La Noche en que Murió Gwen Stacy (Y Mi Infancia con Ella)
He contado esta historia muchas veces antes, pero es una de las que más me ha marcado durante mi infancia.
Cuando tenía tres o cuatro años, mi madre me compraba cómics. Yo no sabía leer aún, pero observaba los dibujos, reconocía a los personajes y me fascinaban esas historias ilustradas. Eran los cómics de Stan Lee, Jack Kirby, Gerry Conway, Gene Colan, John Romita y Gil Kane, todos esos grandes personajes que para mí marcaron una gran era. Sus trabajos en el mundo del cómic. Sin duda fueron una gran parte de mi niñez
Tomaba los comics sin saber leer y recuerdo que molestaba mucho a mi madre preguntándole constantemente: "¿Qué dice aquí? ¿Y aquí?". Me confundía con los globos de diálogo y no sabía en qué orden leerlos. Pero mi mamá, con toda la paciencia del mundo, me explicaba. Gracias a eso, antes de entrar a la primaria, ya sabía leer perfectamente. No porque alguien me lo hubiera enseñado formalmente, sino porque yo NECESITABA saber qué pasaba en los cómics. Quería entender lo que se decían los personajes.
Me encantaba todo: los cuadros, las ilustraciones, la narrativa visual. Me volví completamente adicto. Aprendí a leer por Spider-Man, los Cuatro Fantásticos, Los Vengadores, Daredevil (que en aquel tiempo lo traducían como "Diabólico"), y cómics nacionales como Fantomas o Kalimán.
Recuerdo esos viajes al Mercado Juárez con mi mamá.Cada vez que iba al centro, le rogaba: "¡Llévame al Mercado Juárez!". Ahorraba dinero y compraba montones de cómics usados por apenas unos centavos. Llegaba a casa con una pila enorme y los devoraba en mi cuarto. Hasta que un día, muchos años después, la lluvia los arruinó o, más bien, mi mamá decidió deshacerse de ellos. Aún me duele.
Pero esos cómics marcaron mi infancia. Y no solo eso. Me marcaron para siempre.
Hasta hoy, le digo a mi esposa y a mis hijas: "La noche en que murió Gwen Stacy fue un antes y un después para mí". Ese cómic. Esa historia. Esa secuencia. Algo cambió para siempre después de leer esa historia.
En Estados Unidos, se publicó en 1973. Yo la leí cuando tenía cuatro o cinco años, a inicios de los 80. No entendía del todo lo que pasaba, pero sí sentí el impacto. Para empezar, estaba enamorado de Gwen Stacy. Era la chica perfecta: guapa, inteligente, la novia ideal para Peter Parker. Era increíble que ella, la más linda, le hiciera caso al tímido, al nerd, al enclenque. Como niño, como flacucho sin gracia, pensaba: "Si a Peter Parker le hicieron caso... tal vez yo también tenga una oportunidad".
Entonces, cuando Gwen Stacy murió, mi mundo se derrumbó.
Dicen que ese fue el momento en que los cómics dejaron de ser solo para niños y empezaron a hablarle a adolescentes y adultos. Marvel ya trabajaba con ese enfoque. Mostraba la vida real en sus historias: Peter Parker batallando con la tarea, quedándose dormido por el cansancio, sin dinero, vendiendo fotos al Daily Bugle para sobrevivir. Tony Stark era alcohólico. Harry Osborn era drogadicto. X-Men hablaba de racismo. Pantera Negra, de la opresión en África. Los Cuatro Fantásticos mostraban una dinámica familiar real. La Mujer Invisible luchaba por hacerse valer en un mundo que ignoraba a las mujeres. Marvel tenía esa conexión humana. Sus personajes eran cercanos, imperfectos, llenos de problemas. Y Stan Lee lo sabía.
Pero la muerte de Gwen Stacy fue otra cosa.
Fue el fin de la inocencia.
Norman Osborn, el Duende Verde, había perdido la memoria. No recordaba que era un villano. Pero todo en su vida se desmoronaba: su negocio se iba a la quiebra, su hijo era drogadicto, su mente estaba al borde del colapso. Y cuando recordó quién era, decidió vengarse de la peor manera: atacando a Peter Parker donde más le dolía.
Secuestró a Gwen Stacy y la llevó a un puente en Nueva York. En la pelea, el Duende Verde la lanza al vacío. Peter Parker, desesperado, dispara su telaraña para atraparla. Y la atrapa. Pero algo está mal. Su cabeza se inclina de una forma extraña. Un "snap!" seco resuena en la viñeta.
Gwen Stacy está muerta.
¿Murió por la caída? ¿O fue el impacto de la telaraña lo que le rompió el cuello?
Aún hoy se debate. La ciencia dice que alguien que cae desde esa altura puede morir del impacto, pero también que un frenazo tan brusco podría haber sido fatal. La cuestión es que Peter Parker intentó salvarla... y la mató.
Stan Lee, en sus memorias, cuenta que no se enteró de la decisión hasta que ya era demasiado tarde. Estaba a punto de viajar a Europa cuando Gerry Conway, John Romita y Gil Kane le dijeron: "Vamos a matar a Gwen Stacy". Y él, apurado, les respondió: "Hagan lo que quieran".
Cuando volvió, lo primero que dijo fue: "¿Cómo se les ocurrió matar a Gwen Stacy? ¡Tráiganla de vuelta!". Pero sus guionistas y dibujantes se negaron. "Si la revivimos, Marvel perderá credibilidad", le dijeron. Y Stan Lee tuvo que aceptar.
La muerte de Gwen Stacy se convirtió en un momento histórico en los cómics.
Se dice que la idea original era matar a la tía May, que siempre estaba al borde de la muerte. Pero eliminarla significaba quitarle a Peter Parker ese sufrimiento constante que lo hacía humano. Luego pensaron en Mary Jane, porque en ese momento era solo un personaje secundario sin gran importancia. Pero su carisma creció tanto que ya no pudieron deshacerse de ella.
Entonces, alguien propuso: "¿Y si matamos a Gwen Stacy?".
Y así fue.
Su muerte cambió todo. Se convirtió en la prueba de que los superhéroes no podían revelar su identidad, porque ponían en peligro a quienes amaban. Spider-Man nunca volvió a ser el mismo. Ya nadie estaba a salvo. Eramos testigos y cómplices de una de las muertes más icónicas en el mundo del cómic.
La noche en que murió Gwen Stacy marcó el fin de una era.
Y para mí, marcó el fin de la infancia.
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