The Modern Lovers, Debut (Grabado en 1971, Editado en 1976)
Rock N Roll Animal
La justicia no existe si hablamos de los Modern Lovers, una banda que debió conocer el éxito de alguna manera, pero por alguna razón no lo hizo, su disco, grabado a inicios de los 70s como una obvia reacción a la psicodelia hippie (inspirados por los Velvet Underground, claro, cuyo John Cale corrió a cargo de la producción de varios temas), encontró poco interés, de ahí que se haya editado hasta mediados de los 70s (ya con la banda desintegrada), ya demasiado tarde para ser parte de la ola “proto punk”, pero juste en tiempo para iniciar el fuego llamado “punk rock”, y es que en el disco debut de los ML no es difícil encontrar las semillas de ese genero que causaría locura en el Reino Unido, las guitarras punzocortantes de Jonathan Richman servían de puente entre el trabajo casi mecánico de Sterling Morrison y la manera “Pollockiana” de tocar la guitarra del acompañante de Richard Hell, y futuro acompañante de Lou Reed, Robert Quine, también podemos hallar en los Modern Lovers las semillas de unos Talking Head (con un Jerry Harrison) y de los Cars (con David Robinson), de alguna forma los Modern Lovers se hermanaban con bandas como los Roxy Music, aunque mientras los Roxy volaban alto gracias a la “Enossificación”, los Modern Lovers emprendían su viaje en una rudimentaria carretera gracias a su clásico Roadrunner, con un Cale en la producción, un órgano poderoso inspirado en parte por la ejecución, precisamente de Cale en Sister Ray y la contagiosa “Green Onions” de Booker T y los MG´s, para llegar a hermanarse también de forma sorprendente con la música para recorrer caminos que surgía en Alemania gracias al krautrock de la mano de gente como los Kraftwerk y los Neu!, Richman debió ser una gran estrella, para gente como Ric Ocasek, futuro líder de los The Cars lo fue, muy probablemente también para unos Sex Pistols que hicieron su propia versión del legendario tema.
Astral Plane y sus guitarras abrasivas y peculiar cadencia es un claro precursor de temas como “Blank Generation” que el pionero punk Richard Hell (y sus Voidoids, no confundir con los Voivod de Canadá) presentaría en el legendario club neoyorkino CBGB un par de años más adelante, clara inspiración no solo en la manera de tocar el bajo de Hell y en las guitarras de Quine, Old World por ejemplo en sus baterías despliega un ADN cercano precisamente al “Apache Beat” que el genial Klaus Dinger explotaría con los Neu!, mientras que Pablo Picasso con sus inquietantes guitarras y sus acelerados ritmos ya marcaba el paso de las futuras generaciones punks en el Reino Unido (es un hecho que bandas como los Wire ya estaban muy atentos a ésta música), otro claro ejemplo sería She Cracked, que hereda parte de su genialidad del Raw Power de los increíbles The Stooges de Iggy Pop, aunque las guitarras de Richman estaban más orientadas a las Sterling Morrison que a las de James Williamson.
Hospital y Girlfriend tienen algo en común con las azucaradas baladas que Maureen Tucker cantaba para Lou Reed en los Velvet Underground, mientras que Someone I Care About es simplemente implacable, lo más cercano a un “freak out” de estos ML, con un Richman en claro homenaje a sus héroes como Reed y Pop, y en otras acercándose a Bowie.
La obsesión de Richman con “nuevos” y “viejos” mundos se plasma nuevamente en la “garage” Modern World, una pieza que a pesar de su simpleza consigue sonar casi atemporal y en exceso moderna, mientras que Government Center por el contrario, pareciera ser el claro precursor del Bubble Gum Pop de los Cars.
El debut de los Modern Lovers es sin duda una joya atemporal, una extraña falla en la “matrix” que nos permitió ver lo que pudo ser y no fue, un mundo ideal en el que los chicos escuchaban a Lou Reed y a Iggy Pop y lo aplicaban después con grandiosos resultados, Richman rara vez volvería a sonar así, y dejaría éste disco como vestigio de una de las mejores bandas proto punks que merecían una mejor suerte, que no haya sido así, vuelve aún más interesante éste disco, convirtiéndolo en una joya a la que no muchos han tenido acceso.
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