Cuando Bukowski pudo ser mejor opción que Hemingway

Cuando Bukowski pudo ser mejor opción que Hemingway 

Por: Erreh Svaia
Dispersión Caprina

Claro, siempre es triste cuando alguien a quien por alguna razón no conocemos en persona, pero estimamos, deja esta vida (Cuando murió Lou Reed me devastó de verdad), y más cuando parece ser alguien que ama demasiado la vida, y que pareciera abrazar la aventura y la libertad de una forma sublime que muchos anhelamos, y que tal ves no hemos llegado a tener. Anthony Bourdain, 61, reconocido chef y presentador de televisión, escritor, viajero, decide dejar este mundo, y nos deja a muchos estupefactos ¿Qué pasó? ¿Por qué esa decisión? En este momento no lo sabemos, el paso de los días nos dará las claves, el suicidio sigue siendo un tema controversial para todos, las explicaciones no son sencillas ¿Es lo externo a ti lo que te termina abrumando y llevándote a tomar una decisión tan radical? ¿O se convierte en la suprema decisión personal y declaración de libertad? Quisiera pensar que es uno quien debe tomar la decisión de cuando dejar este mundo, una decisión consciente y planeada, meditada, razonada y planificada, “Señores a “X” edad me les voy, les guste o no.” Quisiera dejar este mundo antes de que pueda dejar de valerme por mi mismo, antes de convertirme en una carga para los demás a mi alrededor, adiós a lo viejo que viene lo nuevo, como dicen los artistas y los deportistas, “Hay que saber cuándo retirarse”. También quisiera conocer a mis nietos, dicen que son “los hijos” que en realidad disfrutas, además, cuando los hijos reales dejan la casa para hacer su vida, es cuando la verdadera libertad comienza. Podría ser incluso, que la vida misma me juegue una broma macabra y a pesar de mis planes, sea el destino el que decida mi suerte primero, por aquello de que, si quieres hacer reír a dios, le cuentes tus planes. Lo importante es que no sea un factor externo como la depresión, que tiene solución, la que guíe mis decisiones, menos un tema como esos que se han sabido de codependencia, que cuando te deja tu pareja, tu madre, o un hijo, sientes que se te acabó el mundo, eso no.

A sus 61 años es obvio que a Bourdain le quedaba mucho futuro por delante, difícil pensar en que su vida estaba por terminar, aún recuerdo a un vecino diciéndole al doctor “Si me dice que tengo cáncer y me voy a morir, en este momento tomo una pistola y me mato”, no lo hizo, luchó contra su enfermedad al final. Aún recuerdo a mi madre cuando supo de su enfermedad sin remedio, quiso aprender lo más posible de ella para conocer lo que pasaría y aceptar su destino, prefirió no investigar más, lo que sea que leyó le pareció aterrador, prefirió ignorar lo que vendría y se concentró en lo que le quedaba, el presente. Algunos nacen con ese coraje guerrero de seguir adelante, otros se aterran y prefieren dejar el juego antes de que se ponga feo, otros encuentran valor en dios, y no los culpo, dicen que hasta el ateo se encomienda a dios cuando el avión empieza a desplomarse, mucha de nuestra fe se deriva de un estado de temor inminente ¿Será que esos muy creyentes y devotos viven en ese estado de miedo permanente? Mi madre pudo tener parte de la respuesta, el miedo viene de querer vivir en el futuro, lo cual como consecuencia nos trae al presente un infierno.

Lo que más admiraba de Bourdain era su libertad y su fragilidad (y su amor por la buena música), conectaba en muchas cosas conmigo, aunque el tema de ver la comida nunca ha sido lo mío. La música, el arte, la actitud ciertamente sí, su particular manera de desafiar la vida, tal vez al final esa sea la clave de su desenlace, desafiar a la vida de la manera más osada, o tal vez sólo haya sido mucho viaje, mucha soledad y mucho alcohol (aunque Bukowski, otro fan de Hemingway, como Bourdain, sólo se volvió más fuerte con esa dieta de alcohol, soledad y lugares sórdidos) posiblemente no la mejor combinación para muchos, quedé impactado (como cuando hizo aquel programa con Sam Yaffa en Finlandia), y aunque el tema del suicidio derivado de ser rebasado por los vaivenes de la vida no es lo mío, bajo ciertas circunstancias me sigue pareciendo la declaración suprema de libertad, eso siempre y cuando el destino nos permita llegar, por lo menos a la edad que tenía Bourdain (y en su condición) y después de ahí, analizar el presente y ver lo que sigue, no me queda duda, Bourdian llevó el homenaje a Hemingway demasiado lejos, también optó por dejarnos de manera voluntaria a los 61. Lou Reed y el Rock N Roll salvaron la vida de Jenny, desafortunadamente, aquí el rock n roll, aunque lo conocía y muy bien, no pudo salvar a Bourdain. 

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