Efectos Perversos
Efectos Perversos
Por: Roger Bartra
Tomado de: El Norte
La coyuntura pol铆tica que estamos viviendo ante las elecciones
del 1o. de julio se puede entender mejor si observamos los efectos perversos
que han aparecido como consecuencia de decisiones tomadas en los partidos
pol铆ticos. Un efecto perverso, en sociolog铆a, es el resultado inesperado y
perjudicial de decisiones que buscaban otros fines. Cuando el PAN decidi贸 ir a
un frente con partidos de izquierda, para elevar su competitividad, qued贸
descartado el grupo calderonista con inclinaciones priistas. Con esta decisi贸n
se derrumbaron las expectativas del PRI, que ve铆a buenas posibilidades de ganar
las elecciones frente a una candidata muy d茅bil como Margarita Zavala, y ante
el candidato populista, Obrador, aparentemente desgastado por a帽os de fracasos.
La candidatura de Ricardo Anaya, que se movi贸 hacia el centro, rompi贸 en
pedazos las esperanzas priistas y con ello despert贸 la ira del presidente Pe帽a
Nieto, que no le perdon贸 al l铆der del Frente que quisiera repetir lo que hab铆a
logrado en Veracruz: derrotar al PRI. A partir de ese momento el principal
enemigo del PRI fue el Frente encabezado por Anaya, quien fue el blanco de
corruptas maniobras gubernamentales para liquidarlo. Y, ciertamente, qued贸
da帽ada la candidatura del Frente, aunque por un efecto perverso los votos no se
los llev贸 Meade sino Obrador. Las televisoras contribuyeron a este efecto.
Al mismo tiempo, Obrador dio un fuerte viraje a la derecha
con la intenci贸n de atraer a votantes priistas y a la clase media. Este cambio
atrajo a sectores sindicales y empresariales que se sent铆an discriminados por
el gobierno priista. El propio Obrador ha reconocido que el enfrentamiento
entre panistas y priistas le ha ayudado, y ha asegurado que terminar谩
aplaudi茅ndoles porque le abrieron el paso. Es as铆 como se fortaleci贸 el proceso
de restauraci贸n del nacionalismo revolucionario y de regeneraci贸n del
autoritarismo. El populismo se enfrent贸 al priismo con m茅todos homeop谩ticos:
m谩s de lo mismo, pero en su versi贸n primitiva.
Si gana Obrador la Presidencia, como parecen indicar las
encuestas, es posible que se abra la puerta a m谩s efectos perversos. Dado el
bajo calibre intelectual del l铆der populista y de su gabinete, y tomando en
consideraci贸n la ristra de propuestas insensatas de su programa, es posible que
-junto con el intento de restauraci贸n- las buenas intenciones desembarquen en
un estancamiento lleno de incongruencias. 驴Qu茅 suceder谩 cuando se vea que la
corrupci贸n no se detiene, que la violencia desencadenada por el crimen
organizado no desciende, que la autosuficiencia alimentaria y energ茅tica no es
una panacea, que la desigualdad no se acaba? Es posible que ello ocurra, pues
es evidente que la corrupci贸n tambi茅n est谩 en las propias filas de Morena, que
la amnist铆a pensada para abatir la violencia es un espejismo, que la pobreza no
se liquida si no hay desarrollo econ贸mico. La resurrecci贸n del viejo esquema
priista significa fortalecer todo aquello que era parte sustancial del antiguo
r茅gimen autoritario: corrupci贸n, violencia, ineficiencia.
El retorno del nacionalismo revolucionario populista ha sido
alentado por el propio gobierno priista de Pe帽a Nieto y por las corrientes
priistas del PAN. Absurdamente, les ha parecido una amenaza peligrosa el
surgimiento de un liberalismo panista aliado a fuerzas reformistas de la
izquierda. Hay aqu铆 una curiosa versi贸n de la par谩bola b铆blica del retorno del
hijo pr贸digo (Lucas 15:11-32). El l铆der populista, despu茅s de malgastar su
herencia priista, regresa a su origen pol铆tico para disfrutar del fest铆n
electoral de bienvenida. Como el hijo pr贸digo, retorna al seno familiar del
nacionalismo revolucionario despu茅s de haber pasado unos a帽os pecaminosos
arrejuntado con la izquierda. Se regenera su fidelidad originaria y atrae los
votos de priistas.
Si queremos evitar m谩s efectos perversos, lo sensato ser铆a
no votar ni por el priismo tecnocr谩tico ni por el priismo regenerado.
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