The Idiot: La Oscura Reinvención de Iggy Pop
The Idiot, editado en 1977 (año en el que Iggy Pop lanzaría dos álbumes de gran éxito), lleva en su título una ambigua referencia a la célebre novela de Fiódor Dostoievski. Es bien sabido que David Bowie—su protector en aquel entonces—y su productor de cabecera, Tony Visconti, eran ávidos lectores del escritor ruso, además de Nietzsche y Aleister Crowley. Desconozco si Pop compartía ese hábito (aunque sí era un cinéfilo apasionado), o si el título es más bien una alusión a sí mismo.
Más allá de la referencia literaria, The Idiot es una obra maestra con un significado singular dentro de la discografía de Iggy Pop. Funciona como un apéndice de la Trilogía de Berlín de Bowie y marca una etapa fascinante en la carrera de ambos músicos. Representa, sin duda, el renacimiento artístico de Pop bajo circunstancias peculiares: distanciado del proto-punk en plena era dorada del punk, exiliado de EE.UU. y el Reino Unido—como Bowie y Lou Reed—y encontrando refugio en la gris y a veces depresiva Berlín, una ciudad que, al igual que Alemania, parecía empeñada en ignorar a Occidente. Allí, siendo completos desconocidos, Bowie y Pop encontraron la libertad para reinventarse.
Pero The Idiot no es solo un álbum de Iggy Pop: es un experimento de Bowie, quien lo usa como vehículo para explorar ideas radicales que luego nutrirían su propia carrera comercial. The Idiot es en realidad es la continuación del Station to Station de Bowie y el inicio de la trilogía de Berlín.
Es un cambio drástico para Iggy, que lo catapulta de provocador musical a artista de peso. Aquí, Pop demuestra su valía no solo como cantante, sino como compositor y verdadera fuerza creativa.
"Sister Midnight" es un vistazo al futuro: una guitarra funk inquietante, una atmósfera robótica y una conexión evidente con Station to Station de Bowie. Pop despliega una voz increíblemente decadente, mientras Bowie introduce guiños sutiles a la Alemania de la época: ecos de Kraftwerk y Neu!. Paradójicamente, este diálogo musical es un ida y vuelta, pues los Stooges influyeron en las bandas alemanas que definirían el sonido "motorik".
Llaman la atención las explosiones de sintetizador en la legendaria Nightclubbing, con su piano de cabaret y guitarras wah, un guiño a los Stooges. Funtime, primitivo pero futurista, marca el banderazo de salida del post-punk y anticipa a bandas como Joy Division (cuyo vocalista, Ian Curtis, fue encontrado ahorcado con The Idiot girando en su tornamesa), Bauhaus o The Birthday Party. Baby empieza a perfilar el oscuro cabaret musical que daría forma al naciente sonido gótico.
Pero es en China Girl y Dum Dum Boys donde Pop alcanza alturas inéditas. La primera es un diamante en bruto que Bowie puliría años después; un lamento amoroso cargado de frustración y referencias cinematográficas. La segunda es una mirada nostálgica y dolida a los Stooges y su turbulenta historia, una cicatriz imborrable en la trayectoria de Iggy Pop.
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