La Doctrina del Shock-Naomi Klein (2007)



La Doctrina del Shock-Naomi Klein (2007)

“La política detesta el vacío, si no llenan a la gente de esperanza, la llenan de miedo.”
Naomi Klein 

Hace 15 años mi vida era muy distinta a lo que es hoy en día, en aquel entonces la cuestión más importante era ¿Dónde íbamos a tomar en la noche? ¿Dónde nos reuniríamos el fin de semana? probablemente la cuestión que llena la mente de muchos jóvenes en estos días, un tanto agobiado sentía que mi vida era un tanto monótona, sin cambios, sin sucesos, nada pasaba, tenía unos cuantos años formando parte de la población económicamente activa del país, ganaba bien, y mi sueldo era exclusivamente usado para comprar alcohol, discos, libros y películas.

En uno de esos arranques existencialistas empecé a cuestionarme mucho, y a cuestionar a dios, mi vida era aburrida a más no poder y pedía a gritos que algo interesante pasara en el mundo, en mi vida y la respuesta la obtuve rápidamente, dicen que hay que tener cuidado con lo que pides, porque puede que se te cumpla, en cuestión de meses empecé a tener problemas familiares, problemas de trabajo, alcoholizado destrocé un auto, perdí mi trabajo y unos meses después mi madre fallecería, agobiado por tantos sucesos aconteciendo a gran velocidad en mi vida encaré nuevamente a esa fuerza a la que había desafiado meses atrás y le pedí que mi vida volviese a ser monótona y aburrida, ya no quería cambios, ni sucesos, quería que mi vida regresara a ser como antes de mi tonto desafío.

Aunque muchos podamos creer que lo que pasó tenía que pasar y no fue desencadenado por mí, por mi inconciencia o por cualesquier otra fuerza del universo, llamémosle dios, el destino o la suerte, una cosa es verdad, los pensamientos y las ideas, siempre tienen consecuencias, no por el simple hecho de rondar en nuestras mentes o de manifestarlas en un círculo cercano de amistades, estas no pasarán a mayores, estas manifestaciones poderosas desencadenan reacciones en este mundo tarde o temprano, por ello hay que tener cuidado en que se pide o que se desea, porque sí, estoy seguro que se nos puede conceder, algo similar sucedería con las teorías de Milton Friedman, reconocido economista que añoraba un pequeño lugar en dónde sus ideas respecto al libre mercado pudieran ser puestas en uso, un país-laboratorio que pudiera servir para los experimentos “liberadores de la economía” con los que soñaba Friedman, y con los que los EUA soñaban exportar el sueño americano a todo el mundo.

Las ideas de Freidman hicieron eco en el gobierno de Richard Nixon, quien en plena Guerra Fría anhelaba consolidar a los EUA como la potencia líder, y al capitalismo como la vía "buena" que terminaría derrotando a los "malvados comunistas", por lo que cuando Salvador Allende, una suerte de Che Guevara, defensor de las cusas sociales, pero por la vía democrática y reconocido marxista, asumió el poder en Chile mediante el voto del pueblo, muchos sucesos se desataron a partir de eso, en primer lugar, Chile buscaba cortar su dependencia hacia el poder imperialista de los EUA, Chile buscaban fortalecer su industria interna y probar que el primer gobierno socialista elegido por la vía del voto en América latina podía funcionar, y ser punta de lanza para un mejor gobierno, un mejor país y mejores condiciones para la sociedad, aún y que esto lastimara intereses extranjeros, y precisamente por esto último, Nixon puso en movimiento a su despiadada maquinaria destructora de democracias e impositora de dictadores, conocida como la CIA, con el fin de contener el avance del comunismo y el socialismo en Latinoamérica, financiando para esto golpes de estado y dictaduras militares brutales en países como Brasil Uruguay, Argentina y Chile en dónde particularmente se barrió con todo el aparato gubernamental de Allende y ahí, se le concedió su deseo a Friedman, dar rienda suelta a sus deseo e ideas, las cuales, para Friedman representaban la liberación de la economía, y el “rescate” del pueblo chileno (un rescate que nunca se pidió).

Friedman obtuvo un país hecho cenizas para que sus experimentos con el libre mercado se pudieran poner en práctica según sus deseos, todo esto con ayuda del feroz régimen militar del general Augusto Pinochet, así empezaba en América un triste capítulo marcado por violenta represión, desapariciones políticas y la explotación de los recursos de estos países, “auspiciado” por el libre mercado y el principal inversor, los EUA, empezaban la Operación Cóndor y la “doctrina del shock”.
La doctrina del shock hace alusión a los tratamientos brutales y aberrantes de ciertos psiquiatras y médicos que buscaban curar enfermedades mentales, borrando literalmente la mente de sus pacientes y doblegando su voluntad, estos experimentos llamarían la atención de la CIA, quienes verían en estos tratamientos una herramienta para borrar la mente de los pueblos y doblegar sus voluntades, regresando a la sociedad a un estado infantil de indefensión y de sumisión a sus deseos.
Hace un par de semanas terminé de leer este libro a cargo de Naomi Klein, la conclusión a la que llegué me causó gran pena, dados los hechos suscitados recientemente en el país, es difícil no llegar a la idea que la doctrina del shock nos ha estado siendo aplicada en México de manera constante, ya que hay que pensar en cómo nos hemos vuelto insensibles y sumisos ante tanta corrupción, tanta violencia, a tanta impunidad y abuso por parte del gobierno, y la respuesta no es tan difícil de obtener tampoco.

Poco a poco nos han quitado nuestra memoria, nuestra voluntad y nos han implantado su visión, una visión terrorífica, inmersos en la narcoviolencia, el miedo, la pobreza, la inflación, la desigualdad y la ignorancia, es así como nos han dejado sin defensas y con una muy baja capacidad de crítica, preferimos encerrarnos en nuestras propias casas, llenos de miedo, sin permitirnos darnos cuenta realmente que los únicos que podemos poner el freno en este tren a toda velocidad somos nosotros mismos.

Asesinatos políticos, represión estudiantil, corrupción de los sindicatos, secuestros, extorsiones, casas blancas, narcoviolencia, colusión del gobierno y las televisoras, reformas educativas sin pies ni cabeza, reformas energéticas tardías y sin futuro, aumentos en los alimentos, servicios gasolinas, todo ellos de alguna manera han saturado tanto nuestros sistemas que como describe Klein, nos ha vuelto indefensos, sin capacidad de pelear por lo que creemos, temerosos de enfrentar un mundo hostil, tanto que preferimos un gobierno que nos cuide y decida por nosotros, por más inepto que este sea.
De México siempre se ha hablado sobre una “dicta blanda”, a diferencia de la brutal suerte que les tocó a nuestros hermanos Sudamericanos, la cercanía con los EUA y la lejanía con el resto del continente nos ha hecho ser afectados por un tratamiento un tanto distinto, menos brutal, tal vez, pero igual de malicioso, si tomamos en cuenta que entre la religión, el futbol, y las telenovelas, nos hemos vuelto mansos, sin opinión firme con respecto a las políticas, muchas veces erróneas y de nuestros gobernantes que muchas veces buscan un beneficio propio.

Klein desnuda en su libro precisamente como se ha aplicado esta “doctrina del shock” en América, en Asia, en Europa del Este y en el Medio Oriente, recientemente en el mismo corazón de los EUA, en Guantánamo, y las recientes noticias sobre las brutales practicas del CIA lo siguen confirmando.
Tenemos que aprender a parar y bajarnos de este loco tren, de empezar a exigir transparencia a nuestra autoridades, de asumir la responsabilidad sobre el rumbo del país, y a empezar a exigir lo que podría ser nuestra salida de todo este acecho criminal: Una mejor educación.  

Tal vez Friedman tenía buenas ideas, tal vez no, pero apuesto a que esas ideas cuando le llegaron por primera vez a la mente no venían acompañadas de sangre y violencia, de ahí que nuestras ideas, son responsabilidad nuestra siempre, hasta el final.



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