Karen Dalton-1966

Vamos por partes ok? Karen Dalton, cantante y guitarrista, de familia Cherokee fue vino de las montañas, llegó a la ciudad de Nueva York a principios de los 60s, llevando consigo un sonido rural a un contexto urbano, ese sonido de desolación y de reflexión, también cósmico hasta cierto punto, que daría pie al llamado movimiento “folk”, que pudiésemos traducir como rupestre, pero que hacia tan especial a alguien como Karen Dalton y a la vez, porque nunca destacó como muchos otros de sus seguidores?, Bueno, Karen poseía una voz única, muy cercana a la frágil voz de la gran Billie Holiday, una voz poco común que en el ambiente pop se encontraba adelantada a su tiempo, Dylan, con su característica voz (con mucha influencia de Dalton) aún no era la gran figura del movimiento, además de su voz, Dalton poseía una habilidad natural con los instrumentos de cuerda., como la guitarra y el banjo, con ejecuciones más elaboradas que el resto de sus contemporáneos, Dalton de carácter difícil y huraño llegó a la naciente escena “folk” del Greenwich Village, Dalton era una persona muy difícil, por lo general inclinada a ejecutar sus piezas en solitario, o solamente para sus amigos, sus presentaciones, legendarias, fueron escasas, pero llenas de cambios frases, ritmos y líneas a placer, inclinada fuertemente a la improvisación, lo que dificultaba encontrar músicos que complementaran su visión, adicional a eso, Dalton se hallaba bastante reacia a los estudios de grabación, por lo que muchas de sus grabaciones tuvo que ser persuadida por productores e ingenieros de sonido para poder realizarse.

Dalton encontró gran apoyo en gente como Bob Dylan y Fred Neil, quienes apenas arrancaban con la escena folk de la ciudad, y que encontraron en Karen una figura a quine seguir, y de quine complementarse, Neil cediendo algunos de sus temas a Dalton y Dylan absorbiendo parte de la mística y ejecución vocal de ella, , Dalton “grabó”, o mejor dicho fue capturada en disco en varias ocasiones, muchas de ellas casuales realmente, ya que Dalton solía acompañar a sus compañeros de escena a sus grabaciones y bajo mucha insistencia accedía a ser grabada, It's So Hard to Tell Who's Going to Love You the Best se editó en 1969, un disco en dónde su áspera voz, a pesar de no ser tan “comercial” mostraba una amplia paleta de sentimientos, mientras que In My Own Time de 1971, la música de Dalton fue arropada por su productor, agregándole arreglos de guitarra, piano, bajos y cuerdas, que dieron un nuevo sentido a la música de Dalton, agregándole más poder a sus ya de por si soberbias interpretaciones de los temas de renombrados compositores folk del momento, resonando titánicamente en temas como Something On Your Mind, favorita de un servidor.

1966 abre con Reason To Believe, tema original de otro favorito de un servidor, el poderoso Tim Hardin, pero Dalton le da una fragilidad inusitada al tema, aún mayor y más estremecedora que la que le pudo dar Hardin en su tiempo, esa voz que duele y que a la vez conmueve, estos temas captados en la privacidad de su hogar, por su alguna vez compañero sentimental Richard Tucker, muestran a una Karen confidente, con su magia en mano, con una Katie Cruel magnífica, enigmática y poderosa, un banjo que pareciera llevarnos a las misteriosas tierras altas de Dalton, una sensación de que la tragedia estaba por venir y de que la Dalton hacia el tema suyo, aceptando su difícil personalidad y usándola como bandera.

Cotton Eyed Joe es un clásico inmortal, con un tratamiento único y especial dado por Dalton a la pieza que hemos escuchado en muchas versiones, pero ninguna tan desgarradora como la de la Dalton, si bien, Billie Holiday nos llevaba a las sombras y a la tragedia a través del jazz, Dalton nos llevaba a esos mismos terrenos desoladores a través del folk y de sus frágil voz.
Si bien artistas como Nico, a través de sus oscuras composiciones o Chet Baker a través de su trágico jazz nos han llevado a conocer dimensiones paralelas en dónde el tiempo pareciera no existir, permítanme agregar un nombre más a esos seres trágicos, si, lo repito trágicos, almas frágiles y atormentadas, interpuestas entre dimensiones, que parecieran aun estar aquí frente a nosotros, como si nunca se hubieran ido, con un sonido y un sentimiento inmortal que vale la pena rescatar y re valorar en cada oportunidad que se nos presente.

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