Sólo Tenemos el Presente

Sólo Tenemos el Presente

Por: Erreh Svaia

Full Metal Lifehacker

Para muchos tal vez les resulte complicado entender el concepto de “El Poder del Ahora” que el guía espiritual Eckhart Tolle expone en su libro del mismo nombre, esa manera de cómo hacer a un lado el pasado y el futuro para concentrarnos en el presente ¿Cómo dejar de pensar quien era yo, o que tengo que hacer mañana? Pasamos la vida añorando un pasado como lo recordamos, y no exactamente como sucedió, o preocupados por el futuro, aunque no tengamos dote alguno de adivinación.

Aunque mis habilidades de meditación son medianamente exitosas, no siempre me es posible transmitirlas por este medio a otras personas, funcionan, pero a requiere tiempo y dedicación, sobre todo en esas primeras sesiones en las que el brinco al vacío suele generar un poco de ansiedad, y es precisamente ese rompimiento contra el pasado, el futuro y la voz interior, lo cual vuelve difícil esas primeras sesiones, pero no todo ésta perdido, y puedo decir que hay otras maneras de desarrollar esta meditación de forma exitosa y quizá sin tanta preparación, aunque como todo, requiere algo de entrenamiento.

La respuesta es relativamente sencilla si me acompañan al gimnasio por un momento, en el gimnasio no me puedo poner a pensar en lo bien que me fue en mi sesión de pesas anterior, no resulta nada útil, tampoco me va a servir pensar cuanto voy a poder levantar de peso la próxima semana, así que al momento de ponerte bajo una barra con cerca de doscientos kilos para una serie de siete a nueve repeticiones, solo hay una cosa que importa, el ahora, y ahí es cuando uno se vuelve sumamente poderoso, como en pocas ocasiones, tal vez es un poco del The Nudge, o “El Empujón” del que hablaba el economista y premio Nobel, Richard Thaler, a veces es necesario agregar un poco de presión y una “deadline” para que las cosas sucedan (Getting Things Done, diría el experto en negociación David Allen), justo en ese momento es cuando más fácil resulta hacer a un lado esa voz interior que incluso los maestros tibetanos recomiendan hacer a un lado, y es que no hay otra voz interior que valga, una vez que se retira la pesada barra del rack y quedas completamente bajo el peso total de la barra y los discos.

El peso se sostiene ahora sobre los pilares de nuestro cuerpo, las piernas, principalmente los cuádriceps, aunque hay gran ayuda por parte de los bíceps femorales, de los gemelos y de la espalda, como señala Tolle en una de sus técnicas de sanación corporal y fortalecimiento de nuestros anticuerpos, ponemos plena atención a cada una de nuestras partes del cuerpo, afianzamos nuestros brazos y hombros, aseguramos que nuestra espalda se mantenga sumamente firme y recta, evitando que ésta se doble durante la ejecución, endurecemos nuestras piernas y glúteos al tiempo que iniciamos el descenso, cada parte del cuerpo es supervisada de forma gradual, ejecutándolo de una manera lenta y cien por ciento consiente, vas analizando cada uno de tus músculos empleados, que en el caso de una sentadilla, son casi todos, los sientes, los diriges y los supervisas, al llegar al punto más bajo, empiezas a empujar hacia arriba, la espalda recta y el poder de tus cuádriceps aplicado a su máxima potencia con explosividad controlada hasta llegar a la cima.

Esa primera repetición por lo general resulta la más difícil, el escritor Brian Tracy dirá que es el "sapo vivo" que debes comer primero, por lo general inició el grupo de sets con el peso mayor posible, cuando me encuentro más fuerte, después de esa repetición las demás se vuelven más mucho más sencillas, después de la primera serie, las demás se vuelven más sencillas, en éste punto, el pasado y el futuro se han ido lejos, sólo importa el momento y el ser, y la voz interna enmudece, sólo queda nuestro verdadero ser conquistando a sí mismo, aplicando todo su poder físico, emocional y mental tal unísono, nos hacemos uno solo con la barra y con el suelo, la maquinaria ejecuta a la perfección.

Es precisamente este tipo de experiencias las que me atraen tanto del levantamiento de pesas, para algunos será un tema estético, para otros de narcisismo, para mi siempre ha sido algo que va más allá del físico, recuerdo que el ex Mr. Olympia, Dorian Yates hablaba sobre esconder su físico y no exhibirse como muchos otros sin camisa, en camisa sin mangas o en pantalones cortos, Yates hablaba de ocultar su cuerpo hasta el día de la competencia, como un artista que trabaja en su escultura de forma secreta y privada hasta el día de la exhibición, una vez terminada, el psicólogo Jordan B. Peterson, en su libro 12 reglas para la vida, en una de ellas menciona que las comparaciones debemos hacerlas con lo que fuimos nosotros mismos el día de ayer, no contra otra persona el día de hoy, si hoy puede agregar peso y hacer un levantamiento mayor que la sesión anterior, he triunfado indiscutiblemente.

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