Metallica, Ride The Lightning (1984)

Metallica, Ride The Lightning (1984)

Por: Erreh Svaia

Rock N Roll Animal

Gran parte de quienes leen esto estarán de acuerdo en que Kill Em All es uno de los mejores discos de Metallica, su inmediatez es incuestionable, es un disco directo, sin muchas vueltas, con el Master of Puppets me resulta algo similar, obviamente estamos hablando de una banda bastante madura, peor al igual que en el Kill Em All, podemos afirmar que Metallica a dominado en ambos discos, el nicho que va construyendo, y precisamente eso no me pasa con el Ride The Lightning, en donde es notorio el rompimiento del anterior estado de confort desarrollado por la banda y su lucha para dominar los nuevos horizontes abordados por la banda, de entrada, la introducción acústica a Fight Fire with Fire debió tomar a más de uno por sorpresa en su momento, y me recuerda mucho la introducción acústica que hace Lou Reed en Lulu, su disco grabado con la banda, puedo afirmar que Ride The Lightning sería un disco tan incomodo y complejo para Metallica, como décadas más tarde lo sería Lulu, en donde otra vez, se atreverían a llevar experimentos verdaderamente osados.

Quien esperaba otro Kill Em All debió resultar totalmente sorprendido con la complejidad del nuevo enfoque de la banda, con un ataque madurado en las giras, un James Hetfield finalmente aceptando su destino como guitarrista/vocalista y en proceso de adquirir confianza al respecto, su rol como guitarra rítmica se ve reforzado por un mayor conocimiento de teoría musical, lo cual es evidente en casi todo momento, su trabajo en esta pieza es demoledor, probablemente como en ningún otro disco de la banda, y aún el siempre deficiente trabajo de Lars Ulrich, resulta preciso por lo menos en ésta primer pieza, los nuevos alcances de la guitarra solista de Hammett también se ponen en gran evidencia aquí, ni duda cabe que el fondo rítmico que el bajista Cliff Burton logra introducir al centro de la banda consigue crear un sonido más sólido que permite mayor experimentación sin venirse abajo.

Temas como el que da nombre al disco consiguen conjuntar varios niveles de sonido, poniéndolos en contraste para un efecto más dramático, las guitarras de Hetfield se vuelven incansables, casi orgánicas, y con ese añadido de adrenalina que parecieran un corazón agitado después de una demandante sesión de ejercicio, su papel como vocalista toma una mayor participación, y la producción del danés Flemming Rasmussen consigue dar a la banda esa patina a metal clásico, que la banda no pierde el tiempo en explotar, mostrando de una forma por demás evidente la evolución aún no terminada de la banda, pero que no deja de resultar abismal comparada contra el Kill Em All, disco que sorprendentemente resulta primitivo, a pesar de ser innovador en su momento, al compararlo con su inmediato sucesor, incluso a nivel de letras, las evidencias literarias resultan evidentes, como en éste tema que toma su nombre de una frase de un libro de Stephen King, o For Whom the Bells Toll, obvio préstamo del título de uno de los clásicos del gran Ernest Hemingway, recordado recientemente por ser probablemente una de las motivaciones para que el célebre chef y presentador de televisión, Anthony Bourdain, se quitara la vida recientemente, a los 61, igual que Hemingway.

Precisamente, For Whom The Bells Toll resulta esa gran evidencia en la evolución del sonido de la banda, su nueva cadencia rítmica denota algo muy diferente a los desesperados tiempos de su primer disco, la banda demuestra que ha aprendido a tomarse su tiempo, a jugar con sus arreglos instrumentales, a crear tensión y a crear una densidad admirable, han aprendido a hacer más “heavy” su “metal” de una manera mejor planeada y cerebral, Fade To Black convirtiéndose en esa “pesadez” que va más allá del volumen, que refleja el riesgo asumido de adentrarse en temáticas más oscuras y controversiales de una manera inteligente, una total desviación de lo que el Thrash Metal demandaba en aquellas épocas, la banda asume con valentía tal riesgo, probablemente molestando a gran parte de su base de seguidores, pero aquí apuntando al futuro y al desarrollo de una visión musical más completa y denotando gran ambición, que sin duda cristalizarían de manera perfecta en su siguiente disco, pero aquí, en el Ride The Lightning es dónde podemos ver a Metallica tratando, luchando, esforzándose para sacar adelante la difícil tarea titánica que se han fijado llevar a cabo, cambiar la cara del heavy metal como otras bandas como Judas Priest lo hicieran una década atrás, vale mucho la pena escuchar esa increíble versión acústica que Evan Dando, líder de los Lemonheads hiciera de ésta pieza, imperdible.

Trapped Under Ice me recuerda mucho esos temas directos y a la yugular de los pioneros del Thrash Metal, Exodus, desde esa óptica, es un tema que retoma un poco el sentido primitivo del Kill Em All, aunque la banda consigue reactivar ese instinto, agregándole la elegancia de los nuevos arreglos desarrollados y aplicados con talento aquí, Hammett más que nunca suena en su ambiente y desata una verdadera guerra de solos de guitarra que encienden aún más la capacidad volátil del tema, mientras que para Escape, la banda pareciera apoyarse en las habilidades de Rasmussen para entregar un tema con toda la elegancia del metal tradicional europeo, nuevamente marcando una pauta a las bandas de Thrash Metal, reconectando con las viejas NWOBHM y apuntando en una dirección definitivamente más melódica.

Finalmente la banda nos abre una ventana al futuro con Creeping Death y The Call of Chtulu, respecto al futuro musical de la banda, el primero ya muestra esa madurez puesta al servicio de un ataque más orgánico, fluido y definido, mientras que la segunda, se convierte en evidencia de la amplia visión de la banda que desatará su ambición como nunca en Master of Puppets, era como ver adelantos de la siguiente película de una saga que nos mantenía ansiosos por la llegada de ese siguiente capítulo.






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