Dirty Three-Toward The Low Sun

Dirty Three son una banda australiana, un trío de música instrumental, con cierta inclinación a sonidos fuera de lo común, y que más prueba de ello que Furnace Skies, con enorme ciclos de bajo y órgano, la batería jazzeada e intensa de Jim White, y el violín de Warren Ellis (a quien muchos han de conocer de los Bad Seeds de Nick Cave o de los  Grinderman), free jazz?, no, pero si algo muy cercano o muy inspirado en esos fraseos cíclicos de John Coltrane o de Eric Dolphy, una pieza con mucha movilidad y que Ellis con su violín se encarga de agregar interesantes texturas al tiempo que los órganos comienzan a saturar la pieza.

Sometimes I Forget You´re Gone cambia radicalmente el humor de las cosas, con una plácida clama inicial, un piano y una guitarra que tímidamente hacen trazos mientras que White aún pareciera conservar algo de la furia de la pieza anterior, White energético continúa brindando un poderoso y cruzado ritmo, mientras que el resto de los instrumentos piden calma, una curiosas yuxtaposición instrumental que funciona de alguna manera, y que nos recuerda superficialmente al ensambles de free jazz con piano como los de Cecil Taylor, nuevamente aclarando que aunque en estas dos piezas el free jazz resulta una obvia influencia, Ellis y compañía van por algo más que simplemente revivir memorias de Ayler o Coleman, Moon On the Land se apoya más en un sonido más cercano al folk, con Ellis en el violín y Mick Turner en la guitarra interactúan de manera sabia y pausada, dotando de una belleza inusual la pieza, Ellis brillando con una ejecución impecable y Turner apoyando desde las orillas, mientras que Rising Below pareciera de inició no cuajar, con los músicos más “echados hacia atrás” y finalmente llegando a un choque de sonidos, con un Ellis exigiendo el máximo de su instrumento, con una ejecución que nos recordara los mejores tiempos de Cale y su viola con los Velvet Underground, con un White furioso que en ningún momento se muestra tímido, aporreando sus tambores y un Turner aportando un  luminoso acompañamiento para que Ellis lleve la pieza a un final casi épico.

Rain Song es otra pieza brillante, con la banda empujando fuertemente a la creación de imágenes mentales a través de su música, Ellis al frente de la banda, con un no menos importante dueto de acompañamiento entre la guitarra “campirana” de Turner y Whit en la batería proporcionando el ritmo perfecto para un día lluvioso, es curioso como los Dirty Three nos traen una curiosa mezcla de vanguardismo y música de raíces más tradicionales, recordándome por momentos los que bandas como The Band solían hacer, como si repentinamente nos encontráramos un artefacto de un pasado distinto que no encaja con la historia, como surgido de otra dimensión, y que tal That Was Was, con la distorsión crujiendo de inicio, con un Ellis, excéntrico como siempre, metiéndole ruido a su violín, y un Turner intenso en su guitarra, todo un viaje emocional, que va adquiriendo una furia musical y emocional de altos vuelos, con un Ellis en pleno papel principal, más emotivo que nunca, como si con su instrumento nos relatara una historia, con un Turner que no se queda atrás en una ejecución llena de sentimiento, digno de un aplauso como esta banda sabe hacer “cantar y narrar historias”, literalmente a sus instrumentos.

Aunque el disco había crecido en intensidad, Ashen Snow es como un balde de agua helada, cambia el tono de las piezas y se va por una dirección más atmosférica y minimalista, con un piano tomando la iniciativa, Ellis proporcionando un buen  respaldo y  una batería que arropa, esta vez, tímidamente las acciones, You Greet Her Ghost cierra el disco de una manera abstracta, difícil, con una batería y un violín que empiezan a crear un sonido inquieto, incesante, y los “riffs” de guitarra de Turner, que empiezan a tomar fuerza, con Ellis formando enlaces de sonido a través de su instrumento, pasajes de singular belleza y emotividad, y después White poniéndole músculo al asunto, para terminar un interesante e intenso viaje a través del pasado, en plena interacción con el futuro, el vanguardismo y el primitivismo de la mano en una singular mezcla, Ellis y compañía se han sacado un enorme y bello disco, que crece con cada oportunidad que tenemos de escucharlo.

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