Black To Comm-Earth

Black To Comm es el proyecto alterno de Marc Richter, creador en el año del 2009 de uno de los discos más interesantes que se escucharon, Alphabet, Richter, entre otras cosas, está a la cabeza del sello discográfico independiente Dekorder, sería interesante saber a estas alturas de que manera ha derribado más puertas Richter, si a través de su sello, o a través de su propio trabajo como artista, mi apuesta va a que poco a poco se ha ido convirtiendo en una figura de gran influencia por su propio arte, y en este Earth, su en ocasiones, oscura, abstracta y hasta anónima música, pareciera obtener una identidad más definida, sino, no tan propia.

Earth es el nuevo capítulo en su discografía y esta vez nos topamos nuevamente con sus poderosas incursiones en el mundo del “drone”, creando opresivas y densas capas de sonido que poco a poco se van generando, se van entre tejiendo y se van volviendo más y más densas, las cuales pudiesen fácilmente encajar como música de acompañamiento en una intensa película de terror psicológico, o simplemente ponerse a la par de  terroríficas creaciones musicales como las más recientes (recientes de alguna manera, aunque fue hace más de una década) que nos trajo Scott Walker (el amo y señor de la tensión musical) o más recientemente David Sylvain, esos discos dónde abunda el suspenso, y que parecieran adelantarnos algo terrible por ocurrir, en dónde por momentos se desborda la locura y pareciera que estuviéramos presenciando de alguna manera el resquebrajamiento de la mente sana de alguien, o sus más delirantes sueños.

Stickstoff II es una pieza de esas, dónde todo inicia tímidamente y cual bola de nieve, se va creando un “monstruo” de sonido, las vocales se convierten en un instrumento lastimoso en manos de Richter (con un David Aird aka Vindicatrix ejecutándolas en lo que pareciera ser su más desgarrante actuación), un elemento que da más profundidad y sentido de peligro, acercándose sorprendentemente a esas pesadillas sónicas cortesía de los ya mencionados Walker o Sylvain, con sus “drones”, instrumentos de cuerdas, percusiones casuales y lo que podrían ser grabaciones de campo (si esas llamadas “field recordings”), elementos fundamentales en las grabaciones de música concreta, y que aquí complementa y hacen más poderosa y alucinante la visión, esas vocales como de ultra tumba agregando poderosas dosis de drama a la mezcla.

Water se apoya más en las guitarras y los ecos, creando un sonido cercano al de gente como Loren Connors, alimentando el silencio con delicadas líneas de guitarra, matizando y dándole una mayor profundidad al sonido de las cuerdas, en ocasiones agregándole sutiles dosis de ruido áspero, Richter juega con el silencio, se arropa en el, deja pasar algo de luz y después vuelve a sumergirse en él, como creatura que se arrastra por la orilla, de un lago, pareciera que su muerte esta cerca, pero finalmente logra  sumergirse en el vital liquido y flotar en él.

Thrones, con esos pianos que se decoloran, me trae a la mente de inmediato a The Caretaker, con su añoranza por esos viejos bailes de la pre guerra, esas vocales llenas de nostalgia, que se escuchan a lo lejos, y esa voz que nos ha acompañado durante todo el viaje quejándose, doliéndose, bailes de salón a la antigua, algo así, como si nos metiéramos por un momento al salón principal del Titanic en una de esas fastuosas fiestas y después viéramos como se sumerge todo, quedando sólo el eco, y nuevamente esas vocales, tan llenas de dolor, mitad humanas y mitad animal, como lamentos fantasmales, una experiencia sónica en verdad única, un experimento por parte de Richter muy diferente a Alphabet, pero que definitivamente es material estelar, The Children no nos da nada gratuito, con sus luminosos teclados desvaneciéndose, apareciendo y desapareciendo ante nuestra escucha, como memorias que vienen  y van, una opereta intensa y dolorosa, muy probablemente la pieza central del disco, y después Mirror, que pareciera querer cerrar el disco de una manera amable, esperanzador, casi pastoral, Earth es sin duda un disco único, es nuevo terreno para Richter, quien sin embargo saca adelante tan ambicioso proyecto y le agrega una nueva e interesantísima dimensión a Black To Comm, que si bien, no es una completamente original, si resulta sólida e interesante como pocas.