Pentragram, Lighting in a Bottle, 2025
Los Groundhogs, Sir Lord Baltimore, Blue Cheer, MC5, New York Dolls, Vanilla Fudge, Montrose… Bandas que levantaron los cimientos del hard rock, el proto-punk y el proto-heavy metal en Estados Unidos, pero que quedaron relegadas en su propio pa铆s mientras Am茅rica enloquec铆a por la estridencia brit谩nica de Deep Purple, Black Sabbath y Led Zeppelin. En medio de esta euforia por la m煤sica inglesa, muchas bandas nacieron y crecieron en la penumbra de los garajes. Entre ellas, una que merece un lugar especial en toda lista: Pentagram, el oscuro proyecto de Bobby Liebling.
Pentagram no era solo una banda m谩s. Liebling beb铆a de la crudeza de Blue Cheer, pero lo que 茅l y su grupo comenzaron a gestar en 1971 era algo mucho m谩s denso y m谩s f煤nebre. Si Blue Cheer representaba el estruendo psicod茅lico y Sabbath el metal oscuro, Pentagram llev贸 la oscuridad a otro nivel, con un sonido tan macabro que su pa铆s prefiri贸 ignorarlos. No encajaban con la histeria por el rock brit谩nico ni con el naciente hard rock de arenas de Aerosmith y Kiss.
En consecuencia, Pentagram se convirti贸 en un fen贸meno subterr谩neo, una banda maldita que apenas unos pocos se atrev铆an a seguir. Su m煤sica, con muy pocos contempor谩neos, se convertir铆a en la piedra angular del doom metal, el stoner rock e incluso en una influencia inadvertida para el grunge. En los 80s, mientras los Black Flag y Saint Vitus expand铆an la escena underground, Pentagram segu铆a en la sombra, sin reconocimiento ni contrato discogr谩fico estable.
Hubo un instante en que la industria volte贸 a verlos. Representantes de Kiss y Blue 脰yster Cult se acercaron, intrigados por la potencia de la banda. Pero al conocer la volatilidad de Liebling—hundido en adicciones, conflictos internos y autodestrucci贸n—, se alejaron r谩pidamente. Se cuenta que ambas bandas compraron riffs a Pentagram, us谩ndolos en sus propias canciones. As铆, la banda qued贸 relegada por d茅cadas a cintas de demo y grabaciones que circulaban de mano en mano como un gran y oscuro secreto.
La historia de Bobby Liebling es un ciclo interminable de ascenso y ca铆da. Cambios de alineaci贸n, problemas de salud, l铆os legales, sobredosis… todo ha jugado en su contra. Pero si hay algo innegable es que cuando logra enfocarse en la m煤sica, Pentagram sigue siendo una fuerza imparable. El auge del doom metal, el grunge y el stoner rock ha generado un contexto donde su sonido ya no es una anomal铆a; ahora es un pilar de culto, sirviendo de inagotable fuente de inspiraci贸n para generaciones enteras.
Hoy, en un giro casi inesperado para muchos, Liebling y Pentagram han retornando una vez m谩s de la tumba, con un nuevo 谩lbum: Lightning in a Bottle. Un disco que captura la esencia de una banda que nunca se domestic贸, nunca cedi贸 al mainstream y nunca dej贸 las sombras. A diferencia de muchas de sus contempor谩neas—Black Sabbath se despide definitivamente, y la mayor铆a de sus coet谩neos han desaparecido—Pentagram sigue creando m煤sica nueva, neg谩ndose a ser solo una reliquia del pasado.
Desde el primer golpe de guitarra, Live Again establece el tono. Su avance sombr铆o recuerda a Black Sabbath, pero con una cadencia que roza el horror blues de Danzig. La guitarra de Tony Reed, productor y m煤sico de Seattle, inyecta una nueva energ铆a, ensamblando riffs abrasivos con la voz 谩spera y delirante de Liebling, que en ciertos momentos evoca a Gene Simmons en su faceta m谩s siniestra.
Luego llega In the Panic Room, un tema donde Reed brilla con guitarras que parecen descender en espiral, recordando a Tony Iommi, pero sin caer en la imitaci贸n. El tema se siente como un ritual sonoro, donde cada riff es una daga que atraviesa el oscuro ambiente, mientras Liebling, con su inconfundible voz, nos sumerge en un aterrador relato de locura.
Pero I Spoke to Death es el verdadero punto 谩lgido. Aqu铆 no hay espacio para la sutileza: el riff central es una pesada sentencia, un golpe directo. Bajo y bater铆a se acoplan con una precisi贸n mec谩nica, creando una base demoledora para que Liebling exorcice sus demonios. Si Ozzy Osbourne logr贸 convertir una voz limitada en una herramienta ic贸nica, Liebling consigue un efecto similar, con un dramatismo vocal que en momentos recuerda al fallecido Rob Tyner de los MC5.
Con Dull Pain, Pentagram rompe a煤n m谩s esquemas. Aqu铆 hay un aire de grunge primitivo, como si un tema de Soundgarden o Melvins hubiera sido concebido en 1972. Es una anomal铆a que encaja a la perfecci贸n, demostrando que el sonido de la banda no solo inspir贸 a los pioneros del doom, sino que su sombra se extiende mucho m谩s all谩 a otros g茅neros.
Luego llega Lady Heroin, una pieza brutal tanto en sonido como en significado. Aqu铆 Liebling se despoja de cualquier m谩scara, narrando sin met谩foras su batalla con las adicciones. Su voz, desgarrada y fantasmag贸rica, se desliza entre riffs que oscilan entre la melancol铆a y la destrucci贸n, en una tradici贸n que va desde Black Sabbath hasta los Alice in Chains m谩s l煤gubres.
I'll Certainly See You in Hell contin煤a con la misma l铆nea decadente, pero con un toque de Mudhoney, una banda de grunge que, al igual que Pentagram, vener贸 a Blue Cheer como piedra angular. Luego, Thundercrest se convierte en el momento m谩s pesado del 谩lbum. Aqu铆 no hay concesiones: esto es heavy metal puro, abrasivo y sin compromiso, una bofetada sonora que nos recuerda el gran privilegio de seguir escuchando a esta banda en pleno 2025.
El cierre con Solve the Puzzle es inesperado. Un riff que, curiosamente, evoca algo del esp铆ritu crudo de Appetite for Destruction de Guns N’ Roses, pero con el filtro oscuro de Pentagram. Es el tipo de giro que solo una banda con casi seis d茅cadas de historia podr铆a ejecutar sin sonar forzada.
¿Es Live Again una obra maestra instant谩nea? No. Y eso es lo extraordinario. Es un disco que crece con cada escucha, un testamento de que Pentagram nunca se vendi贸, nunca se abland贸 y nunca dej贸 de ser peligroso. Si este fuera su 煤ltimo 谩lbum, se ir铆an con la cabeza en alto. Pero conociendo la historia de Bobby Liebling, no apostar铆a por ello.



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