Mark Lanegan Band-Blues Funeral

The Gravedigger´s Song de entrada me recuerda el insistente intro de Detroit Rock City de los Kiss, la voz de Lanegan, veterano musical de años me trae recuerdos de Ian Astbury, uno de mis vocalistas favoritos, y obviamente, Lanegan suena un poco a Jim Morrison, y a Tom Waits, así que vaya paquete que tiene Lanegan para sacar adelante, poseedor de una capacidad expresiva y una fortaleza vocal como pocos, Lanegan ha hecho poco a poco una carrera para si mismo, ya desde sus épocas con los Screaming Trees, Lanegan nos había dado claras muestras de su talento, para después desmarcarse de la banda con varios discos solistas, si bien Lanegan nunca compaginó con el movimiento “grunge”, no podemos negar que los Screaming Trees fueron pieza fundamentales de los inicios de tal movimiento musical, banda indispensable para los coleccionistas de la genial SST, los Screaming Trees, al igual que los Soundgarden o los Green River fueron pieza clave en esa fusión del proto punk de bandas como los Stooges o los MC5, con el hard rock tradicional de Kiss o de Aerosmith, que nos trajo como resultado: claro el GRUNGE.

Pero afortunadamente Lanegan hace tiempo se desmarcó del grunge, dejó a los Screaming Trees, quienes en mi muy humilde opinión eran muy superiores a bandas como Nirvana o Pearl Jam, nunca despegaron, tal vez porque ninguno de ellos era rubio y delgado como Cobain, tal vez porque ninguno de ellos carecía de carisma y el “look” amistoso de Eddie Vedder, los Screaming eran en verdad peligrosos, tanto que el mismo Lanegan los dejó por la paz.

Ahora bien, como sabemos Lanegan nunca rechazó sus raíces “montañesas”, su afición por la música nativa de su tierra, y llenó sus discos de historias acerca de crímenes, armas, violencia y alcohol,  muy al estilo de Leonard Cohen o Neil Young, pero más recientemente, la voz de Lanegan y sus gustos musicales se han ido expandiendo, al grado que este ha incluido innovaciones importantes en su bagaje musical, un interés que confiesa de tiempo de atrás, pero que rara vez había expresado por bandas de krautrock como Neu!, Cluster y Kraftwerk, que siendo muy honestos sobresalen un poco en este Blues Funeral, y precisamente en esa primera pieza, la vibración intensa se hace presente y arropa la voz de Lanegan, que ante tan idiosincrático acompañamiento pareciera ahora recordarnos a un Tom Waits no tan excéntrico.

Bleeding Muddy Waters es el Lanegan oscuro y reflexivo que ya hemos conocido, aunque la electrónica sigue manifestándose en su disco, una pieza que si bien tiene todo para ser considerado propiamente una pieza con influencia de “blues”, la banda le da un buen  tratamiento electrónica que la hace más enigmática e interesante y de la voz, ni que decir, Lanegan sigue siendo el rey de los ebrios con corazón, una pieza de dolor, de inconciencia y de penar, siempre con una botella en la mano y algunos ecos que nos acercan a esas piezas oscuras del ya mencionado Cohen.

Gray Goes Black es puro post punk, con un Lanegan fluido y sabio, en pleno control de una maraña oscura de líneas de guitarra, de ese que tanto ofendiera a los estadohundedenses, pero que secretamente tanto amaran, se que a muchos no les gustan las comparaciones, y que siempre ha sido algo muy mío al momento de reseñar un disco, pero aunque estas no sean recomendables, siempre nos ayudan a entender las cosas, como en este caso que Lanegan se acerca al Astbury más etéreo, sin duda un acierto de Lanegan que nos muestra hasta ahora un disco variado y atrevido.

St Louis Elegy es puro espejismo de desierto que se posa frente a nuestros ojos, un ligero ritmo con influencia motorik que se manifiesta con esas guitarras “twang”, con que Morricone aderezaba sus soundtracks para los spaghetti westerns de Sergio Leone, y la voz de Lanegan con un efecto casi chamánico sobre la pieza, para después volverse un fiero rocanrolero con Riot In My House y ese ritmo inmenso y aplastante, y es que si hablamos de variedad, este DISCO la tiene y de sobra, con Ode To Sad Disco, Lanegan visita los fantasmas de bandas como New Order o The Human League, esos ritmos bailables y saturados de nostalgia, que Lanegan sin mucho recato adopta y hace suyos, y de que manera.

Quiver Syndrome es motorik, y synth rock unidos y de que manera, U2 y Bono, si ambos tuvieran pelotas, un verdadero golpe de rock, con una de las mejores voces del rock estadohundidense, Blues Funeral pareciera una terapia para Lanegan y su reciente enamoramiento con los sintetizadores, que a pesar de saturar este disco, no le restan ni un gramo de furia, tampoco desgastan el filo de cada una de la piezas.

Algo que podemos objetar aquí es que Lanegan intenta abarcar mucho territorio, y dicen que el mucho abraza poco aprieta, pero Lanegan es un tipo bastante fuerte, nos da un disco variado, flexible, sorprendente en cada pieza, aunado a una de las voces en verdad estelares de esta época, un personaje oscuro, que sin duda, con discos como este, poco a poco irá creando una leyenda y reputación similar a la de los personajes de peso antes mencionados como Cohen (escuchen Deep Black Vanishing Train si no me creen), Young o Waits.

Comments

  1. Anonymous2/20/2012

    Como si Tom Waits fuera su padre!!!!

    LL

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  2. En cierta parte si, eso me entusiasmo de este disco, suena como si el espiritu de Waits se apareciera por algunos momentos!! saludos!!

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