Tercer y Último Debate En México

Tercer y Último Debate En México

Por: Erreh Svaia

Dispersión Caprina

Tercer debate rumbo a las elecciones presidenciales en México y nos topamos con el tercer formato propuesto, el cual definitivamente resulta superior al muy deficiente primer formato, pero que deja mucho que desear contra el dinámico formato del segundo, aunque el formato no favoreció para el tipo de interacción tan atractiva del segundo, el candidato de la coalición PAN-PRD-MC Ricardo Anaya hilo su tercer triunfo en los debates (de acuerdo a una encuesta del diario Reforma y de acuerdo a la opinión de un servidor), Anaya nuevamente mostró su preparación para el debate, agilidad mental y capacidad de proponer. Por otro lado, el candidato de la coalición PRI-PVEM-PANAL, José Antonio Meade, nuevamente se confirmó por tercera vez como el candidato más preparado en cuanto a formación, gracias a su experiencia como funcionario de primer nivel en pasadas administraciones, así como la firmeza en sus afirmaciones y la convicción hacia ellas, mostró temple al señalar su negativa contra los subsidios a la gasolina derivado de la afectación mayor que éstos provocan en la economía.

En el caso del candidato puntero, Andrés López, representante de la coalición Morena-PT-PES, ya no sorprende su decepcionante actuación, de forma conservadora se dedicó a cuidar su ventaja, y a dejar en claro su falta de preparación no sólo para el debate en particular, sino también para los temas que se trataron en éste, una vez más respondió cuestionamientos repitiendo las trilladas frases de su campaña, viejos chistes que sólo complacen a sus seguidores más irracionales y que siguen dejando mucho que desear para los que tratamos de entender realmente el sustento de sus propuestas, dejó claro su intención de derogar la reforma educativa, mostró su falta de conocimiento respecto a la naturaleza del alza de precios de la gasolina y una vez más se vio aferrado al tema de la refinación de gasolinas en el país, tema que como ya hemos señalado, no parece una solución a largo plazo, sino un regreso al pasado populista de los 70s.

Tal vez la gran variante en el caso de López, fueron dos certeras acusaciones, por un lado, la que se le hizo sobre el parentesco de uno de sus más cercanos colaboradores con funcionarios de la empresa Odebrecht (inmiscuida en varios temas de corrupción el colusión con el gobierno), y el otro con el empresario José María Riobóo, en una acusación de Anaya respecto al nulo concurso realizado para asignársele las obras del Segundo Piso de la Ciudad de México, por si fuera poco, se hizo énfasis en la relación Riobóo-Andrés con respecto al Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, en el cual Riobóo no fue ganador de dicha licitación para el proyecto, ésta vez los ataques contra López fueron más certeros y lograron conectar contra el eje de la campaña de López, el ataque a la corrupción (que realmente es un síntoma más y no una causa, como lo son la impunidad y la informalidad, verdaderos canceres en el país).

Quien también repitió por tercera vez al hilo, su papel casi cómico dentro del debate, fue el candidato “independiente” Jaime Rodríguez Calderón, quien nuevamente realizó los comentarios más surrealistas del debate, más enfocado a causar estridencia con el fin de lograr impactar a la audiencia y conseguir más comentarios a posteriori, Calderón sigue logrando su cometido, para muchos que piensan que nuestra imperfecta democracia es un chiste, muy posiblemente Calderón éste perfilándose como su candidato, un tipo que en ocasiones no parece tomar en serio su candidatura y que podría terminar convirtiéndose en el depositario del voto de aquellos verdaderamente decepcionados de la opciones actuales a presidente.

A mi punto de vista, los grandes perdedores del debate fueron los moderadores, quienes carecieron de la objetividad y músculo de los anteriores, se vieron dubitativos, poco perspicaces y nada audaces en su actuación, si bien los moderadores del primer debate consiguieron sacar algo de valor al poco sobresaliente formato, los moderadores de éste tercero casi consiguen hundirlo a pesar de que estaba la mesa puesta para una interacción más dinámica, y resultaron un obstáculo para una actuación más contundente de los candidatos.

Ya no habrá otro debate, ya todas las cartas están sobre la mesa, ya no hay nada oculto y el país ha tenido la oportunidad de conocer un poco más a los candidatos y a sus actuaciones, la decisión final está en cada votante y en su conciencia (y en su inteligencia)

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