Jaime López y Su Hotel Garage-Di No A La Yoga (2014)



Jaime López y Su Hotel Garage-Di No A La Yoga (2014)

“Con la voz busco matices, por medio del oído, colores.”
Jaime López

Mi compositor mexicano favorito en la actualidad tendría que ser Jaime López, un personaje legendario, poco reconocido a nivel comercial, aunque dotado de estupendos dones para a composición, sus densas y filosas letras, además de sus eclécticas formas musicales, un personaje sin miedo  salirse de su zona de confort en todo momento, retándose en cada grabación, y que pareciera crecerse precisamente en un ambiente complejo, ajeno a lo que muchos pudieran esperar de un "canta-autor", y es que en su más reciente disco, López invoca a su grupo Hotel Garage, de la misma manera en que el canadiense Neil Young hace con sus Crazy Horse cuando quiere endurecer su sonido y rockear duro, y probablemente esa sea la estrategia de López aquí, quien se rodea de su banda, y la intención no para solo en conseguir un sonido tan áspero como la voz de López, sino para también experimentar con un amplio abanico de direcciones musicales demostrando que López no le pide absolutamente nada a los iconoclastas Tom Waits, Neil Young o Nick Cave, y que en cualquiera que sea el contexto elegido por López, su calidad musical siempre prevalecerá.

Di No A La Yoga es su más reciente trabajo, un disco áspero y versátil, con músicos de peso que añaden fuerza a la ya de por si musculosa y robusta visión musical de López, empezando desde la poderosa pieza que da nombre al disco, en donde las guitarras se disfrazan de cítaras para evocar el tono oriental con el que coquetea tema, un trabajo soberbio en las baterías a cargo de Iván García, quien pareciera adquirir ese poder de jugar con el tiempo del estupendo (tras la batería) Dave Grohl, un tema que a pesar de su dura aspereza, gracias al trabajo de las guitarras (a cargo de José Luis Dominguez) y la batería consiguen elevar a López, quien nos receta una de sus más inteligentes letras, atacando el estilo de vida místico, sofisticado y superficial de nuestros días, con estupendas líneas que cubren observaciones sobre la verdad, hasta el Nirvana de Kurt Cobain.

La Bestia toma su nombre del tristemente legendario tren que recorre el país y sobre el cual de manera ilegal viajeros inesperados de Centroamérica y México buscan alcanzar el sueño americano, viajando hacia el norte, buscando cruzar la frontera con los EUA, aunque aquí, López adopta una identidad completamente diferente a la del primer tema, apoyándose en la música norteña para tomar inspiración, a la vez que acompaña esta suerte de corrido post moderno con pesadas guitarras rugientes e introduciendo un sorprendente rap a mitad del tema, en algo que seguramente pondría celoso al mismísimo rey del post modernismo, Beck Hansen.

Dos de las grandes obsesiones de López son abordadas de manera descarada en Las Mazmorras del Blues, la carretera y el blues, elementos prevalecientes a lo largo de la carrera de López, ambos exaltados por el poderosos acompañad de sus músicos, quienes consiguen sacar de lo común este tema de obvia influencia bluesera para convertirla en una pieza poderosa y demoledora, con un ritmo contagioso del cual resulta imposible escapar.

Para los Trenes de la Muerte, López aborda nuevamente la temática de los ilegales y la frontera, esta vez, el tema adquiere toques genuinamente norteños al incluir un acordeón norteño a la par de ensordecedoras guitarras, algo que pudiera resultar sorprendente solo para los que no conozcan los orígenes norteños de López, además de su admiración por el gran Eulalio González “Piporro”, algo que aquí se pone por demás de manifiesto, y claro el asombroso quiebre del tema con rap incluido.

Un tratamiento muy cercano al brutal punk aparece en el tema ya clásico Me Siento Bien Pero me Siento mal convertido aquí en una poderosa pieza de garage punk con desviaciones a ese  Surfing Bird que solían hacer bandas increíbles como los Cramps, enmarcada perfectamente por guitarras escupiendo alucinantes lenguas de fuego y el bajo demoledor de López, quien después del derroche asombroso de energía pasa a un tema denso titulado No Soy Un Virtuoso, en donde López el complejo poeta post moderno de México despliega toda su artillería, en un tema de oscura cadencia, comentarios sobre el mundo moderno y la cultura educada e instruida, en el cual López luce su capacidad de crear letras mordaces, de comunicar mensajes complejos y de sumarlos a música que consigue grabar cada una de sus palabras en nuestra mente.

Nordaka Raza es otra pieza de postmodernismo puro, del reclamo norteño de López y de su afán por no olvidar sus raíces proyectándolas al futuro, aquí acercándose de una manera asombrosa al sonido norteño con vocales aprendidas del hip hop estadounidense, al cual López nunca ha sido tímido al acercarse,  creando un hibrido musical inesperado, en apariencia irreconciliable, pero que el talento de López consigue hacer funcionar y sacar adelante el complejo e inimaginable experimento, el cual López aborda nuevamente en Sueños Sin Fronteras en dónde López nuevamente saca a flote su compleja fusión de corridos norteños y experimentación sonora, destacando esa amalgama de acordeones norteños, guitarras eléctricas furiosas y esas ,melodías con cadencia imposiblemente originada y aprendida del norte de México, invocando un furioso slam en una cantina de sombrerudos en botas.

Traqueteado Otra vez es una pieza cercana al jazz fusión moderno con estupendas guitarras y una interacción admirable de bajo y baterías, con un López preciso en sus rimas y ágil en su interoperación, llevándonos nuevamente por pasajes inesperados que López consigue hilar a la perfección y conseguir complacer con estupendas ejecuciones musicales y vibrantes letras, una combinación difícil de conseguir en estos días.

La estrujante y abrasiva voz de López aparece como pieza central de Tu Maldición, pieza final del disco, en la cual pudiéramos pensar que López integra toda esa densidad vocal que tiene, más la densidad que su poderosa banda es capaz de generar, una pieza pesada furiosa y estremecedora que con un arreglo adecuado de voces y coros consigue alcanzar niveles arrebatadores, en una pieza oscura y amenazante, pero que consigue develar cierta sensibilidad en el fondo.



 



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