The Stranglers-Giants

El rollo de los Stranglers (los estranguladores, que nombre tan más cul!) nunca fue el punk, al igual que bandas como Television, los Stranglers ya eran una banda post punk, aún antes del punk, no eran punks, lo fueron para los ignorantes, y siguieron una línea que rápidamente los desmarcó de aquel movimiento, sin duda, con más cosas en común con la dureza del rhythm and blues de los Animals de Eric Burdon, el pop desenfrenado y distorsionado de los Kinks, los poetas borrachos de los Guess Who, o con la apocalíptica poesía de Jim Morrison, o con los Love (que muchos decían debió llamarse Hate, por sus inclinaciones violentas), los Stranglers ya existían antes del punk, tocando su versión dura del rock, añadiendo algunos alucinantes toques de teclados que a veces parecieran situarles en una situación cercana a la de los Van der Graff Generator (que les gustaban a los punks, pero no eran punks), el punto es que el sonido de los Stranglers fue lo suficientemente rudo para resistir y hermanarse con el embate de la música punk y a su vez, lo suficientemente inteligente para desmarcarse rápidamente y señalar nuevos caminos, como hicieron los Wire, los Magazine o los Joy Division.

Ahora bien, los Magazine vuelven a reunirse, los Wire siguen sacando discos constantemente, los The Fall cada año nos sacuden con un disco nuevo, mejor que el anterior (aunque no parezca posible!) y ahora los Stranglers regresan a demostrar que el sonido post punk está más vigente que nunca, Another Camden Afternoon es la introducción instrumental a este nuevo disco de los Stranglers, un tema rescatable pero que pareciera marcar su obvia distancia de todo lo que se pueda llamar punk, con un bajo impecable y guitarras rabiosas e inquietas siempre a la orden, Freedom Is Insane es pura magia Strangler, quienes debieron amar más a Roxy Music que los Ramones, los Stranglers sabían como escribir una bonita melodía y después meterle músculo suficiente para machacarnos el cerebro, Baz Warne suena majestuoso en piezas como Giants (que da nombre al disco), una banda que de alguna manera se las ingenia para recuperar esa magia del pasado, esos teclados alucinantes capaces de movernos fibras internas y esas guitarras como látigos a la orden del día, Lowlands es una clara muestra de ese rock moderno y accesible a la vez que los Stranglers supieron inventar y que después sería adoptado por banditas como los Strokes (aunque con menos de la mitad de talento que estos ingleses), si bien los Stranglers pueden alcanzar la intensidad de los The Fall, estos no caen en el nivel de abrasión de los de Mark E. Smith, en su lugar generosas melodías se materializan vía esos geniales teclados, parte rock tradicional, parte prog, parte art rock.

Boom Boom es épica sin duda, con la voz de Warne acercándose a la de Morrison, muy probablemente así sonaría el llamado Rey Lagarto si continuara vivo y si no hubiese sido más que un ”borrachote” con aspiraciones poéticas, Time Was Once On My Side podría ser fácilmente una actualización del brutal sonido de los Animals de Burdon, con su brillante cadencia y la capacidad de transmitir esa mezcla de nostalgia y vulgar ansiedad que sólo estos cuates saben fusionar.

Un disco de alto nivel, muestra de una banda que precedió al punk y que sabe seguir haciéndose vigente actualizando su sonido y tocando igual de duro que en sus mejores tiempos, se agradece el oscuro experimento realizado en Adios (Tango) acaso la manera de despedirse de la banda?, o sólo un tema más? Y con 15 Steps finalmente cierran el disco con una nota positiva y con un ritmo jovial, la cual enfatizan con puntuales descargas de energía, demostrando que a la par de los The Damned fueron de los mejores músicos dentro del circuito punk de aquellos años.

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