuestro peor enemigo.
Este es el tipo de cine que no solo entretiene, sino que también remueve nuestras entrañas, nos obliga a confrontar nuestras inseguridades más profundas. Al final, The Substance es una cinta que nos transforma y permanece en la mente mucho después de que los créditos hayan terminado, no solo por su impecable dirección o las poderosas actuaciones, sino porque recuerda que la verdadera batalla contra el tiempo no se libra con cirugías ni cremas, sino con la aceptación de quiénes somos y lo que inevitablemente nos espera algún día.
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