Elon Musk: El Hombre que Hundió a Tesla
Mientras Elon Musk se adentra cada vez más en la política estadounidense, intentando desmantelar su estructura gubernamental, Tesla se queda sin CEO y sigue a la deriva. En mercados clave como China, Europa y Latinoamérica, la compañía está perdiendo terreno rápidamente. Las ventas de sus autos eléctricos, que alguna vez simbolizaron innovación y progreso, se desploman frente a la competencia. A esto se suma el daño reputacional que las controversias políticas de Musk han infligido a la marca.
Tesla solía representar un compromiso con el medio ambiente y la tecnología de vanguardia, pero hoy muchos de sus clientes se sienten avergonzados de estar asociados con la imagen de su fundador. Entre saludos nazis, comentarios favorables a Hitler y despidos masivos en agencias gubernamentales, Musk ha dilapidado en meses el valor de la empresa que construyó durante años. Como si fuera poco, Donald Trump decidió respaldarlo con un acto grotesco: compró un Tesla desde la Casa Blanca e instó a sus seguidores a apoyarlo, convirtiendo lo que pudo ser una estrategia comercial en un espectáculo político.
Pero la realidad sigue golpeando a Musk. BYD, el gigante chino de autos eléctricos, superó a Tesla en ventas el año pasado. En Alemania, las cifras de Tesla han caído drásticamente en respuesta al apoyo que Musk ha expresado al partido de ultraderecha AfD. SpaceX también enfrenta problemas: uno de sus cohetes experimentales explotó en mil pedazos sobre el Golfo de México, y contratos clave de Starlink han sido cancelados por la inestabilidad de su líder. Mientras tanto, su promesa de autos completamente autónomos sigue sin cumplirse, mientras que BYD ya ha desarrollado vehículos capaces de recargarse en minutos. El futuro parece prometedor para BYD; para Tesla, en cambio, el panorama es sombrío.
BYD ahora duda sobre sus intenciones previas de situar una planta de autos en México, temerosos de que los EEUU pudieran aprovechar la cercanía para robar la tecnología de punta china.
Cualquier otro CEO reaccionaría ante estas señales de alarma, pero Musk sigue obsesionado con su “agencia de eficiencia gubernamental”, con la que promete ahorros millonarios para el gobierno de Trump. Sin embargo, en lugar de reducir costos, ha generado gastos exorbitantes y paralizado actividades esenciales. Musk se jacta de trabajar cientos de horas a la semana, pero su tiempo parece repartirse entre lanzar ataques en X, victimizarse y compartir teorías conspirativas, además de su conocida afición por los videojuegos, que disfruta en su set privado dentro de su oficina gubernamental.
A esto se suman sus problemas personales: más de diez hijos, múltiples demandas de manutención y una evidente falta de atención a sus empresas. La “Tesla Chainsaw Massacre” continúa, con el desplome del valor de sus acciones y la creciente preocupación de los inversionistas, que empiezan a alejarse de Tesla y de cualquier otra compañía ligada a Musk. Incluso quienes en el pasado lo respaldaron financieramente ahora advierten sobre los riesgos de apostar por sus proyectos.
Mientras tanto, Tesla enfrenta otro enemigo inesperado: la protesta social. Activistas han organizado boicots contra concesionarios que venden la marca y, en casos extremos, han protagonizado ataques vandálicos contra sus vehículos y propietarios. Incluso en California, uno de sus principales mercados, la actitud progresista de la población parece volverse en su contra.
Tesla no solo ha perdido el impulso que la convirtió en líder del sector, también ha perdido estabilidad. Musk hizo de su apellido un sinónimo de la marca, pero ahora que su nombre carga una connotación negativa, está arrastrando a la empresa a un abismo. Difícilmente recuperará su popularidad y, con ella, el valor de Tesla en el mercado. Musk ha demostrado ser un líder inestable, y los inversionistas no perdonan la inestabilidad. La caída aún no ha tocado fondo. Ahora es SpaceX la empresa que se convierten en el activo más valioso para Musk, derivado principalmente de contratos y subsidios gubernamentales. Musk ha hecho la promesa de llegar a Marte en el 2026, ¿Será esta otra promesa falsa usada por Musk para ganar tiempo?
Comments
Post a Comment